“A pesar de todo eso, hoy Andalucía funciona. Hoy las cosas funcionan mejor que hace tres años y hemos sentado bases sólidas para seguir avanzando (…) Los grandes datos de la economía invitan a la confianza (…) Hemos firmados dos grandes acuerdos con los agentes sociales para la Reactivación Económica y Social de Andalucía. Unos acuerdos que está teniendo sus frutos porque en Andalucía sigue creciendo el número de empresas y de trabajadores y lo hace a un ritmo mayor que la media en España”. Son frases pronunciadas esta semana por el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, en el Debate sobre el Estado de la Comunidad.
Sin embargo, en el mismo día que se cerraba este nuevo debate para mayor gloria propagandística de su Gobierno, se desmontaba ese decorado que lleva vendiendo desde el pasado verano: un supuesto sorpasso económico a comunidades como Cataluña y una ejemplar agenda reformista que está dando la vuelta como un calcetín a la realidad económica andaluza.
La realidad es tozuda: el paro ha subido en 41.100 personas en el tercer trimestre en Andalucía, que pierde 7.200 ocupados, según la Encuesta de Población Activa (EPA). Este mismo jueves también se ha conocido que Andalucía fue la segunda comunidad con mayor fuga de empresas en el primer trimestre de este 2021: 145 empresas que trasladaron su domicilio social. El 23% de las empresas que salieron de Andalucía se fueron a Madrid.
En este ranking gana Cataluña: un total de 4.339 empresas españolas trasladaron su sede social en los tres primeros meses de 2021, un 50 por ciento más que en el mismo periodo del año 2021, según los datos publicados por el Estudio sobre Cambios de Domicilio publicado por Informa D&B (filial de Cesce). De ellas, 275 estaban radicadas en Cataluña. La mejor parada en el informe es Madrid, cuyo saldo migratorio de empresas (diferencia entre las que se marchan y las que llegan) arroja un positivo de 495 empresas, entre otras cuestiones por las que absorbe de Andalucía y Cataluña.
Para redondear el baño de realidad al discurso rampante de Moreno Bonilla, protestas en las calles. De nuevo miles de sanitarios para protestas contra sus despidos masivos. Llega el 31 de diciembre e irán a la calle unos 8.700 empleados públicos entre sanitarios y bomberos forestales. Estos se suman a 2.400 docentes menos, 300 orientadores menos y lo que queda.
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