"Ha sido una experiencia maravillosa y nos ha dado mucha publicidad. Nos han salido varios clientes nuevos, sobre todo de hostelería, nada más saberse que surtimos a MasterChef. Es una barbaridad de trabajo pero muy interesante, distinto y merece la pena".
Es el balance general que hace Ismael Sánchez Marchena, conocido frutero del Mercado Municipal Virgen del Rosario, conocido como Mercado de Varela, equidistante entre las avenidas central y del soterramiento, en la ciudad de Cádiz.
Ismael es muy popular entre una amplia clientela desde hace muchos años. Heredó joven el negocio familiar apenas superada la veintena y siempre se ha distinguido por ofrecer unos productos de temporada de alta calidad en desde el puesto número 18 de un recinto reinaugurado hace apenas diez años.
Abastece desde su inauguración a varios centros públicos, bares y restaurantes. La lista no ha dejado de crecer porque hace mucho se corrió la voz de la calidad.
También distribuye a domicilio y tiene una parroquia de visitantes fieles a su recoleto puesto. Incluso es un habitual, junto a sus hijas, en el palmarés de la decoración de puestos del concurso anual de Tosantos.
Es un hombre de amigos y familia, del barrio. Estudió en la zona, creció en la playa de Santa María del Mar. Es "uno de los nuestros" para miles de vecinos de Cádiz, de distintas edades y por distintos motivos.
Precisamente por la vía de la amistad llegó el encargo de MasterChef que puede provocar otro paso comercial a su frutería. Este viernes repetía una y otra vez la conversación con los clientes.
Cómo fue, cómo son Samantha o Pepe, los presentadores, "muy amables y sencillos". Si la productora Macarena Rey manda tanto como se cuenta: "Sí que manda, sí. Eso me pareció ver. Es la gran jefa".
"Me avisó un amigo de la infancia, Ale Alcántara". Este cocinero acaba de abrir Beduíno, un establecimiento en Cádiz, a menos de 500 metros de la frutería, sobre la playa Victoria.
Alcántara es un prestigioso chef gaditano con amplia trayectoria tanto en la hostelería convencional (fue célebre la visita de Barack Obama a su restaurante en Sevilla) como en televisión.
Colabora habitualmente con el programa de Bertín Osborne en Canal Sur, fue jurado en Top Chef y forma parte del amplísimo equipo de asesores y consultores en la sombra de MasterChef.
"Ale me dijo que en el programa de Ubrique buscaban unos productos concretos y que les había dado mi nombre. Jesulín, que era el invitado, había propuesto platos con tagarninas y alcachofas. No tenían claro dónde encontrarlas". Así empezó la relación con el programa grabado este enero en Ubrique.
Ismael se puso a buscar "90 kilos de tagarninas, lo que es una barbaridad para el que conozca la planta. La pila de cajas que llevamos tenía la estatura de una persona bien alta. Además, tenían que ser todas iguales y de calidad extrema".
"Las alcachofas, igual. Otros 80 ó 90 kilos. Todas iguales, mismo tamaño, mismo color, misma calidad", resopla para transmitir la complejidad del encargo.
No fue nada fácil reunir el material que pedía el popular programa de TVE. Tan costoso resultó que tuvo que peinar el mercado provincial de productores "e incluso ir a las casas de algunos agricultores particulares con mi coche a recoger lo que tuvieran".
Una vez reunido, seleccionado y preparado se plantó en el rodaje. "Las instalaciones que mueven son asombrosas. El equipo de gente es enorme, la tecnología, la sala de control de cámaras, el sonido, la producción, todo lo que hay detrás... Impresiona la estructura que maneja un programa de ese tamaño".
La tagarnina es un producto extraño fuera de Andalucía Occidental, hasta el punto de tener que enseñar al equipo de cocineros que asesora a los concursantes "porque no sabían limpiarlas. Quedaron muy agradecidos por poder aprender a manejar un producto nuevo para ellos. Son unos profesionales impresionantes".
La calidad del material gustó tanto que MasterChef le comunicó en Ubrique que, a partir de esa grabación, será el proveedor de fruta y verdura en todas las visitas que hagan a Andalucía, en cualquiera de las ocho provincias.
De hecho, ya ha participado en dos más: Real Escuela de Arte Ecuestre de Jerez y Málaga. No quiere decir lo que ha llevado, aunque se le escapa algo relacionado con fresas: "No puedo divulgar fotos ni hacer comentarios hasta que los programas se emitan, son muy serios con la confidencialidad".
Ismael admite que cada grabación supone un trabajo "descomunal". Eso debe de ser bastante cuando lo dice alguien muy deportista y acostumbrado a madrugar de forma exagerada, a mover cientos de kilos de fruta o verdura, siquiera en pequeñas cajas o bolsas, casi a diario.
"Es tanto trabajo que sería imposible sin mis compañeros Lolo y Roi. Sin ellos, no funcionaría Los Corrales a diario pero desde luego no habría salido bien lo de MasterChef".
Entre bromas constantes de los clientes que visitan el puesto e interrumpen entre risas la informal entrevista, resume la evolución de un negocio que ahora ya es televisivo: "Hace unos años que estamos especializados en hostelería y cada vez nos va mejor. Nuestros clientes están muy contentos con el servicio. Con MasterChef hacemos lo mismo, tratarlos como se merecen todos los clientes de Los Corrales".
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