Unos cuatro años después de inaugurar un concepto hasta entonces inédito en la ciudad, Coso cerró sus puertas en la avenida Descartes, donde ya era parada habitual para muchos clientes fijos, y apuesta por el centro de la ciudad. El lugar elegido para la mudanza no puede ser más emblemático, el ambigú del Teatro Villamarta, que después de muchos años en desuso y tras un concurso público, se ha transformado para albergar esta experiencia saludable que va mucho más allá de una cafetería o de una carta de comida sana y una treintena de smoothies con frutas y verduras naturales.
La emprendedora que arranca desde este viernes esta nueva iniciativa en el corazón de la ciudad, en la plaza Romero Martínez, es una holandesa de 42 años, Charlotte Schoenmakers, que llegó precisamente por primera vez a Andalucía hace unos cinco años y medio para descubrirla a través del Festival de Jerez, que tiene lugar cada año en el principal equipamiento cultural de la ciudad. "Ahora puedo decir que he cerrado el círculo", comenta en declaraciones a lavozdelsur.es, en la mañana de la inauguración del nuevo servicio del teatro jerezano. "Villamarta fue mi primer encuentro con Jerez y ahora Villamarta viene a Coso y me dice algo así queremos para el teatro; eso para mí era como cerrar un círculo", confiesa.
Abierto todos los días de nueve de la mañana a ocho de la tarde, también con atención al público en los días en los que Villamarta tenga representaciones, la idea es contar en pleno centro de la ciudad con "un sitio sostenible, cultural y con un guiño al teatro, en el que podremos hacer muchas cosas culturales". "La parte de abajo va a ser un sitio para estar con los niños, o también para entrar a tomar algo con nuestro perrete, una zona móvil que desaparece cuando haya funciones en el Villamarta"; y en la parte de arriba se podrá desayunar, habrá brunchs, almuerzos ligeros, meriendas y muy pronto, cenas y copas tras los espectáculos programados.
Desayuno en Coso Villamarta. FOTO: MANU GARCÍA
Aparte, en Coso Villamarta también habrá actos culturales. El primero, este domingo, dentro del segundo ciclo Carabé. Sesión Golfa, en el que se presentará Uwa Caramba, un concierto protagonizado por Lola Vega, Mai Kikuchi y Elena Jiménez (10 euros con consumición). En la inauguración de este nuevo espacio, a la que han asistido la alcaldesa, Mamen Sánchez, el delegado de Cultura, Francisco Camas, y la directora del Villamarta, Isamay Benavente, la regidora socialista ha avanzado que el paso siguiente en la oferta del teatro será contar con una ludoteca para que los padres y madres puedan dejar a sus pequeños mientras disfrutan del centro de la ciudad y de las propuestas del coliseo jerezano.
La planta alta de Villamarta se ha llenado de plantas, de muebles reciclados y mantiene una luz muy especial desde sus enormes cristaleras que invitan a descansar tomando algo, a leer o a trabajar en un entorno muy agradable. También, por qué no, para hacer networking. "Trabajé mucho en Holanda en la hostelería para pagar mis estudios, pero nunca llevé un negocio. Mi formación es Comunicación y Relaciones Públicas, comunicación interna en grandes empresas, y esto surgió por propia necesidad, vi a muchos emprendedores pequeños que querían un sitio donde estar tranquilos, tener reuniones, trabajar, conocer a gente para colaborar, sin ser un coworking", cuenta Schoenmakers.
Foto de familia tras la inauguración de Coso Villamarta. FOTO: MANU GARCÍA
Una mujer que llegó hace cinco años y medio a Jerez "sin motivo, salvo querer aprender a vivir, que eso no sabemos muy bien cómo hacerlo. Paré aquí, y en mi primera experiencia en Andalucía, que fue en Jerez, en el Teatro Villamarta, me enamoré, tuve un hijo, muy jerezano —se llama Max y él dice Mas, sonríe– y echaba de menos un sitio inspirador".
Así surgió el primer Coso en la zona de Hipercor y así mantendrá Coso Villamarta. Un lugar para "desconectar o para conectar", pero también para, "personalmente, tener un momento de descanso, un momento para ti". Materiales reciclados, productos de kilómetro cero, todo fresco, todo reutilizable —"el café lo uso en mi huerto"—. Y una carta que va desde un couscous marroquí con verduras asadas y feta, un bowl de verduras y patatas horneadas, hasta wraps de tzatziki o de hummus, bagel de salmón, nachos ECO con guacamole casero y dulces especiales.
El ambigú de Villamarta es ahora Coso. FOTO: MANU GARCÍA
"Coso ha crecido de una manera muy superior a lo que yo esperaba, llegamos a hacer conciertos íntimos, intercambios de idiomas, exposiciones de artistas y artesanos de la zona para darles a conocer... Se trata de intentar seguir con esa filosofía", cuenta su promotora. Por ahora cuenta con seis empleadas "e iremos viendo cómo vamos". Pese a los riesgos del centro, confía en que la aventura salga bien. "Coso es una experiencia, tiene una función como cafetería pero eso es casi aparte, es un momento para ti en todos los sentidos, es más la experiencia de la comida, de la compañía, de la luz, de ti mismo, creo que este sitio va a funcionar porque siempre va a estar entrando gente en un sitio tan céntrico".
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