La peña flamenca Los Cernícalos de Jerez ha celebrado este fin de semana la que puede ser su última Zambomba en su actual sede, donde está instalada desde hace 45 años.
A la tradicional alegría propia de las fiestas típicas navideñas en Jerez, en esta ocasión suma una sensación agridulce. Entre villancicos, vino dulce, cantes y bailes, también sobrevuela la pena por dejar la que ha sido su casa durante más de cuatro décadas.
Y es que la peña Los Cernícalos tendrá que dejar su sede el próximo 31 de diciembre, cuando esta emblemática entidad deberá abandonar la sede social que, por derecho propio, se había convertido en uno de los templos jondos en la ciudad.
"El dueño ha vendido y tenemos que salir", asegura a lavozdelsur.es el presidente de la entidad, Jesús Atienza, exponiendo que han solicitado una reunión a Alcaldía para "explicarles la situación en la que nos encontramos" porque, a pesar de que se le ha ofrecido un derecho de tanteo en la operación, actualmente "la peña no está en disposición de afrontar la compra del inmueble".
"Habría que hacer una reforma integral y solventar los problemas de accesibilidad, sanidad y seguridad, entre otras muchas cosas, y no tenemos dinero para eso", incidía el presidente de la peña. "Estamos jodidos, pero tranquilos porque siempre hemos estado en el filo de la navaja", añadía Atienza, consciente de que esta operación inmobiliaria llevaba mucho tiempo en marcha.
La junta directiva de la peña flamenca Los Cernícalos lleva tiempo trabajando en la búsqueda de "naves de mudanza o guardamuebles donde poder meter todo nuestro patrimonio", compuesto por un archivo fotográfico y audiovisual que resume gran parte de la historia flamenca de Jerez de los últimos 50 años. Y también un espacio en el que poder "celebrar las actividades de los primeros seis meses de 2024".
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