En 1971 un barco salió hacia Alaska con el objetivo de detener unas pruebas nucleares estadounidenses que no consiguió parar, pero prendió la mecha de un movimiento ecologista que ya ha superado el medio siglo. Ese viaje fue el origen de Greenpeace, un movimiento por la defensa de un planeta verde y en paz, que cumple este año su 40 aniversario en España.
Luis Berraquero Díaz tiene 42 años, es licenciado en Humanidades, máster en Ciencias Sociales Aplicadas al Medio Ambiente por la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla) y máster en Ciencias de la Sostenibilidad para Gestionar el Cambio Global por la Universidad Internacional de Andalucía. Luis es el coordinador de movilización de Greenpeace en Andalucía y se considera “investigador y activista por encima de todo”.
En Andalucía mantienen viejas batallas como la del hotel El Algarrobico, el vertedero tóxico de Nerva, o los depósitos de residuos de fosfoyesos en Huelva, pero sus esfuerzos se centran ahora en el agua, “porque Doñana se está secando por los cultivos industriales que la rodean” y en el territorio “por la ley del suelo aprobada en la legislatura anterior, porque van terminar de alicatar lo que queda libre de la costa andaluza”.
¿Qué recuerda de su primera actividad en Greenpeace?
Una de las primeras fue una acción en Carboneras, precisamente yo creo que la última acción que hemos hecho en Carboneras fue una en la que introdujimos unos 60 kayaks dentro la de la instalación por diferentes puntos, fue una sensación apasionante ver que había tantas personas, gente de diferentes países, además, que habían venido a hacer una acción para que se cerrase la térmica, fue una maravilla.
¿En qué momento decide dar un paso más para involucrarse en la organización?
Yo no era socio ni trabajaba en Greenpeace, fue un momento en el que la organización estaba buscando personas que éramos profesionales y activistas en otros ámbitos que no eran de los del tipo del ecologismo que hace Greenpeace. Me incorporo hace cuatro años y medio; es entonces cuando empiezo a meterme. Antes yo estaba militando en otros colectivos de tipo más social, más de cuestiones urbanas, de derecho a la ciudad, en contra de la turistificación en Sevilla, por el derecho a la vivienda, ese tipo de cosas.
"La generación que está movilizándose sabe que si no se hace algo ya no van a poder vivir en el planeta"
¿El perfil del ecologista de ahora, se parece al de hace tres o cuatro décadas?
Para nada, solo hay que ver cómo lo viven los chavales y las chavalas jóvenes que están ahora movilizándose por el clima. Creo que la generación ecologista antigua se movilizaba desde la cabeza y desde los datos, gente que tenía el convencimiento de que lo que estaba pasando en el mundo era malo para el medio ambiente. En la actualidad la generación que está movilizándose sabe que si no se hace algo ya no van a poder vivir en el planeta, que se está hipotecando su futuro y lo viven desde una sensación de agonía, una sensación de premura, una sensación que a veces le lleva incluso hasta el colapso, el estrés, eso que se ha llamado la eco ansiedad. Lo viven de una manera muy diferente.
Que te digan ahora que la nuclear es una energía verde, ¿cómo deja el cuerpo?
A mí me pone el cuerpo muy mal porque hay que entender que para para que se considere una energía verde debería de incorporarse en esa ecuación no solo la manera de producirla sino también los residuos que se generan. Cuando se habla de economía circular precisamente se habla de eso, de cerrar círculos en los sectores económicos. La energía nuclear no cierra círculo porque genera un residuo que tarda muchísimos años en descomponerse, que es dificilísimo de gestionar, que es súper contaminante, que es muy, muy peligroso y que hipoteca el futuro del sitio en el cual se entierra. La verdad a mí me pone los vellos de punta.
Luis, vivimos en un país donde a alguien se le ocurrió aprobar un impuesto al sol nada más y nada menos…
Pues sí maldito el día en que se le puso impuesto al sol porque vamos diez años con retraso y además esto está provocando que ahora que tengamos que hacer transición energética de forma mucho más desordenada, más a matacaballo se esté produciendo una situación un poco preocupante, el despliegue de energías renovables se está haciendo de forma no planificada y sin una zonificación clara de donde se deben colocar, y esto está provocando a su vez que haya movilización social porque hay gente que considera que no se deben de poner proyectos en determinados lugares, No hay claridad, no hay claridad para las empresas ni para la población. Y eso está generando una problemática muy compleja y entiendo que es comprensible que haya gente que esté posicionándose en contra de esos proyectos, están en zonas que son vulnerables, son zonas que se tienen que conservar pero sí que es verdad que si hubiera una zonificación clara todo sería mejor.
¿Entonces?
Hay un colapso brutal en la administración pública que está haciendo que se demoren muchísimo los proyectos, también hay prácticas poco honrosas por parte de las empresas, por ejemplo parques solares aquí en Andalucía. Para evitar que se tengan que hacer evaluaciones de impacto ambiental en realidad lo que están haciendo es una mega planta solar loteada en pequeñas plantas solares. Entonces ahí tenemos un problema muy complejo y encima vamos tarde, hay que hacerlo bien porque no hay tiempo. Ese sería el mensaje para mí.
¿Qué hay que hacer en Andalucía? me da la impresión de que hemos perdido el tiempo.
La verdad es que hemos perdido mucho tiempo y ahora tenemos un problema, ¿dónde ponemos las plantas? hay mucho terreno en el que se podría poner, lo que pasa es que ese terreno también está expuesto a ciclos especulativos que están relacionados con la agricultura, entonces tenemos ahí como una competición de dónde se colocan. Andalucía tiene una parte muy importante de su mix energético que sigue dependiendo de combustibles fósiles, tiene además una ley de cambio climático que nació siendo muy poco ambiciosa, con un objetivo de reducción muy poco ambicioso y con un año de referencia en cuanto a la reducción de emisiones que es hacernos trampas al solitario. Cuando la ley española está poniendo 1990 cómo año de referencia, la ley andaluza de cambio climático pone 2005 para que su porcentaje de reducción de emisiones sea menor en total, con respecto a lo que dice la ley española que por suerte. Por suerte, al ser más ambiciosa va a tener que modificar los objetivos de reducción que se puso la Junta de Andalucía.
"La energía nuclear no cierra círculo porque genera un residuo que tarda muchísimos años en descomponerse"
El presidente de la Junta dijo en su discurso de investidura que ésta va a ser la legislatura del agua ¿qué opina Greenpeace?
Para Moreno Bonilla la legislatura del agua significa que va a ser la legislatura en la que va a prometer infraestructuras para los votantes que le han puesto aquí. Su legislatura del agua desprende una política hídrica completamente anquilosada, pasada de moda, basada en obras hidráulicas, pese a que tenemos problemas de sobreexplotación del recurso. Cada vez hay mayor presión hacia el agua, los acuíferos están en situaciones críticas en la Cuenca de Hidrográfica del Guadalquivir, es una de las cuencas que tienen mayor masa de agua subterránea en situación de déficit hídrico. Él y su gobierno siguen prometiendo agua cuando los escenarios de cambio climático advierten que van a subir las temperaturas, que tendremos menos precipitaciones, en fin que para mí es una locura, está prometiendo más obras hídricas que favorecen a las empresas de siempre, que muchas de ellas son sus colegas. Es un ladrillazo hídrico.
¿Cuál es el principal objetivo de Greenpeace en Andalucía?
Igual que a nivel estatal, Greenpeace tiene un objetivo fundamental que es el que debe de tener toda la sociedad que es intentar que no se llegue al grado y medio más de temperatura porque si lo llegamos a superar, la vida, tal y como está concebida, ya nunca será igual, afectará a todos los sectores económicos, el turismo, la agricultura, la ganadería se van a ver completamente afectados. Entonces para nosotros es fundamental la reducción de emisiones y a ello tenemos orientadas a algunas campañas, también de cómo el cambio climático está afectando a la biodiversidad.
La Unión Europea tiene que plantearse seriamente, y España también, su dependencia del gas que es un combustible fósil, hay que desembarazarse del gas y para eso necesitamos energías renovables. Necesitamos invertir mucho en producir energía de forma más renovable y hacer una transición de todo no solo de la energía que consumimos nosotros en nuestro vale sino también de la energía que necesita la industria para para desarrollarse. Esto se aplica a la movilidad: doy un dato y es que en Andalucía el 99% de los transportes de mercancías en se realizan en camión. Andalucía tiene una capacidad exportadora de frutas y verduras alucinante. Toneladas de frutas y verduras anualmente que, por cierto, van casi todas al extranjero. En el 99% de los casos esas exportaciones se hacen en camión. De hecho es flipante, es alucinante y si queremos descarbonizar y bajar mucho nuestro impacto necesitamos transformar nuestro sistema de transporte, no solo el de las personas también el de las mercancías.
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