Durante 70 años, la calle José Luis Díez con El Arroyo, casi frente al centro de salud de San Dionisio, contó con una de las farmacias más longevas y conocidas de Jerez. Los vecinos de la zona se convirtieron en clientes habituales de este establecimiento que les proveía de medicamentos y todo tipo de productos farmacéuticos. Fueron su segunda familia.
A reunir a esa clientela habitual, aunque bajo otro concepto, aspiran ahora José Manuel González, más conocido como Formento, y Cristina Matallán, la pareja que se ha hecho con el local para abrir hace apenas dos semanas un tabanco, La Farmacia. Fotógrafo y peluquera, ambos esperan que "los vecinos nos tengan como un lugar de reunión, que vengan a ver a sus amigos y a visitarnos como si fuéramos de su familia", cuentan a lavozdelsur.es.
Tal es el poso que dejó la antigua farmacia en la zona que afectó incluso al nombre que le han puesto a su establecimiento. "No iba a llamarse así, pero a todo el mundo que nos preguntaba dónde íbamos a abrir le decíamos que sería donde estaba la antigua farmacia. Y al final acabó quedándose con este nombre", cuentan. Cristina agrega entre risas que "todavía viene gente a pedir medicinas y nosotros se las damos, aunque ya no es jarabe sino un fino o un cream". De toda la vida se dijo en Jerez: al catarro, con el jarro. No en vano, las propiedades del jerez pueden ser hasta medicinales, como defienden desde muy antiguo los más grandes literatos.
Él es fotógrafo y ella peluquera, y jamás habían coqueteado con el mundo de la hostelería, pero la intención de Cristina era montar algo típicamente jerezano. "¿Qué hay más jerezano que un tabanco?", interpela. Su madre es de origen estadounidense y ella ha vivido más de 20 años en distintos lugares fuera de Jerez, por lo que se ha impregnado de multitud de culturas, pero reconoce que, "como esta tierra, ninguna. A mi regreso quería hacer algo típico y pensé en el vino y en los tabancos".
Así nació el tabanco La Farmacia, que ha visto la luz en una de las épocas más complicadas del año, pero también más productivas, en pleno mes de Zambombas y a las puertas de Navidades. "Es impresionante la cantidad de gente que está viniendo, estamos aprendiendo a la fuerza pero vamos poco a poco cogiendo tablas", cuentan.
Precisamente la falta de experiencia es un factor que les preocupaba a la hora de iniciar su andadura hostelera en un momento como este, pero agradecen "la paciencia" de los clientes a los que atienden y que "se portan realmente bien, son comprensivos y entienden que podemos tardar más de la cuenta o que podemos equivocarnos. Así aprender es más fácil".
Si en Jerez es habitual que deambulen muchos turistas extranjeros durante todo el año, en fechas como la antesala de la Navidad más aún. En este aspecto tienen un importante punto a favor con respecto a otros tabancos y es que manejan a la perfección el inglés. "Como mi madre y yo tenemos sangre estadounidense somos perfectamente angloparlantes, por lo que cuando vienen personas que no hablan español se sienten mejor acogidos porque les atiende alguien que habla su idioma. Como persona que ha vivido mucho tiempo fuera de España sé lo duro que es estar en un lugar donde todo el mundo habla algo que no entiendes y lo desplazado que puedes llegar a sentirte, de modo que así podemos hacerles sentir como si estuvieran en una segunda casa", asegura.
Un tabanco al más puro estilo jerezano
La Farmacia tiene como principal objetivo mantener y visibilizar las tradiciones de los antiguos tabancos de Jerez que cada vez se están desvirtuando más. "Con el tiempo el concepto está cambiando y se está perdiendo la esencia de lo que eran antes. Nosotros queremos conservar su estilo y su forma de trabajar original", sostienen los dueños del negocio.
Así, el vino, su producto estrella, lo sirven utilizando los vasos que se utilizaban antes de que se extendiera el uso del catavino. Este pequeño gesto congratula a muchos visitantes que se encuentran con algo que ya no se estila en muchos espacios dentro y fuera de Jerez.
De igual manera, la decoración y el modelo de funcionamiento del tabanco siguen los cánones de los clásicos y mantiene ese aura que lo puede hacer tan atractivo para los que buscan una experiencia totalmente inmersiva en la cultura, la gastronomía y la historia de Jerez.
La carta, por cierto, aún está en proceso de elaboración. Actualmente cuentan con platos típicos como los boquerones o los chicharrones y disponen de diferentes chacinas para picar. Con el tiempo, la idea de José Manuel y Cristina es añadir guisos los fines de semana para ofrecer "algo caliente ahora que hace frío y el cuerpo lo pide", aunque primero quieren ver cómo van sucediéndose las jornadas y comprobar el recibimiento real que tendrán por parte de los vecinos y los visitantes.
"Sería muy bonito que esto pudiera durar aunque fuera la mitad que la farmacia, pero eso lo sabremos con el paso de los años", dicen. Mientras tanto tienen claro que "aunque ya no se venden medicinas todavía podemos curar algunos problemas, un mal de amores o una tristeza podemos eliminarlos temporalmente con un buen vaso de vino". Siempre con moderación y con el jerez por delante. ¡Salud!