Álvaro Hidalgo-Vega es catedrático del Área de Fundamentos del Análisis Económico de la UCLM en el Campus de Toledo, director del Grupo de Investigación en Economía de la Salud y Gestión Sanitaria de la ULCM, codirector del Master en Evaluación de Innovaciones Sanitarias (MEIS) de la UCLM desde el 2010. Probablemente es una de las autoridades más acreditadas para abordar el problema del gasto sanitario y su influencia sobre los sistemas de salud en España. En una entrevista con lavozdelsur.es Álvaro Hidalgo Vega, que preside la Fundación Weber, se muestra crítico con la actual situación.
Aquí en Andalucía la oposición ha criticado el aumento del gasto farmacéutico por parte del Gobierno de la Junta, que ha superado los 2.500 millones de euros en el último año. El PSOE-A ha denunciado que este incremento no se traduce en una mejora de la atención sanitaria y que se debe al fin de la subasta de medicamentos. El PSOE-A advierte del "incremento del 34% del gasto farmacéutico" en Andalucía en los últimos cuatro años.
En 2019 el actual presidente Juanma Moreno eliminó la subasta de medicamentos, una de las herramientas de control del gasto farmacéutico impulsada por el anterior gobierno socialista, que permitía ahorros de más de 700 millones de euros en los años que estuvo en activo por la compra centralizada y en grandes cantidades de medicamentos.
La consejera de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, Catalina García, destacó días atrás el aumento del gasto sanitario por habitante en Andalucía, que “hoy es de 1.629 euros, 460 más que en 2018”, en respuesta a una pregunta en el Pleno del Parlamento de Andalucía : “Estos son hechos que demuestran nuestra apuesta por la sanidad pública y, en particular, por la Atención Primaria”.
García, que ha afirmó que “desde que llegamos al Gobierno no hemos parado de poner en marcha medidas para potenciar nuestro sistema sanitario público, que estaba en la UCI”, ha recordado que el presupuesto para Sanidad en 2023 alcanza los 13.837 millones de euros, “un 40% más que en hace cuatro años”; así como que la inversión en Salud supera la cifra histórica del 7,4% del PIB, cuando en 2018 era del 6,1%
¿Están haciendo los sistemas sanitarios todo lo posible para que los ciudadanos tengan acceso a los medicamentos más avanzados o priman otros criterios para recortar o aumentar el gasto farmacéutico? El catedrático Álvaro Hidalgo-Vega cree que “España hace un esfuerzo muy importante por el acceso de los pacientes a la innovación y a los medicamentos que se financian, que son los punteros en el mundo, y además los financiamos con un cien por cien. Es verdad que, dicho esto, hay algunas cosas que todavía se deben mejorar como es el tiempo en el que se toma la decisión del acceso a esos medicamentos”.
Italia, Francia y Alemania incorporan antes los medicamentos innovadores pero en España tiene que pasar un tiempo que es muy valioso para los enfermos que necesiten ese tratamiento.
Álvaro Hidalgo-Vega afirma sobre “el gasto sanitario que deberíamos estar a un punto más del PIB y hacer un esfuerzo”. Añade que muchas veces el problema tiene que ver con una negociación que se centra en el precio por parte del Ministerio y la industria. Que no se ponen de acuerdo y eso retrasa gravemente la toma de decisiones en cuanto a la incorporación de medicamentos avanzados Algo en lo que según el catedrático Hidalgo Vega se está trabajando en el Ministerio de Sanidad.
El efecto compensación de los nuevos medicamentos se ha producido en la mayor parte de países desarrollados, incluyendo España, y parece ser mayor a largo que a corto plazo. Se estima que, en EEUU, cada unidad adicional de gasto farmacéutico ha generado un ahorro neto de gasto directo sanitario entre 2,3 y 7,2 veces mayor. En nuestro país, un aumento del 10% en el gasto farmacéutico generaría un ahorro neto de 1,1 euros per cápita en el gasto hospitalario.
En general, los medicamentos son terapias coste-efectivas, por lo que se trataría de intervenciones eficientes en las que merece la pena invertir. También existen múltiples ejemplos en patologías concretas. Por ejemplo, el consumo de antidepresivos y medicamentos cardiovasculares puede llegar a ahorrar en hospitalizaciones 3,7 veces más que lo invertido en esos grupos de fármacos.
El uso de medicamentos innovadores, más eficaces, también puede generar ahorros a través de la menor carga de cuidados personales, formales o informales, que requieren los pacientes, gracias al mejor estado de salud que consiguen estos fármacos innovadores. Los beneficios pueden ser especialmente relevantes en patologías relacionadas con las edades avanzadas, como la demencia, la enfermedad de Alzheimer o el Parkinson. Se ha estimado que, si estas partidas se incluyeran en las evaluaciones económicas, el 85% de los ratios de coste-efectividad obtenidos tenderían a ser más favorables o pasarían incluso a demostrar ahorros netos de costes.
Salvo la potabilización del agua, ninguna otra medida de salud pública ha contribuido a disminuir tanto la mortalidad y morbilidad en la especie humana como las vacunas. Las vacunas infantiles evitan cada año más de 3 millones de muertes en todo el mundo, así como epidemias e importantes secuelas sobre la salud.
Laboratorios y medicamentos
Andalucía es una de las comunidades autónomas con mayor peso en la I+D biomédica promovida por los laboratorios. Algunas de las empresas de fabricación de productos farmacéuticos en Andalucía son Industrial Farmacéutica Cantabria, Agroaxis, Biovitaly Medical y Krasfarma.
La industria farmacéutica cuenta en España con un total de 103 plantas de producción de medicamentos de uso humano, once de ellas de medicamentos biológicos. Si se suman las fábricas de producción de principios activos (46) y de uso veterinario (24), el total de plantas farmacéuticas en nuestro país asciende a 173, pertenecientes a 122 grupos empresariales.
Hasta ahí bien: datos económicos y gestión política, pero la pregunta es sí el incremento del gasto significa el acceso a medicamentos de última generación por parte de los andaluces. Es decir que el gasto sea una inversión en la salud y si puede significar o no un ahorro en los costes sanitarios en la Comunidad Autónoma andaluza. Se trata del acceso a las nuevas terapias y fármacos por parte de quienes los necesitan.
La industria farmacéutica viene colaborando desde hace años con las distintas administraciones sanitarias en la búsqueda y aplicación de soluciones para asegurar el acceso de los pacientes a los nuevos fármacos, garantizando la viabilidad del sistema sanitario a través de la asunción de fórmulas de riesgo compartido, precio-volumen y techo de gasto, entre otras”.
Este marco de colaboración, que favorece a todos los agentes del sistema sanitario, y sobre todo a los pacientes, sólo es posible si la industria farmacéutica puede desarrollar su actividad en un marco estable y predecible, algo imprescindible habida cuenta de las enormes inversiones en el largo plazo que requiere la I+D de los nuevos medicamentos.
La potencia de un sector
La industria farmacéutica asentada en España aumentó más de un 53% sus ventas al exterior en 2022, se convierte en la tercera fuerza exportadora con ventas de 26.818 millones de euros.
Según los datos publicados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, el medicamento es ya el tercer producto más exportado de España, sólo por detrás de automóviles y combustibles. Aunque de manera coyuntural este dato se ha visto impulsado por la fabricación de vacunas para el coronavirus, la apuesta de las compañías farmacéuticas por reforzar el tejido industrial español es firme, y la previsión es que la inversión continúe. Este hito se produce tras años de crecimiento sostenido.
Este aumento del gasto farmacéutico se debe en parte a la pandemia de Covid-19, que ha incrementado la demanda de medicamentos y productos sanitarios. Sin embargo, también refleja la importancia de la industria farmacéutica española, que es una de las más innovadoras y competitivas de Europa, con un 4% del PIB nacional. “Por tanto, el gasto farmacéutico no solo es un coste para el sistema sanitario, sino también una inversión en salud y desarrollo económico”.
“Es decir, que parte de la investigación de las vacunas, independientemente de que hubiesen salido mal estaba financiada desde el principio por los estados. Yo creo que esto es una forma muy inteligente de forzar a trabajar en enfermedades neurodegenerativas. El otro asunto que ha puesto encima de la sa la pandemia y es que muchos países se habían dejado de invertir en la predicción en la salud pública. Es muy importante trabajar también en términos de prevención y con un buen sistema de salud”.
Cita como ejemplo “cuando aparecieron los medicamentos innovadores para el tratamiento de la esclerosis múltiple, cuyo efecto era espaciar mucho más los brotes de la esclerosis lo que significaba un ahorro de visitas a urgencias e ingresos. Retrasar el avance de la enfermedad significa también una reducción en el número de bajas laborales y los cuidados. El resultado es que esa innovación era positiva para los pacientes y por el sistema por el sensible ahorro de costes que supone”. .
El otro gran impacto de la alta internacionalización de las plantas de productos farmacéuticos está relacionado con el empleo, tanto por su efecto de arrastre en otros sectores como por su calidad (alta cualificación, diversidad, práctica totalidad de contratos indefinidos, etc.).
Así, las plantas de fabricación de medicamentos en España emplean de forma directa a más de 36.300 personas, con un crecimiento anual acumulado del 4,2% desde 2019. Además, sumando los empleos indirectos e inducidos —que genera esta industria por su elevado número de proveedores y servicios externalizados—, las plantas farmacéuticas contribuyen a más de 183.000 empleos en nuestro país.
La mayor concentración de las plantas identificadas se encuentra en Cataluña, que concentra 79 de las 173 plantas, seguida de la Comunidad de Madrid, con 40; Castilla y León, con 14, y Castilla-La Mancha, con 8. El 62% de las plantas (106) pertenecen a compañías españolas; el 22% (37), a europeas, y el 17% restante (30), a grupos de fuera de Europa.
“Fabricar en España tiene unas consecuencias extraordinariamente positivas en cuanto a la riqueza generada por las exportaciones y el empleo, entre otras cuestiones, pero también supone aportar garantías sanitarias, seguridad estratégica y de inversión productiva, aspectos críticos para la reactivación económica y social y para configurar nuestro modelo productivo de futuro”, asevera Yermo.
En este punto, es importante subrayar que la industria farmacéutica es un sector económico que se ha visto muy afectado por el aumento de los costes implicados en el proceso productivo (energía, cadena de suministros, aprovisionamientos…), “lo que ha afectado negativamente a los márgenes de las empresas productoras que fabrican medicamentos en nuestro país”, apostilla Yermo.
En concreto, aislando el efecto de las vacunas para Covid-19, el dato estructural del sector arroja exportaciones por valor de 14.465 millones de euros en 2022, lo que supondría un incremento del 12,8% sobre los 12.825 millones de euros que se alcanzaron en 2021 sin tener en cuenta la aportación de dichas vacunas. De este modo, el dato de exportaciones del año pasado supondría un nuevo máximo en la historia del sector, superando en un 12,5% el antiguo récord de 2020 (12.870 millones de euros) y en un 20% los niveles en la etapa pre-Covid (12.098 millones de euros de exportaciones en 2019).
En cuanto a las regiones receptoras de estas exportaciones, la Unión Europea de los 27 es la principal compradora de medicamentos y vacunas fabricados en España, a la que siguen Suiza, Estados Unidos, Canadá, China y Reino Unido.
“La industria farmacéutica se ha convertido en uno de los principales dinamizadores de la economía española. Este récord histórico muestra su fortaleza y capacidad para ser uno de los sectores estratégicos que contribuyan a la reactivación del país”, señala el director general de Farmaindustria, Juan Yermo. “Tenemos un potente tejido industrial con una alta presencia de empresas nacionales y multinacionales -incide- que tienen a España como pieza clave de su cadena de producción”.
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