El profesor titular de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de Madrid, Alfonso Javier Moraño Rodríguez, es un investigador andaluz (Sevilla, 1962) que ha ideado la desaladora ecológica híbrida. Un eficaz sistema para desalar agua en las zonas costeras y convertirla en potable de máxima calidad, aplicando las tres tecnologías de energías renovables como son la geotérmica, la termosolar y la fotovoltaica. Las ventajas de este sistema, con respecto a las tradicionales desaladoras que están en funcionamiento son muchas.
El profesor Moraño Rodríguez señala que, usando estas energías ecológicas sostenibles, que no emiten CO2 y no producen residuos, “se obtiene un agua dulce de máxima calidad que no tiene tratamiento químico, no contiene contaminantes, ni bacterias, ni virus y ni microplásticos. Es decir, tenemos un agua totalmente natural”.
¿Cómo funciona la desaladora ecológica híbrida? Nos lo explica detalladamente el profesor: “Es una instalación para destilar agua y que consta de cuatro fases. La primera es la de captación de agua salada mediante un sondeo profundo y esa agua obtenida, gracias a la geotermia, está caliente a unos 50º C. Como esa temperatura no es suficiente para la destilación pasamos a una segunda etapa que es la termosolar, que es como los paneles solares que tenemos en los tejados de los centros sanitarios; con eso calentamos el agua de la primera etapa a unos 80º C o 90º C. En la tercera fase se utiliza otra energía renovable que es la fotovoltaica y producimos electricidad, que da corriente a toda la desaladora. La cuarta y última etapa es la que denominamos ‘sin residuos’ porque hasta ahora se obtiene agua destilada y salmuera, esta última es muy contaminante y lo que queremos es eliminarla; con la ayuda de una especie de salinas, que están fabricadas con unos materiales avanzados tecnológicamente, se consigue con la luz solar evaporar el agua y que se deposite la sal marina”.
"Obtenemos un agua dulce de máxima calidad que no tiene tratamiento químico, no contiene contaminantes, ni bacterias, ni virus, ni microplásticos"
Por tanto, ya tenemos el agua destilada pura y la sal. ¿Y cómo se consigue el agua para consumo humano?: “Precisamente esto es lo que buscamos. Para ello mezclamos una pequeña parte de la salmuera, antes de evaporarla, con el agua destilada y le damos la salinidad necesaria para conseguir el agua potable”.
El proyecto ya se está concluyendo y se están solicitando ayudas para intentar construir inicialmente una pequeña planta piloto que demostrará su efectividad y eficiencia. Además, otra de las importantes ventajas de este sistema es que es más barato que el de las desaladoras por ósmosis inversa, lo que permite ahorrar costes tanto a las administraciones como al consumidor final.
“Pongo un ejemplo, en la desaladora que hay en Águilas (Murcia) la obra costó, sin IVA, unos 100 millones de euros para 110.000 m3 agua/día. Con nuestra desaladora ecológica híbrida el coste sería alrededor de unos 55 millones; o sea, que la rebaja es considerable y el agua, obviamente, sería bastante más barata a la hora de la facturación al cliente”, indica Alfonso J. Moraño Rodríguez.
Este científico sevillano, afincado en Madrid desde hace más de 30 años, es doctor ingeniero de Minas por la Universidad Politécnica de Madrid y profesor titular del Departamento de Ingeniería Geológica y Minera de la E.T.S. de Ingenieros de Minas y Energía. Pertenece al Grupo de Investigación en Sostenibilidad en la Construcción y en la Industria desde 2019 y ha sido secretario del Departamento de Ingeniería Geológica y Minera de 2004 a 2010.
Es uno de los mayores expertos de España en la energía geotérmica, que es entre todas las renovables la más desconocida, pero al mismo tiempo es la más cercana. A diferencia de la mayoría de las fuentes de energía renovables, la geotérmica no depende del clima, del viento ni de la radiación del sol, sino que radica en la diferencia de temperatura que existe entre el interior de la tierra y su superficie. Por tanto, está disponible 24 horas al día, 365 días al año.
Este profesor e inventor andaluz es coautor del libro Guía técnica de sondeos geotérmicos profundos (2010). Ha participado como ponente en diversos congresos, con aportaciones sobre el enfibrado de los materiales de construcción, los sondeos geotérmicos profundos, el caolín y la arena silícea como materiales de construcción, el árido calizo como árido para hormigones autocompactantes y la geotermia y el nuevo paradigma de la eficiencia energética en construcción.
"Con una desaladora híbrida se solucionarían los problemas de sequía, pero no solo en las zonas costeras"
También es director de tesis doctorales como la titulada “Investigación de materiales no convencionales para la construcción de viviendas de interés social" (2012). Sin olvidar su intervención en numerosos proyectos de I+D+i y autor de artículos para revistas científicas sobre el hormigón estructural térmico y la economía circular, la utilización eficaz del hormigón térmico en rehabilitación energética de edificios, el hormigón y la geotermia unidos hacia la eficiencia o los sondeos geotérmicos profundos y las nuevas tecnologías de explotación.
Sí, estoy de acuerdo, pero al realizarse el sondeo cerca de la costa, si no hay agua se tomaría directamente del mar y se introduciría en el sondeo para filtrar y calentar. Y si el agua no estuviera caliente, para eso está la energía termosolar.
Sin duda ninguna, se solucionarían los problemas de sequía, pero no solo en las zonas costeras, en todos los lugares, ya que el uso del agua de la desaladora ecológica híbrida, dejaría el agua que actualmente se consume, para lo que no están cerca de la costa, por tanto, se beneficiarían todos los ciudadanos, turistas, agricultores y ganaderos. Además, permitiría obtener el agua para las industrias verdes, como el del hidrógeno verde, que demandan mucha agua y de esta forma permitirían implantarlas en Andalucía, creando riqueza y puestos de trabajo.
Nunca un proyecto, de este ámbito, es solo de un investigador y menos aún en fases de implantación, pero debo reconocer que me considero el padre de la criatura.
Claro que sí, casi toda mi familia está allí, aunque Madrid, como bien sabéis, es una comunidad que acoge a todos los que llegan con los brazos abiertos, de tal forma que me casé con una madrileña de muchas generaciones castizas y tengo una hija nacida aquí. Este proyecto me va a dar la oportunidad de volver, y me hace muy feliz.