Investigadores de la Universidad de Cádiz han desarrollado un nuevo filtro capaz de purifcar grandes masas de agua contaminada eliminando la presencia de metales pesados como el cadmio y el plomo. A falta de más exámenes, creen que podría ser capaz de eliminar otros materiales nocivos.
En este proyecto, los científicos gaditanos han contado con la colaboración de un grupo de investigadores de la Universidad Abdelmalek Essaâdi de Tetuán, en Marruecos, creando una estructura de arcilla con microcanales en forma de panal de abeja que permiten eliminar estos elementos altamente contaminantes.
Sus desarrolladores destacan que se trata de un sistema "sencillo y barato", ya que para su fabricación solo hace falta dos tipos de arcilla muy comunes en el norte de Marruecos cuyo precio de adquisición es realmente bajo, lo que permitiría comprar grandes cantidades sin problema. Precisamente este era el objetivo de los investigadores, encontrar un material fácil de conseguir y que tuviera un precio de venta muy bajo, algo que han logrado.
En cuanto a su funcionamiento, la combinación de los dos tipos de arcilla permite crear un material cerámico tubular, llamado monolito, y cuyo interior contiene unos 40 o 50 canales por centímetro cuadrado dispuestos paralelamente, proporcionando una sección exterior abierta que recuerda a los panales de las abejas. Este material puede emplearse como filtro en las corrientes de salida de agua de numerosas industrias, como el chapado de metales, minería, curtidurías, síntesis de fertilizantes, fabricación de papel, de baterías, de pesticidas, entre otras, que contaminan los espacios acuáticos naturales.
El hecho de que estos filtros resulten tan sencillos de elaborar y que su materia prima sea tan fácil de conseguir y económica puede ser clave para utilizarlo en países que se encuentran en vías de desarrollo y cuyo control del vertido de materiales contaminantes a los ríos y los lagos no está tan controlado.
Del mismo modo, sus creadores estiman que, si la investigación continúa por buen curso, podría utilizarse también como alternativa a otros materiales con los que se fabrican y comercializan filtros cerámicos similares pero de mayor coste como es el caso de las cordieritas, habitualmente empleadas en los tubos de escape de los coches.
Por el momento, tienen pendiente crear estos filtros con arcilla procedente de yacimientos de Jaén y Toledo con el fin de eliminar antibióticos, que en altas concentraciones pueden ser nocivos para el medioambiente.