Verdemar-Ecologistas en Acción vuelve a denunciar la situación del río Guadiaro, que ha pasado de estar en alerta a "muerto" en su zona media-baja, según el propio colectivo ecologista.
Así, indican los ecologistas, el agua que se ve en su zona baja es agua salada que entra por la marea hasta San Enrique de Guadiaro. "Desde ese punto hasta la junta de los ríos Genal y Guadiaro no existe caudal, ha muerto todo ser viviente", explica Verdemar en una nota de prensa.
Los hechos, que han puesto en conocimiento de las Fiscalía y el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, están siendo investigados por posible "sobrexplotación". De hecho, en su cauce seco se puede observar la muerte de millones de caracolas acostilladas Melanopsis cariosa (Linnaeus, 1767), un endemismo andaluz amenazado de las provincias de Málaga y Cádiz.
También la falta de caudal ha afectado a los mejillones de agua dulce o náyades, (Unio spp) moluscos bivalvos de agua dulce que encuentran en este río sus poblaciones muy reducidas y localizadas, que por su falta de movilidad y crecimiento lento son de difícil recuperación.
Verdemar Ecologistas en Acción insiste en que va a seguir denunciando estos hechos que pueden ser constitutivos de un delito ecológico (artículo 325), se están contraviniendo las leyes y causando o pudiendo causar daños sustanciales del suelo o de las aguas o a animales o plantas.
Estos hechos ya están ocasionando impactos significativos en la Zona de Especial Conservación del Río Guadiaro (ES6120031), protegido por normativas europeas y por la Ley de Aguas.
El río Guadiaro es el río más caudaloso del Mediterráneo Oriental y surte a un buen número de espacios protegidos. Su cuenca abarca una extensión de 1.505 km2 y el curso fluvial alcanza una longitud de 82 km. El caudal medio se estima en 30 m3/s, "muy por encima del resto de ríos nacidos en la provincia de Málaga".
"Este caudal está desapareciendo por la mala planificación y control de la Junta de Andalucía, ya se ha secado uno de sus afluentes, el río Genal y ahora van a provocar una muerte de mil hábitats protegidas por la Unión Europea", advierten los ecologistas.