Hace casi un año se hizo viral la noticia de un canguro que andaba suelto por Jerez y que finalmente fue capturado casi dos meses después de que empezara a dejarse ver por la barriada de San José Obrero. Fue adoptado por el Centro de Conservación de la Biodiversidad Zoobotánico Jerez - Alberto Durán y ahora es uno más en su grupo de marsupiales.
Miguel Ángel Quevedo, veterinario del Zoobotánico jerezano, recuerda cómo fueron aquellos días, en los que llegó a haber cierta preocupación por las consecuencias de que estuviera el animal suelto: "Apareció un canguro por la zona de la barriada de San José Obrero y por Guadalcacín, y durante varios días vecinos de la zona estuvieron viéndolo. Un sábado por la mañana nos avisó un vecino y también la policía para decirnos que el canguro estaba localizado en una finca y nos pidieron ayuda".
Y prosigue: "Nosotros no tenemos la responsabilidad directa de animales silvestres, trabajamos con animales del Zoo, entre los que está el canguro. Pero nos pidieron la colaboración para intentar capturarlo por varios motivos: primero porque un canguro suelto por no debería de estar, y segundo porque a veces cruzaba la carretera y podía provocar un accidente. La cosa era seria".

"Fui yo con una pistola de aire comprimido y dardos anestésicos para inmovilizarlo. Conseguimos dormirlo, lo pude coger por la cola y ya lo trajimos al Zoo. En teoría era una mascota, es decir, un animal de compañía que alguien habría comprado a través de un comercial de animales, pero presumiblemente se le habría escapado. Un canguro no va a venir de Australia a Jerez andando, pero después de aquello nadie lo reclamó", señala el veterinario.
Estuvo en cuarentena hasta que se comprobó su estado de salud y por ser de la misma especie (canguro de Bennet) que los que estaban en el Zoológico intentaron incluirlo y adaptarlo al grupo. "Lo colocamos dentro del recinto una vez que ya pasaron la cuarentena. Todas las pruebas veterinarias que le teníamos que hacer salieron que estaba bien. Fue un poco sorpresa, porque al tratarse de un macho pensábamos que iba a haber ciertas peleas con los otros machos, pero no. Fue fuera de la época de celo, no había muchas interacciones entre machos y lo recibieron muy bien. Incluso ha copulado con hembras y dentro de nada tendremos crías de este animal", explica Quevedo.
No ha sido bautizado con ningún nombre, pero coloquialmente le llaman El fugitivo. Ha sido una excepción porque el Zoobotánico de Jerez no tiene entre sus funciones acoger animales de este modo. Miguel Ángel Quevedo afirma al respecto que "a veces nos avisan diciendo que hay algún animal silvestre o exótico que anda por ahí. Echamos una mano y colaboramos, pero nosotros trabajamos con una colección zoológica cerrada. Muchos de los programas que tenemos son europeos de especies amenazadas. No solemos recibir animales de fuera y no debemos recibirlos. Solo intercambiamos con otros zoos que están dentro de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios".

Pero todo Jerez se acuerda de otro caso en el que los profesionales del Zoobotánico colaboraron para capturar a un animal que estaba causando mucha preocupación en la zona Sur. "Recuerdo el caso del cocodrilo en la Laguna de Torrox. Ahí también ayudamos, pero solo para la captura. Parece ser que el origen podía ser de una granja de cocodrilos que había por allí cerca", comenta el veterinario.
Como experto sabe que hay una regulación que impide la libre circulación de todo tipo de animales, pero es consciente de que no siempre se cumple: "Ahora existe una legislación ya mucho más severa. Hay una ley de protección animal bastante estricta, pero hay que tener en cuenta que cinco o seis años atrás cualquier persona podía comprar animales exóticos: un caimán, un cocodrilo, una pitón, una boa, e incluso algunos felinos. Hoy en día eso está muy controlado y es muy difícil ya acceder a ese tipo de animales, pero siempre hay un mercado para ello".

El Centro de Conservación de la Biodiversidad Zoobotánico Jerez - Alberto Durán está centrado en muchos proyectos de conservación animal, mucho más allá de lo anecdótico con el canguro: "Aparte de la rutina interna, colaboramos con muchas instituciones y organismos en programas de conservación de especies. No somos un centro donde tenemos animales en cautividad por tenerlos, sino que tenemos más de 50 programas de conservación de especies amenazadas y de lo que se trata, en resumen, es ser un pequeño arca de Noé donde se mantiene animales en cautividad, pero muy bien controlados, para desarrollar programas de reintroducción o de conservación de animales en libertad en su hábitat natural".