Jerez tiene ganas de Zambomba. Muchas. Dos años con restricciones es lo que tiene. Y antes de que empezara la tradicional Zambomba de la Navidad de la Federación Local de Peñas Flamencas en el Teatro Villamarta quedó demostrado. Había tantas ganas de fiesta que ni siquiera se esperó a que se levantara el telón del principal espacio escénico de la ciudad, el pasado sábado por la noche, para improvisar una en el patio de butacas.
Entre el público, lo más valientes se avezaron a entonar los villancicos tradicionales de Jerez —volando las coplas desde el patio de butacas a la platea y el anfiteatro—, convirtiendo en el coliseo en un caldero que mostraba a las claras sus ganas de pasarlo bien.
Y es que este espectáculo que organiza cada año la Federación Local de Peñas Flamencas es un evento clásico y tradicional que siempre ha gozado, goza y gozará del cariño de un público que lleva desde 1999 llenando las butacas del Teatro Villamarta. El olor a miel, azúcar, matalahúva y canela sobrevuela por diciembre el principal espacio de la ciudad a golpe de zambomba, guitarra y pandero. Y esta vez no hay sido menos. La Peña Flamenca La Zúa ha sido la encargada de darle contenido y, para ello, confió en Macarena de Jerez que se estrenaba en la dirección artística de este tipo de espectáculos.
Con el lógico retraso para esperar a que se sentaran quienes siempre suelen ‘llegar a lo justo’ —si no esto no sería Jerez—, dieron comienzo dos horas en las que el cancionero popular navideño volvía de nuevo a ser protagonista. Y lavozdelsur.es quiso estar allí para contarlo. Lástima que fuéramos de los pocos medios presentes. Este evento que antes copaba portadas, este año no estará presente ni en la parrilla navideña de la pequeña pantalla. Una pena. Menos mal que siempre nos quedará el recuerdo. Además de estas letras que están leyendo ahora mismo todos ustedes. Pero centrémonos en lo vivido el pasado sábado, que más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena, con convenio con el teatro o sin él.
Bajo la estructura clásica, en la que los villancicos a coro se suponen que deben ser los protagonistas, el elenco seleccionado por Macarena de Jerez —menos ella— fue el encargado de desgranar bajo las cadencias tradicionales gran parte del espectáculo. Los letras clasícas de Hacia Belén va una burra y Allá por el mes de mayo conseguían mantener el ambiente entre un público en ebullición, que bajó su pulso vital con la primera aparición estelar de la directora artística. Una nana bajo el título Venimos a cantarte compuesta “con todo mi corazón para todos ustedes” fue su carta presentación, justo antes de que Antonia Núñez volviera a revolucionarnos a todos con El pavo a un compás endiablado de tangos.
Siguiendo con la vertiente solista, a Manuel Zarzana le tocó pelearse con los duendes más traviesos del teatro. Ellos y no otros provocaron que se tuviera que fajar con los acoples en Alzad las voces de Fernando Terremoto, salvando la situación como buenamente pudo. Menos mal que La Tarara a compás de tanguillos y el clásico De Vendimiar de Parrilla de Jerez trajeron de nuevo la normalidad sonora como acto previo a la segunda aparición estelar de la máxima responsable de la noche, con otro de los estrenos.
Tras uno de los muchos —excesivos— cambios de vestuarios, entradas y salidas, la escaleta marcaba bajo el título de Manué una nueva aportación al cancionero popular navideño como villancico de autor. También de su autoría —y en esta ocasión sin diademas que dieran más problemas que alegrías— Macarena de Jerez consiguió conectar con el público forma mucho más receptiva y solicitar tras su finalización la presencia en el escenario de cuatro invitadas muy especiales. Ni cortas ni perezosas, con más ganas que otra cosa, cuatro japonesas irrumpían en el proscenio para intentar entonar las letras de Alegría, alegría de Fernando Terremoto.
Si el flamenco es universal, quizás a la Zambomba aún le quede un largo trecho por recorrer, sobre todo en el aspecto cantaor. Menos mal que Juan Lara puso de nuevo las cosas en su sitio a través de las estrofas que inmortalizara Manuel Torre de los campanilleros En los pueblos de mi Andalucía. Se llevó una de las ovaciones de la noche. Más que merecida. De todas las veces que le hemos escuchado este villancico en distintas Zambombas de la Navidad en las que ha participado, esta puede que sea una de sus mejores interpretaciones.
Con A la orilla del rio a coro cruzamos el ecuador de Aromas de Navidad. Y con Carmen Grilo nos emocionarnos una vez más ‘queriendo a Jesús’ antes de hacer el petate y marcharnos con Los quintos para la guerra, con la guitarra, la zambomba y el pandero como armas de defensa, en busca de esos caminos que van a Belén que inmortalizaran La Chati y su hermana Paqui Méndez por siempre y para siempre. En esta ocasión, con aquella Zambomba del año 2001 en el recuerdo, Macarena de Jerez se arropaba de Fernando Soto —artista invitado— para rememorarnos y recordarnos que estas fechas navideñas también son la de la nostalgia y el recuerdo y que el legado que nos dejó Parrilla de Jerez y Antonio Gallardo es una herencia que estamos obligados a conservar. Bien los dos. De lo mejor de la noche, junto con el otro dúo que protagonizaron Antonio Reyes y ella, en el que los versos lorquianos de San Gabriel bajo la musicalización de Parrilla de Jerez fueron los protagonistas. No se puede tener una voz más de caramelo que la del de Chiclana.
Pero entre un dúo y otro, entre un cambio de vestuario y otro, el público tuvo tiempo de jalear entre medias a la pícara de mi suegra o de rendir pleitesía a Curro de la Morena. Con el Maldito calderero interpretado por Álvaro Valle y Luis de Santiago, y al que Nerea Domínguez le puso el baile por bulerías, se encaraba una recta final a la que pusieron epílogo Alicia Jiménez y la propia Macarena de Jerez con el hit navideño ‘Es la Navidad’ de Soleá Fernández —hija del Farru— y el correspondiente fin de fiesta.
Fernando Soto, Antonio Reyes y ella misma fueron los encargados de despedir con Bulerías de Nochebuena a un público que salía del teatro con ganas de buscar algunas de las Zambombas que aún quedaban vivas por la ciudad a pesar del aguacero que caía en esos momentos, pero que no pudo deslucir esta jornada en la que se daba inicio de forma oficial a la Navidad en el Teatro Villamarta. Y es que, cuando llega diciembre, con Jerez no puede nadie. Ni el agua.
Los próximos días 6 y 7 de diciembre será el turno de Así Canta Jerez en Navidad con Luis de Periquín al frente; el día 9 será el turno de Suena Jerez en Navidad. Amor en la Tierra, de Pepe del Morao; el día 10 llegarán Los Farrucos y Los Fernández; y el 14 de diciembre, para poner fin a este ciclo navideño, será la Fundación Alalá la que se suba al escenario de Teatro Villamarta.