Pablo Carbonell, Rancapino o Paco Gandía han tenido el privilegio de saborear la gran seña de identidad de este bar situado en la calle Compañía.
En pleno corazón del centro de Cádiz, más concretamente en la calle Compañía, se encuentra ubicado un auténtico templo del café en Cádiz, el bar 'Brim', uno de esos escasos negocios familiares que todavía subsisten a la terrible crisis que en esta ciudad parece no tener fin.
Antonio y Chari son las personas que amablemente atienden al personal en la barra. Chari recuerda que “mi suegro Antonio cogió este local en el año 1956. Entonces era un bar de tapas y le dio un lavado de cara considerable para transformarlo, básicamente, en un bar de café. Él era de Santander y un enamorado de su trabajo. Se vino a Cádiz a trabajar con 13 años y empezó fregando platos en el Novelty”.
Posteriormente, sigue contando Chari, “se independizó y cogió 'El Nino' que entonces era 'El Morente'. Aquí en 'El Brim' estuvo trabajando hasta que tuvo 91 años y siempre dado de alta. Se pasó en su negocio hasta muy poco antes de morir e incluso llegó a dormir una vez en el mostrador. Abría diariamente a las 5 de la mañana y cerraba cuando terminaba la sesión en el Teatro Andalucía a la una de la mañana”.
Reconoce que “la mejor época que tuvimos fue la década de los 60. A partir de ese momento, el café se convirtió en nuestra seña de identidad. De hecho, el 90% de los clientes venían para tomarlo. Siempre ha sido nuestro referente. Apenas incorporamos otras cosas, básicamente la rondeñas, las tortas de aceite y las tres o cuatro copitas”. Respecto a la filosofía, resume su bar como "un establecimiento clásico, señero y alejado de los lujos y la oferta variada que tanto se estila ahora. Nosotros tenemos claro que debemos ofrecer el mejor café posible y poco más. El cliente sabe a lo que viene. Nada de las cosas que se pueden encontrar en otros lugares, si acaso una torta".
Se vanagloria de que “el boca a boca es mejor publicidad que podemos tener, hay mucha gente que recomienda a sus amigos que vengan hasta aquí a tomar el café. La clave está en cuidar el molido, ponerle mucho amor y usar leche fresca del día, que también influye en el sabor del café. Nosotros no somos partidarios de las marcas blancas, apostamos por la calidad”. Igualmente revlea que "el secreto está en cómo se muele y se prensa, algo que no se encuentra en otro sitio y que hace que los clientes repitan. Cada uno puede apostar por lo que crea mejor pero en nuestro caso preferimos la especialización".
Por otra parte, considera que “pese a las dificultades hemos conseguido sobrevivir a la crisis, eso sí, nos mantenemos a duras penas”. También tiene un tiempo para la nostalgia al rememorar que “por este local ha pasado gente como Pablo Carbonell, Teresa Quintero, Paco Algora Santiago Donday, Rancapino o Paco Gandía. Todo el mundo recomienda este sitio y hemos llegado a escuchar que si quieres tomar café en Cádiz tienes que venir a 'El Brim'. Nuestra fama llega al extranjero, sonríe”.
El local tiene un aspecto peculiar, ya que no cuenta ni siquiera con sillas, ni mesas. Y lo mejor para muchos, el precio. Por un 1,10 euros te tomas un café que seguramente no vas a encontrar en otro sitio.