El primer día de apertura al público se ha retrasado como consecuencia de la pandemia y se notan las ganas de estrenar la Playita. La escarpada carretera que bordea el embalse de Zahara-El Gastor se bifurca hacia una bajada que concluye en un aparcamiento a la entrada de un paraje paradisíaco al que accede el visitante por apenas 3,5 euros (4,5 en fines de semana). En más de 60.000 metros y con cuatro llanos en sombra casi en su totalidad, el Área Recreativa de Arroyomolinos, que se remonta a mediados de los 90, gana cada año más adeptos.
"En Cádiz, los veraneantes de la costa se vienen para acá cuando sopla el Levante", cuenta Paqui Barrera, que trabajó durante trece años como taquillera y encargada del recinto, y que desde el pasado año lo gestiona como concejal delegada en el Ayuntamiento de Zahara de la Sierra. Este bello pueblo de la Sierra de Cádiz, en pleno parque natural de Grazalema, tiene unos 1.4000 habitantes, pero por su Playita pasan cada verano una media de 70 a 100.000 visitantes.
La reducción de aforo que impone las restricciones para luchar contra la propagación del covid han provocado que de 2.500 se haya pasado a una capacidad de 1.800 personas, además de diferentes medidas que han motivado que las instalaciones cuenten con el sello Andalucía Segura, además de la Q de Calidad Turística que ya obtuvo el pasado año.
"Hemos invertido 100.000 euros en mejoras este año", destaca Santiago Galván, alcalde de una localidad libre de coronavirus que ha encontrado, paradójicamente en la pandemia, una promoción incalculable gracias a su férreo control de un bicho que no ha logrado escalar hasta la cumbre de la localidad zahareña. "Hay una avalancha turística, está casi todo completo hasta septiembre; solo en la Playita hay unos veinte empleos, y entre los bares de la plaza del pueblo comen veinte familias", asegura Irene Sierra, tercera teniente de alcalde delegada de Turismo, Cultura e igualdad.
Con la bandera del Orgullo Serrano 2020 ondeando a los pies del castillo de Zahara, en el fondo de la falda de la Sierra del Jaral, entre los ríos Guadalete y Bocaleones, Arroyomolinos cerrará tres martes entre julio y agosto por limpieza, pero el resto del verano tendrá actividad con su chiringuito gestionado por la asociación de mujeres Zaharilla, y con un sinfín de bañistas dispuestos a adentrarse en una playa de interior con el agua a una temperatura entre los 18 y los 22 grados.
"Dicen que está fría, pero sabes lo que la energía que te da este agua...", expresa orgullosa Barrera, que enfatiza acerca de los encantos del lugar, su tirolina, su bosque encantado y un paraje casi intacto desde que alguien tuvo la feliz idea de inaugurar este enclave fluvial ideal para remojarse y relajarse bajo su masa arbórea disfrutando del paisaje. "Tenemos mucho control en las instalaciones y todo preparado con mucha información con cartelería y megafonía para que toda la temporada salga muy bien", confía Barrera. Un oasis en plena Sierra de Cádiz, a una hora por carretera de grandes ciudades como Sevilla y Jerez, que se ha convertido de unos años a esta parte en el principal reclamo turístico de Zahara de la Sierra, un pueblo covid free.