En Trebujena todo el mundo tiene un apodo. A Juan Manuel Gómez Arellano lo conoce todo el mundo por Manego, o Maneguito, porque en realidad fue su padre al que bautizaron con este sobrenombre en la localidad ribereña. Aunque dedicado a la hostelería desde que era un chaval, cuando ayudaba en la trebujenera venta Las Compuertas a sus padres, también se dedicaba a la pesca de la angula, hasta que la Junta de Andalucía decretara en 2011 una moratoria de 10 años para la captura de esta especie. Que el daño por esta medida ha sido grande en el pueblo lo dicen los datos. En los tiempos de bonanza, un riachero podía ganar cerca de 6.000 euros en una semana si la pesca era buena, ya que la angula se pagaba entre 400 y 500 euros el kilo.
Pero como decimos, hablamos del pasado. El presente para Manego es la hostelería. A un lado de la estrecha y gastada carretera que conecta Trebujena con el Guadalquivir, en un precioso paisaje de marisma que hicieron que el mismo Spielberg quisiera rodar aquí El Imperio del Sol, y justo al lado de un complejo de bungalows cerrado hace años, encontramos un rincón idílico de curioso nombre: Manegodor. Si Marina D’or es una ciudad de vacaciones, Manego define su negocio como “ciudad de camarones”, ya que los pesca en los esteros que rodean su taberna. Si el paraje ya nos enamoraba, el nombre del lugar nos saca una sonrisa. Buena señal. Eso sí, a la mesa, la comida desde luego que no es de chiste.
Como no podía ser menos, los camarones tienen también protagonismo. Aquí se preparan fritos, en un plato denominado “popurrí tierra y mar”, ya que los combina con pimientos fritos y huevo; al ajillo o en tortillitas, siendo abundantes y bien grandes, prácticamente quisquillas. Destaca igualmente en la carta las huevas de bacalao al ajillo, el pescadito frito, y los pescados de estero, lubina y albur, así como los langostinos.
Manegodor, que como ya se ha dicho abre de octubre a mayo, se traslada en verano a Trebujena, donde abre como bar de tapas. Con el otoño la ciudad de camarones volverá a la marisma.