El horror es una cosa que no entiende de edades, ni razas, ni de gustos. Transversal y, a menudo, irracional. Como el amor. Por eso, quizás, Joaquín Lavilla y Marina Campaña animan para este 14 de febrero (y el fin de semana) a que las parejas -y cualquiera, claro- celebre San Valentín con sangre. Sangre ficcionada, pero sangre.
El Horror Studio FX, en el centro comercial Plaza de San Fernando (Cádiz), es un espacio de ocio que sería algo así como horrorocio. La casa del terror de las ferias, pero bien. Un trocito de un parque de atracciones en una esquinita de la Bahía de Cádiz. Es el spin-off empresarial de la productora de cine isleña Fábrica de Ficción, que surgió por el empeño de Lavilla, maquillador de terror entre otras cosas, en que tanto los profesionales como los visitantes encuentren en San Fernando lo que por lo general se vive fuera. "Para que no se vayan los artistas", dice él mismo.
Hace un mes arrancó este pasaje que, anteriormente, había sido un bar de copas de billares. El espacio quedó libre y, después de que Fábrica de Ficción funcionara, Lavilla y Campaña querían, en cierta manera, aprovechar el amor que sienten por crear escenas más allá del fotograma. Cuentan con tienda con máscaras hiperrealistas, materiales para que los aficionados creen las suyas. Pero, sobre todo, disfrutan con lo suyo. "Hacemos cine en vivo", explican.
La experiencia es terrorífica. Nos colamos entre bambalinas, sin actores, sin sierras mecánicas, con los atrezzos iluminados. Y uno se sumerge y teme cruzar los pasillos de la casa porque, al fondo, hay algún rostro, o alguna sombra, que asusta. "Esto es un espacio de ocio diferente", explica Lavilla. "¿Por qué no nos dejamos de ramos de flores por San Valentín o de parques de bolas para los cumpleaños y pasamos por hacer algo que has vivido antes?".
Horror Studio FX cuenta con la profesionalidad de los 15 años de la productora, un elenco de actores y animadores "muy amplio" que son "más que gente disfrazada, que juegan un rol todo el tiempo que están en escena". La esencia de este espacio es "sumergir" y "adaptar". Es la pasión de Lavilla y Campaña. Les gustan los retos. "Disfrutamos cuando nos piden cualquier cosa. Si quieres una experiencia años 60, la tienes; si quieres preparar una sorpresa a una persona a la que le guste la copla, aquí te ponemos copla. No consiste sólo en asustar. Es crear cine en vivo".
El pasaje del terror va cambiando. En un mes, ya han presentado cuatro recorridos diferentes, desde zombies hasta un freak show, al estilo de los circos del siglo pasado de hombres-elefante y malformaciones. "Tenemos cenas-cluedo, puede venir a tu despedida Jack Sparrow y pelearse con el Pez Martillo. Al final, todo lo que pase de puertas para dentro es ficción, y ahí puede pasar cualquier cosa".
"Jugamos mucho con la inteligencia emocional. Tiene su proceso, para sorprender. El subidón del espectador, adaptar el guión...". Da más detalles sobre cómo lo hacen, pero la magia no está en desgranarlo, sino en vivirlo. Para que sea un sueño, sumergido. O una pesadilla.