La autorización ambiental de la Junta de Andalucía ha dado luz verde definitiva a la reapertura de la mina de Aznalcóllar, algo que está previsto para los próximos meses y que cuenta con posiciones muy enfrentadas debido al gran accidente ecológico que tuvo lugar hace 26 años. Este lunes, entre los partidarios a la actividad se ha pronunciado el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses.
El representante eclesiástico ha publicado en las redes sociales un mensaje tras la decisión del Gobierno andaluz en favor de Minera Los Frailes, sociedad instrumental de la alianza empresarial conformada entre Grupo México y Minorbis; que prevé comenzar los trabajos de preparación para la nueva explotación minera en el último trimestre del año.
Meneses ha querido dar la "enhorabuena a Aznalcóllar, al alcalde y al párroco, que tanto están luchando por recuperar la mina, a todas las familias, al pueblo entero". De hecho, ha anunciado que habrá una celebración solemne en la Catedral a modo de "Acción de Gracias a Dios" para agradecer la puesta en marcha del proyecto.
En 2009, precisamente, se llevó a cabo en la Catedral hispalense un encierro de 149 días por 20 miembros de la que fuera plantilla de Boliden-Apirsa, entre los que estaba Juan José Fernández, actual alcalde del municipio por parte de IU, para pedir soluciones laborales para el colectivo tras el cierre del complejo minero por el citado desastre medioambiental.
Una vez sobre la mesa la autorización ambiental unificada, la Delegación Territorial de la Consejería de Industria, Energía y Minas en Sevilla debe emitir la resolución de autorización del proyecto de explotación y el plan de restauración, para que la Dirección General de Minas conceda la autorización final.
La reapertura de la mina, recordémoslo, cuenta con una inversión prevista de 316 millones de euros y la previsión de crear unos 2.000 empleos directos e indirectos, para la extracción de 45 millones de toneladas de sulfuros polimetálicos, es decir, cobre, zinc y plomo; durante al menos 17 años tras los tres primeros años de reacondicionamiento de la corta.
Frente a ello, Ecologistas en Acción y otros grupos similares han advertido de que el proyecto cuenta con un "punto de vertido tóxico en Santiponce, en el Estuario del Guadalquivir, Zona de Especial Conservación protegida por la Red Natura 2000, a escasos metros del término municipal de Sevilla, frente al estadio de la Cartuja".
"El vertido tóxico de 85.520 millones de litros amparado por el dictamen ambiental para 18 años y medio envenenará todo el Estuario del Guadalquivir", denuncian los ecologistas, mientras la empresa y la Junta descartan tal extremo, asegurando que el proyecto de reapertura de la controvertida corta minera incluye "una depuradora de última generación" y "la menor huella hídrica" posible.