Cualquiera que haya paseado por las playas de Tarifa en los últimos años, desde Atlanterra a la playa Chica, pasando por Bolonia, ha podido ver el incremento de algas en las orillas y zonas rocosas. Muchos preguntan, ¿es normal? La respuesta es clara: no.
Aunque desde 2020 está catalogada como especie invasora, aún falta mucho recorrido para paliar los daños de este desastre y para que la sociedad entienda la dimensión real del problema. Este tipo de alga, que se ha expandido rápidamente por el norte de África y el mediterráneo en Andalucía, se conoce con el nombre científico de Rugulopteryx okamurae y procede del océano Pacífico. La llegada de esta nueva especie está apartando de nuestro litoral a especies nativas, se multiplica con rapidez y ha conseguido colonizar a toda velocidad el litoral.
A simple vista puede ser molesta por el olor o por alterar el paisaje, pero el problema es mucho más profundo y transversal que el puramente superficial. Esta colonización ha afectado a los ecosistemas, a la flota pesquera de Tarifa y también al turismo costero.
Antonio Vegara es uno de los mayores expertos en la materia. Es jefe de estudios delegado de la Sección de Educación Permanente Tarifa, cuyo centro matriz es el CEPER Al-Yazirat. Desde esta sección, se han especializado desde 2011 en el desarrollo de planes y proyectos educativos con el uso sostenible de las algas de Bolonia como eje central.
Es un gran conocedor de esta problemática y lleva años investigando por su cuenta la evolución y posibles hipótesis de la llegada de esta alga, que califica de “bioinvasión y desastre ambiental”. ¿Por qué estas algas invasoras afectan a la biodiversidad? “Te voy a poner un ejemplo. Imagínate que quitas de un jardín todas las plantas, dejando sólo una. A esa una no se la come nadie ni hay flores para las abejas. Pues lo mismo ocurre aquí. Estas algas no tienen depredadores y sí una capacidad de reproducción grandísima. De un ejemplar adulto pueden salir otros muchos más. Esto supone la caída de un ecosistema que lleva miles de años siendo equilibrado, esta aparición rompe la red trófica de toda la biota asociada a roca”, explica Antonio.
Tras la solicitud de varios ayuntamientos afectados y los informes que se hicieron desde la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo de la Junta de Andalucía, el 1 de diciembre de 2020 se catalogó como especie invasora, así se recoge en el Catálogo español de especies exóticas invasoras, realizado por el Ministerio de Transición Ecológica.
Pese a este reconocimiento, Antonio considera que falta mucha más investigación, coordinación y ejecución de medidas. “Falta un centro de coordinación que aglutine los esfuerzos que se hacen desde la Administración, la Universidad, los centros educativos o asociaciones. El Ministerio tiene la competencia de declarar alga invasora; la Junta tiene la competencia de aplicar la normativa; la Diputación puede ayudar y los ayuntamientos se encargan de limpiar las playas, pero aquí cada palo aguanta su vela, sin ver que vamos todos en un mismo barco”. También se ha hecho la solicitud a la Unión Europea, pero aún no ha tenido efecto. Podemos decir que el “alga tiene patente pero no hay quien le ponga coto”.
¿Cómo llegó el alga del Pacífico a Cádiz? “La hipótesis se basa en las aguas de lastre de los grandes buques que operan en los puertos de Tánger Med, Bahía de Algeciras y Gibraltar. El Museo del Mar de Ceuta fue el primero en dar la voz de alarma en 2015. Hay buques que realizan la ruta de Tánger con la zona de origen de esta alga. En algún momento un buque soltaría aguas con “pequeños hijitos”. Lo normal es que no proliferen, pero al llegar al Estrecho encontraron un traje hecho a medida para reproducirse”, explica Antonio. Esta hipótesis la realiza Antonio a nivel personal y bien podría atribuirse a él su autoría, ya que nadie ha estudiado por la vía institucional pública el origen de este desastre. “No hay ninguna investigación, es una vergüenza”, declara.
“Haciendo una investigación podríamos determinar qué barco pudo ser, al final no hay tantos que hagan esta ruta. La desgana en conocer el vector de entrada y ponerle matrícula al barco para de forma subsidiaria actuar y cobrarle al culpable a posteriori, parece que no interesa. Ha habido muchas bioinvasiones en el planeta Tierra. Conocer el origen es fundamental porque el desastre está costando un dineral”.
El propio Organismo Marítimo Internacional tiene un convenio que regula las aguas de lastre y que obligará a que en 2024 todos los buques tengan un sistema de tratamiento de aguas de lastre. Este convenio ha sido suscrito por todos los países, porque se han dado cuenta de que realmente es algo desastroso. “¿Se cumple en el Estrecho?”, se pregunta Antonio. La realidad es que se hacen 200 inspecciones al año, pero en Bahía de Algeciras entran unos 20.000 buques.
Pesca artesanal y pérdidas de especies nativas
Están desapareciendo especies y con ello la pesca artesanal. “En Andalucía hay unos 600 barcos censados, unos 2.400 puestos de trabajo. ¿Qué supone la pérdida de la pesca artesanal? Es cultura e identidad para nuestro pueblo, además de mantener a muchas familias”, denuncia Antonio, que mira con preocupación el futuro de este tipo de pesca.
"Hay especies que han desaparecido, como las algas nativas y los erizos. También ha desaparecido la urta, y el salmonete de roca ya no se ve en las lonjas". Manuela Leal, presidenta de la Cofradía de Pescadores de Conil, denunciaba en este mismo medio la semana pasada el problema que sufren con las algas. “Cuando hay algas, no hay peces”, advertía. Al cierre de esta pieza, lavozdelsur.es seguía a la espera de que la lonja de Conil confirmase el número de kilos de urta que declararon en 2015, frente a los que se declararon en 2020, con el fin de obtener una comparativa numérica de esta progresiva pérdida.
¿Tiene solución este problema? “Es muy difícil, más en el mar, donde no se pueden poner límites. Hay que poner medidas de reducción del daño. Estamos promocionando y dando visibilidad a la eliminación de los semilleros. Cortar el vector de entrada le corresponde al Gobierno y restablecer el equilibrio le corresponde a la Consejería. Si le pones precio al kilo de algas, habría en muy poco tiempo una legión de mariscadores. Se debe eliminar la prohibición de comercialización de esta especie siempre bajo proyectos muy concretos y delimitando bien cómo se recolecta.
Según la ONU, las especies exóticas invasoras son la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el mundo, y en Europa, una de cada tres especies está en peligro de extinción debido a otras especies invasoras. La propagación de las especies invasoras se reconoce actualmente como una de las mayores amenazas al bienestar ecológico y económico del planeta.
Los objetivos a medio plazo para proteger el ecosistema del Estrecho
La Sección de Educación Permanente Tarifa ha sido galardonada con el I Reconocimiento Reserva de la Biosfera al Compromiso Medioambiental por el trabajo dearrollado en Tarifa, municipio dentro de la Reserva de la Biosfera número 16 Intercontinental del Mediterráneo.
Desde esta entidad, reclaman un plan de actuación que debería contener cuatro partes:
1. Plan de apoyo a la pesca artesanal, con una indemnización directa a las pérdidas de los barcos afectados desde 2015 y una compensación con cuota extraordinaria y sostenible de atún rojo sedentario del Estrecho, acordando la necesaria obligación de no dispersar las algas capturadas.
2. Un plan de choque que retire todos los arribazones de la especie para eliminar los semilleros que permiten su reproducción, con la eliminación de la prohibición genérica de comercialización de esta especie, objeto del proyecto premiado, la valorización de su eliminación como línea estratégica de gestión.
3. Un plan de investigación que complemente las investigaciones iniciadas por la UMA, US e IFAPA para descubrir las debilidades y fortalezas de la especie, que posibilite acciones de erradicación en las fechas y lugares apropiados sin acumular más impactos a un medio ya de por sí debilitado, con especial énfasis en cortar el vector de entrada que, hipotéticamente, se ha señalado a las aguas de lastre de los buques que en el Estrecho operan, descubriendo el “polizón 0” para la acción subsidiaria de los perjuicios generados.
4. Un Plan de comercio que diagnostique los nichos de mercado de los posibles productos finales, tanto ya diseñados como futuros: cosmética, productos del calzado, fertilizantes, bio-etanol grado combustible, compost y medicamentos.
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