Un restaurante que abrió hace apenas un año y que ha conseguido colocarse entre las aperturas más conocidas de la provincia de Sevilla, y sin hacerlo en la capital. Comensales que proceden de cada punto de España, que han conocido el negocio gracias al gran altavoz en las redes sociales. Un restaurante que, visto desde fuera, pasaría por ser un mesón casi a las afueras de Dos Hermanas. El sueño de los hermanos Gil. Un local que bien se correspondería con una apuesta arriesgada de ciudades como Madrid o Barcelona, donde ir a comer no solo es comer, sino que es una experiencia, es sumergirse. El restaurante más instagrameable está en Dos Hermanas. Y se llama Dalí Cinema.
Andrés Gil explica que vienen "de toda la vida" de negocios de hostelería. Su abuela tenía El Emigrante en Dos Hermanas. Traspasaron recientemente una hamburguesería y trabajan en el restaurante del centro logístico de Mercadona. En Dalí Cinema han buscado un concepto diferente. "Hoy, cuando vas a comer, estás con el móvil en la mano, o pensando en hacer una foto. Queríamos captar eso y ser consecuentes con los tiempos". Un local que sea también hacerse la foto.
Por eso, las paredes, los techos y hasta las columnas están llenas de referencias a Salvador Dalí, y concretamente a la etapa creativa que coincide con su colaboración con Disney, y de ahí lo de cinema.
Sus mejores embajadores en los pasados 14 meses, desde la apertura, han sido sus clientes. "Es una cadena humana" en redes sociales lo que ha colocado al establecimiento a un sitio al que ir para muchos visitantes en Sevilla. En Instagram, por ejemplo, el propio restaurante, con sus 20.000 seguidores, ha subido vídeos que han alcanzado el millón de visualizaciones. Vídeos sencillos, normales, simples planos de la decoración a lo Dalí de las paredes.
"Te sorprendería una barbaridad. Este verano, que pensábamos que sería una época relativamente baja, entraban en los almuerzos familias que iban camino de la costa pero decidían parar aquí. O la última vez que jugó el Cádiz contra el Betis, que estaba esto lleno de camisetas amarillas. Hemos creado un lugar al que ir, y eso es bueno también para Dos Hermanas. Es impresionante. Aquí han venido influencers, entre ellos, el primero en gastronomía de España, Cenando con Pablo", explica Gil, que recuerda que "más de la mitad de la gente que viene son de fuera".
Y claro, no es solo decoración. Está la carta. Y cómo viene la presentación. La cochinita pibil es uno de los más solicitados. Emplatada en una escultura cerámica de una 'cerdita', el plato fue elaborado "junto a un cocinero mexicano amigo, siguiendo la receta original". Las carnes maduradas se muestran en neveras expositoras, y no faltan básicos como gambas, jamón...
Bueno, el jamón es otra historia. Se emplata en una escultura de un jamón dorado a tamaño real, colocando el producto sobre la parte superior. Otro plato para la foto. Además de eso, una estrella de la carta está en los postres. La torrija, reconceptualizada en la tierra donde los vecinos de Dos Hermanas son nazarenos, pues un capirote de nazareno para desvelar el producto, que da mucho juego. "Una chica vino con su pareja este año y cuando estaba preparada para abrir la torrija, se encontró un anillo", recuerda Andrés Gil.
Gracias al buen flujo de clientela en este año, Dalí Cinema se ha 'permitido' mantener una carta larga de productos, que cada dos meses aproximadamente van renovando según los platos que son menos demandados, para darles un descanso a la espera de darles posteriormente una vuelta.
El éxito, al principio, no era tan fácil de vislumbrar. Porque este concepto de restaurante tan temático, quizás, tiene más cabida en lugares como Madrid o Barcelona, o incluso en Sevilla capital. Se la jugaron y salió bien. "A nosotros nos llegaron a decir que no nos olvidáramos de que esto es Dos Hermanas". Y a los locales, si van menos, en parte es porque "se encuentran las reservas completas y aquí por tradición se llama un rato antes o simplemente se acude al restaurante".
Un destino culinario, Dos Hermanas, que ha ido creciendo. Gil arroja algunos porqués. "Hasta hace 12 años, en Dos Hermanas había relativamente pocos sitios de referencia. El domingo era el día para ir con la familia a Utrera o Los Palacios. Desde que la Guardia Civil dio más caña con los controles, Dos Hermanas ha ido creciendo". Sin decirlo peyorativamente, "sí creo que muchos restaurantes acabaron entendiendo que no todo eran chipirones y ensaladilla. Que yo lo tengo en mi carta, pero entendieron que había que apostar también por innovar, por decoraciones alternativas".
Reflexiona: "Si vas al centro de Sevilla o de Cádiz, quedan tres locales clásicos. Porque ese negocio ya no es viable. Yo buscaba otra cosa, un sitio chulo, bonito, que vengas con tu pareja o tu familia y te hagas una foto. Aquí come bien esa pareja pero puedes venir con la abuela, porque en la comida no hemos querido innovar". Eso lo han dejado a Dalí. Y al concepto sobre las paredes y los emplatados.
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