Como cada verano, la provincia de Cádiz se convierte en un reclamo turístico tanto a nivel nacional como internacional. Playas espectaculares, parajes idílicos, rutas de campo y ciudad, deportes para todos los gustos, planes ideales para disfrutar en familia, gastronomía, cultura y ocio. Y es que la provincia cuenta con una gran oferta capaz de contentar a un público de lo más heterogéneo. Tanto Cádiz, como el resto de provincias andaluzas, se han ido convirtiendo en los últimos años en un destino perfecto para las vacaciones. Andalucía ha sido la principal comunidad autónoma de destino de los viajes de los residentes en España en el primer trimestre, con el 16,6 por ciento de los viajes, un total de 6,7 millones de viajes, según los datos de la encuesta de Turismo de Residentes, Familitur, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Y de toda Andalucía, Cádiz es la provincia con mayor número de pueblos con encanto. Desde la sierra, con vistas y paisajes increíbles, hasta la costa, con playas naturales -y naturistas- de arena blanca y aguas transparentes. Existen miles de rincones que destacan por su particular naturaleza, una belleza bañada de la luz cálida que caracteriza la costa, atardeceres que parecen de acuarela y lunas llenas que iluminan las casitas encaladas de la sierra. Resulta complicado hacer una lista con los mejores pueblos de la provincia sin dejar a muchos fuera, pero hoy hacemos una selección -con la ayuda de Senator- de las localidades más bonitas para visitar en verano.
Vejer de la Frontera
Declarada Conjunto Histórico y galardonada con el Premio Nacional de Embellecimiento, el legado árabe se plasma en su arquitectura popular y en el urbanismo de barrios como el de la Judería. Se asienta en una bella colina a cuyos pies discurre el río Barbate. Esta villa amurallada alberga un bonito casco histórico, en el que destaca su castillo de origen árabe, el convento de las monjas concepcionistas y el palacio barroco del Marqués de Tamarón. Aunque el lugar más característico de Vejer es, sin duda, su plaza de España.
Vejer de la Frontera cuenta a tan sólo 9 kilómetros de su núcleo urbano con una de las playas más famosas del litoral gaditano, la playa de El Palmar. Sus finas arenas doradas se extienden a lo largo de más de 4 kilómetros y contrastan con la claridad de sus aguas y un bonito entorno natural. El viento de la zona es el aliado de los aficionados al windsurf. Alrededor de la Torrenueva, una torre vigía de los ss. XVII y XVIII cuya función consistía en vigilar y defender la costa gaditana de las incursiones de piratas y bandoleros, se suelen situar los aficionados al naturismo.
Chipiona
Uno de los pueblos más turísticos y alegres de toda la costa gaditana. Puede presumir de poseer el faro más alto de España, con 62 metros a nivel del terreno. El legado monumental de la localidad es un fiel reflejo de su genuino devenir histórico, remontándose sus orígenes al Imperio romano. El castillo (BIC) fue mandado construir por Guzmán el Bueno y terminado por los Ponce de León en el s. XIV. Está totalmente almenado y tiene ventanas ojivales y una torre cuadrada.
Su edificio más emblemático es, sin duda, el Santuario de Regla, que exhala un aliento neogótico. Erigida sobre una antigua fortaleza hoy día pertenece a la orden franciscana y alberga a la patrona de Chipiona. Destaca su escalera imperial que conduce al claustro mudéjar del siglo XV, los sótanos abovedados, los muros decorados con azulejos de Triana de 1640, el museo y la biblioteca. Desde principios del siglo XX Chipiona es un importante enclave veraniego. De esta época conserva numerosas y bellas villas de recreo que le dan un carácter muy especial a su fisonomía urbana. Los paseos marítimos de las playas de Regla y de Las Canteras, animados y bulliciosos, están llenos de terrazas en las que sentarse a disfrutar de la vista del mar, mientras se cata el famosísimo moscatel de la tierra.
Arcos de la Frontera
Arcos se extiende a orillas del río Guadalete, sobre lo alto de un promontorio vertical excavado por el mismo caudal. Puerta de entrada a la Ruta de los Pueblos Blancos, Arcos está considerado uno de los pueblos más bellos de España. Existen huellas de sus primeros pobladores prehistóricos y romanos en el Yacimiento de la Sierra de Aznar, pero a quien debe la ciudad su impronta y actual fisonomía es a la cultura musulmana.
A través de estrechísimas y empinadascalles y bajo antiguos arcos, el visitante se aproxima a su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico, donde se conservan joyas monumentales como el Castillo de los Duques (s. XV), la Puerta de Matrera (ss. XI-XIV) y los restos del recinto amurallado, sus palacios y casas señoriales, la Basílica de Santa María, la Iglesia de San Pedro, además de numerosos templos, capillas y conventos. Estos edificios acogen las valiosas imágenes que en Semana Santa desfilarán por las calles de la población en un fiesta que está declarada de Interés Turístico Nacional.
Alcalá de los Gazules
Otro de los pueblos con encanto de Cádiz es Alcalá de los Gazules. Se encuentra dentro del parque natural de los Alcornocales y ofrece una de las estampas de montaña más bonitas de la provincia, ya que pasa gran parte del año con las cumbres del fondo nevadas. Numerosos vestigios demuestran la presencia humana en la zona desde el Paleolítico, como los grabados rupestres del yacimiento de la Laja de los Hierros.
Para los amantes de la naturaleza, Alcalá es un buen punto de partida para adentrarse en el Parque Natural de los Alcornocales, escenario idóneo para las actividades de turismo activo (senderismo, piragüismo, cicloturismo, paseos a caballo...). En su interior resulta muy interesante realizar una excursión a la Sierra del Aljibe, para subir a su pico más alto desde el que se contemplan bellísimas panorámicas. Hay abundancia de corzos, ciervos y de diferentes especies de aves, buitres y águilas perdiceras, entre otras especies.
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Zahara de la Sierra
Presidido por un castillo y rodeado por el embalse de Zahara-El Gastor, Zahara de la Sierra es otro de los pueblos más bonitos de Cádiz y forma parte de la famosa ruta de los pueblos blancos. Además de su fortaleza, otros puntos de interés son la torre del Reloj, la iglesia de Santa María de Mesa y la capilla de San Juan de Letrán. Al encontrarse dentro del parque natural de Grazalema, es un lugar ideal para disfrutar del entorno practicando deportes como el kayak o soltando adrenalina con actividades de escalada y espeleología.
Todo ello, junto a una rica y variada gastronomía propia, como los quemones, las sopas hervías, la carne de membrillo y los aceites de oliva extra de la modalidad manzanillo, bien que se merece una visita para conocerla y vivirla.
Setenil de las Bodegas
La singularidad y extrema belleza de su entramado urbano convierten a Setenil en uno de los principales destinos turísticos de la Sierra de Cádiz. Las casas, unas bajo la roca y otras sobre ésta o en su interior, imprimen diferentes niveles de altura a las calles, configurándose rincones tan especiales como las calles de la Cuevas de la Sombra y de las Cuevas del Sol. Su localización actual es de origen medieval y en el espacio que hoy se denomina la Villa se asentaba el antiguo poblado almohade.
El castillo que domina el pueblo es una fortaleza de origen medieval (ss. XIV y XV), que conserva la Torre del Homenaje y un aljibe. Su patrimonio se completa con la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación; la antigua Casa Consistorial y las ermitas de Nuestra Señora del Carmen y San Sebastián.
Grazalema
Otro pueblo que forma parte de la ruta de los pueblos blancos es Grazalema y, como bien dice su nombre, se encuentra en el interior del parque natural. Encajado en un valle y rodeado de montañas, esta pequeña localidad es un lugar imprescindible para descansar y reconectar con la naturaleza. Adentrándose en el casco urbano, se podrá observar la típica estructura de un pueblo árabe, la que ha sabido mantener a través del tiempo: calles empedradas y estrechas, tejados a dos aguas, blancas fachadas, plazoletas de gran belleza, resumiendo, se trata de un pueblo de gran belleza arquitectónica andaluza, y cuidado urbanismo.
Además, los bosques y embalses cercanos permiten hacer todo tipo de actividades al aire libre como senderismo, deportes de aventura, rutas en bici o escalada. También es un paraje perfecto para la ornitología. Desde luego, uno de los lugares que no se olvidan.
Olvera
Si hay algo que destaca son sus dosjoyas monumentales: su castillo de origen nazarí en lo alto de un peñasco y la impresionante iglesia neoclásica de Nuestra Señora de la Encarnación que sobresale entre todas las casas. Olvera invita a recorrer sus rincones más representativos a través de distintas rutas en las que se conjugan algunos de los monumentos más esplendorosos de su pasado romano hasta la actualidad, teniendo un gran protagonismo su pasado almohade.
El Barrio de la Villa se asienta sobre lo que era el primitivo casco de la ciudad antigua. En su trazado laberíntico y jalonado de lienzos de muralla se abren paso la Iglesia Arciprestal de Nuestra Señora de la Encarnación y el castillo, fortaleza musulmana del s. XII que aún conserva muros, torreones y la Torre del Homenaje. Otra forma diferente de descubrir las maravillas que ofrece Olvera es a través de sus rutas naturales.Desde aquí se inicia también el famoso sendero Vía Verde de la Sierra, que se puede hacer a pie, a caballo o en bici.
Medina Sidonia
Situada en la comarca de la Janda, Medina Sidonia mantiene intacta su esencia medieval, con su muralla muy bien conservada y sus numerosos arcos que permiten el acceso al casco antiguo, declarado también Conjunto Histórico-Artístico. El más famoso de ellos es el arco de la Pastora, que se remonta al siglo X.
Igualmente, el Conjunto Arqueológico Romano, así como los castillos medievales de Medina Sidonia y Torrestrella, merecen una visita. Aunque lo más destacado de este pueblo es que posee el vestigio de arte visigodo más antiguo de Andalucía, en la ermita de los Santos.
Conil de la Frontera
Puerto de innegable importancia durante las épocas romana y visigoda, a pesar de su enorme ambiente turístico este caserío blanco de urbanismo andalusí ha sabido mantener el sabor y el encanto de las villas marineras. De las fortificaciones medievales conserva lienzos de sus murallas en la Puerta de la Villa (s. XVI) y en un baluarte que las fortificaba. Desde las torres vigía de Roche, Puerco y Castilnovo (ss. XVI y XVII) se avistaban los posibles ataques piratas o invasiones. Y por último, la Torre de Guzmán, de los ss. XIV y XV, formaba parte del antiguo castillo y es el núcleo alrededor del que se formó la población.
Lo mejor de este lugar son, sin duda, sus playas. La de La Fontanilla y la de Fuente del Gallo son las más recomendables. Además, si le apetece darse un baño en zonas más tranquilas, muy cerca están la cala del Aceite y las calas de Roche. Otro de los mayores reclamos de este destino es la posibilidad de practicar deportes acuáticos.