Nada más evocador que el mar. Un barco es una promesa y si es velero, rimada. Lo que traían, lo que anunciaban, hasta dónde llevarían, qué habría más allá. Si hasta la mitad de nuestros manjares aprendimos a disfrutarlos gracias a lugares llamados ultramarinos. Cada partida, cada atraque, descubrimiento y misterio. Todo eso da mucha hambre. Así que aquí van siete sitios a menos de cinco minutos a pie del recinto portuario de la Gran Regata, en los alrededores. Los hay nuevos, clásicos, gaditanos, argentinos, vascos y árabes. El mar siempre fue mestizaje, ida y vuelta. Habrá que probar. Aunque todos estos están probados y con buena nota. Hay algunos más, en un pequeño epílogo que, por supuesto, está en popa. Zarpar y zampar, todo es empezar.
On Egin
Los que tienen la suerte de ir cada poco a Euskadi saben que uno de los 100 mejores bares de pintxos del mundo está en Euskádiz. Concretamente en la calle Plocia. A una esquina del puerto de Cádiz. Lander Urquizu y su familia decidieron trasladarse a este lugar tras una visita turística que les enamoró. Cerraron su local en Guipuzcoa y se lo trajeron al corazón turístico de Cádiz. Ahora los enamorados son los que tienen la suerte de entrar. Es un pequeño compendio de la cocina tradicional vasca con obvio respeto por el producto, elaboración cuidada, sin inventos, bella presentación y una atención amabilísima. Desde una gilda al pintxo donostiarra, las tortillas, sus autóctonas delicias de carne y pescado. Carta relativamente corta pero muy atractiva, en porciones pequeñas o mayores. El nombre, "buen provecho" en Euskera, no puede ser más apropiado. Terraza populosa en calle de trasiego constante. Un sitio imprescindible en la ciudad de Cádiz en estos tiempos.
Almanaque
Juan Carlos Borrell abría este local hace apenas cuatro años con la vocación de ofrecer una casa de comidas evolucionada, un pequeño mesón del siglo XXI, impoluto y elegante donde degustar recetas eternas renovadas con un espléndido toque creativo y personal. Depende la época, de arroces a guisos, carne, pescado, con una bodega interesantísima. Cocina a la vista con el dueño ahí, navegando. Platos para compartir, muchos de temporada y, por tanto, cambiantes en una carta corta pero memorable. Pronto llamó la atención de Michelin (lleva tres años en el apartado Bib Gourmand para las exquisiteces asequibles). Tanto se ve el puerto desde su puerta que está ubicado junto a la Casa de las Cinco Torres, llamada así por los miradores desde los que se vigilaba la llegada y salida de mercancías en los barcos. La sobriedad minimalista del salón, con piedra ostionera por todas partes, añade placer y serenidad a la experiencia. Terraza serena y encantadora en la minusvalorada plaza de Argüelles. No se lo pierdan.
Mesón de las Américas
Un argentino con décadas de trayectoria en Cádiz. El argentino de Cádiz. Desde su puerta, al final de una calle estrecha, se ve la verja del muelle. Tiene un salón inferior, en una cueva, que guarda recuerdos de miles de gaditanos y visitantes. La carta es tan previsible como exquisita. Todos los cortes tradicionales de carne al estilo argentino, pasado por el gusto andaluz, con su chimichurri, su puré de patatas y todos los avíos. Una ventaja es que puede disfrutarse todo en formato tapa o en plato grande. Una de las mejores empanadas criollas de la provincia. Carta de vinos suficiente y reseñable la de cervezas. En la memoria de los lugareños es uno de esos locales que nunca falla. Y el nunca es muy largo porque abrió en 1992 con Fabián Vidussi al frente. No tiene terraza pero sí unas minibarras con taburetes en el exterior. Siempre concurrido.
Los Camino
Los que quieran descubrir algunas peculiaridades gaditanas en el plato y en el entorno tienen visita obligada a este pequeño local de la calle Rosario (una de las más recomendables por historia y encanto de la ciudad). Su oferta es la más tradicional que cabe esperar pero con un toque de autenticidad, sabor y rigor que agradecen sus fieles. En tapas frías, en frituras, algún guiso, incluso varias recetas clásicas que ya empiezan a ser rarezas en muchas barras. Salón muy pequeño, mesas altas y bullicio. Si alguien busca tranquilidad tibetana, a otro sitio. El nombre se debe al apellido de los hermanos propietarios. Abrió hace siete años y nunca ha dejado de crecer. Sus parroquianos son fieles y tiene cierto peso social en la ciudad. No es de los más cercanos al puerto de este listado pero si se busca la plaza de San Agustín, está a cinco minutos del muelle.
Contraseña
Es un local con historia curiosa y padres de alcurnia. Hasta hace pocos meses estaba ubicado en la plaza de Candelaria. Sus dueños son Leon Griffioen y Paqui Márquez, que han conseguido la primera estrella Michelin para la ciudad de Cádiz con otro establecimiento: Código de Barra. Dejaron con vida Contraseña como segundo local pero ahora crece. Se ha mudado a la misma calle que el estrellado, a un local íntimo y peculiar, con una deliciosa penumbra. Su carta es más cuidada, trabajada y personal que la del resto de locales de esta lista. Es más gastronómico, con precios medios más elevados pero se mantiene en ese lugar intermedio entre restaurante encantador y lujoso. Ofrece principalmente menús degustación. Lo mejor que puede decirse es que está a la altura de los nombres que le preceden. Para los que quieran darse un placer íntimo en almuerzo o cena, de dos en dos, sin muchas interferencias. A tres pasos de la plaza de San Juan de Dios y, por tanto, del puerto de Cádiz y su Gran Regata.
Casa Angelita
El nombre y las delicias que ofrece forman un homenaje a la madre de uno de los propietarios, Elías Saavedra. Carta completísima con ese germen familiar y desvelo por la materia prima. Se nota desde los embutidos, quesos o conservas hasta las ensaladas. Mucho protagonismo del pescado, especialmente del atún. Buen tino con las siempre complicadas frituras. Es buen destino para el que quiera probar lo más tradicional de Cádiz, hasta algún guiso, arroces o concesiones a gustos más norteños e incluso internacionales. Amplia bodega con espacio para los vinos generosos de una provincia tan generosa. Preciosa la barra para el cerveceo, en la que disfrutar y compartir platos o raciones. Gran terraza en la calle Nueva, peatonal, a tres pasos del Ayuntamiento, a un salto del puerto de Cádiz. Ideal para los que quieran conocer lo local y lo de siempre pero bien presentado, en un entorno agradable, bien vestido.
Las Puertas del Edén
Quizás el que está más lejos del puerto. A unos terribles 250 metros, detrás del Ayuntamiento y del Arco del Pópulo. En vez de tres minutos de paseo, como los demás, tiene cuatro. Pero quedamos en volver a hacer ejercicio en septiembre. De las pocas propuestas de cocina 'halal' en la provincia. Obra de dos jóvenes yemeníes, Walli y Wassim, que abrieron hace apenas un año (en noviembre) y no han llegado a la treintena. Tan respetuosa con los preceptos musulmanes que todos los creyentes pueden comer aquí sin el menor temor. Para el resto del planeta, o los musulmanes no practicantes, que los hay, sirven alcohol. En su cocina destacan platos como kabsah, cordero lechal enterrado en arroz basmati y frutos secos, o los entrantes y platos principales de la cocina tradicional siria, marroquí y libanesa. No faltan un excelso cuscús, tajine y shawarma de pollo o ternera, el falafel o el queso árabe caramelizados con dátiles. En definitiva, una gran versión del tópico de las mil y una noches pero trasladado a la realidad y a este tiempo. Para un millar de veladas no se sabe pero para disfrutar en alguna de las tres de la Gran Regata, jueves, viernes y sábado, es una gran opción. Abre de forma ininterrumpida de 12 a 23.30 horas.
Epílogo
Pudieron entrar perfectamente en este listado D'Cortés y Burlesque (en la calle Plocia que cae tan a mano desde el puerto); Arrebol y ConFusione (dos exquisiteces, la segunda, italiana, pero algo más lejos, en el entorno de plaza de Mina), Dos Torres (una especie de venta urbana con delicias del campo gaditano pero en la Cuesta de las Calesas, arriba, casi frente a la Audiencia Provincial), La Candela (recomendable siempre pero ya cerca de Candelaria) o Casa Rafael (en Periodista Emilio López, muy cerca del muelle pero cierra por vacaciones estos días).
Quede constancia documental a cualquier efecto legal y administrativo.