La falta de agua es uno de los grandes problemas a los que se está enfrentando Andalucía. Son ya cinco años de sequía en la comunidad y, aunque en las últimas semanas el nivel de los embalses ha aumentado, todavía se sitúan por debajo del 20% de su capacidad.
En los últimos meses son varios los municipios que han tenido problemas de abastecimiento y han tenido que tomar medidas para limitar el uso del agua a lo fundamental. Las limitaciones en las actividades que no son consumo humano cada vez son más frecuentes.
La Junta de Andalucía ha aprobado varios decretos de sequía y ha llevado obras hídricas para paliar las consecuencias. Aun así, mantiene el pulso con el Gobierno de España y la Unión Europea para que se lleven a cabo nuevas infraestructuras y se reconozca la singularidad climática de Andalucía, de forma que pueda recibir más fondos para hacer frente a la sequía.
Juanma Moreno ya no esconde su preocupación ni las consecuencias que puede tener esta falta de lluvia en Andalucía. El presidente de la Junta de Andalucía ha hablado esta semana de la posibilidad de que las grandes ciudades andaluzas sufran "restricciones severas" en el uso del agua en caso de que no llueva en los próximos meses.
Este aviso de Moreno puede chocar con algunas decisiones de su Ejecutivo, como pedir que se aumente la concesión que existe para usar agua del río Monachil en la generación de nieve artificial para Sierra Nevada. A pesar de las críticas, la consejera de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda, Rocío Díaz, ha asegurado que este agua es "reutilizada al cien por cien" y que "no se pierde ni una sola gota".
Díaz ha indicado que este agua no se consume sino que se transforma en nieve y vuelve a su cauce con "el deshielo de primavera" por lo que se cumple con el ciclo integral de una forma "eminentemente sostenible", en virtud de la concesión que tiene otorgada Cetursa, la empresa pública que gestiona la estación de esquí andaluza, desde el año 2004 por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.