Una rueda pintada de rosa mece a unas rosas. Las paredes, rosas, acogen multitud de flores, también rosas. Y hasta el recipiente del agua es rosa. Este color es el protagonista en una cafetería fotogénica ideal para grabar un videoclip donde una muñeca Marín con un traje de flamenca rosa recibe a los visitantes desde la vitrina. No es un local convencional ni a lo que está acostumbrada Chiclana, la ciudad que acoge Rose Café, un establecimiento 'cuqui' en el que quedarse embobados mirando la decoración.
El alma máter de este coqueto rincón para desayunos y meriendas que llama la atención nada más entrar en el municipio es Miguel Eguez Justiniano, de 43 años. “En realidad se llama Rose Café”, dice pronunciando la primera palabra en inglés, y la segunda en español. Sin embargo, el público lo ha rebautizado y dice Rose o Rosé, sin cambiar de idioma.
Este boliviano, de madre boliviana y padre japonés, dejó volar su imaginación hace dos años, cuando, junto a su pareja, el chiclanero Juan Manuel Flores, se aventuró a montar su propio negocio. Sentado en una silla de terciopelo, bajo una lámpara con corona de flores, cuenta a lavozdelsur.es cómo llegó a Jerez con 19 años cumplidos. Tras un comienzo duro durante el primer año por motivos de salud, salió adelante y trabajó en distintos establecimientos. Trece años después, se mudó a Chiclana, donde lleva 12 años en restaurantes, cervecerías y, por último, en un hotel.
“Siempre he tenido claro que quería tener una cafetería, ha sido mi ilusión”, comenta. Sin embargo, no esperaba que fuera a tener esta estética original que no deja a nadie indiferente. “Mi tía tenía cáncer de mama, luchó mucho, pero lamentablemente no lo venció y mi madre, su hermana, se hundió. Yo quería darle una motivación... que participase”, explica Miguel, que eligió este color símbolo del combate que perdieron 6.754 mujeres en 2022 en España, según un informe de Statista.
Rose Café abrió sus puertas el 25 de febrero de ese mismo año en memoria de su tía y para dar una alegría a su madre, que se implicó en los cuatro meses en los que estuvieron decorando el local. “Sin mi pareja no habría sido lo mismo”, dice el boliviano, que confiesa que la rosa es también su flor favorita.
El día de la inauguración lo recuerda con “muchas incógnitas”. A las 16.00 horas ya estaba en la cafetería esperando a los primeros clientes con una mezcla de nervios e ilusión. “No entraba nadie hasta que de golpe y porrazo empezó a llegar gente y esto fue como una feria en un instante”, comenta con una sonrisa de oreja a oreja.
A su lado, una cabina telefónica pintada del color estrella hace las funciones de photocall con un teléfono dorado. Procede de una tienda de ropa de Cádiz que iba a cerrar y por la que pasó, de casualidad, uno de esos días en los que se pasaba horas pintando.
Del techo cuelga un Dumbo, que antes se movía al introducir una moneda, y también un caballo de un tío vivo que atrae todas las miradas al entrar. Entre estos curiosos objetos, en su mayoría restaurados por su pareja con un toque rosa, se pueden degustar tostadas con aguacate, “que está de moda”, queso crema o salmón y croissants con relleno a elegir.
Pero la seña de identidad de Rose Café son las tartas, repostería 100% artesanal creada con las manos de Miguel. Las hace a diario, desde cero, desde el bizcocho hasta el montaje, utilizando productos vegetales. “Nada de aceite de palma”, dice. No solo las muestra en la vitrina para que los clientes puedan tomarse un trozo entre flores, sino también las elabora por encargo, personalizadas para ocasiones especiales como cumpleaños o el Día de la Madre, que ya está cerca.
Galería de fotos | Así es Rose Café en Chiclana
Palmeras, gofres, 'smoothies' o una copa supergigante con helado que pronto incorporará a la carta son algunas de las opciones que ya han probado muchas personas de toda la provincia. “He mandado tartas hasta a Granada”, dice risueño frente a uno de los espejos que adornan el lugar.
En el mostrador, presenta una gran hucha con forma de cerdo para la ayuda a la investigación al cáncer. Desde su apertura, colaboran con distintas asociaciones a las que entregan el dinero recaudado al finalizar el año.
A Miguel, que ha patentado la marca Rose Café, le encantaría poder abrir más establecimientos como este en otras ciudades. “Vamos a inundar España de rosa”, ríe con una tarta de fresa en sus manos.
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