Ir al contenido

Las bolsas están en caída libre. Desde el IBEX-35 hasta Asia o Wall Street, es el tercer día consecutivo de pérdidas. Y dentro de ellas, se incluye la caída del barril de Brent hasta su nivel más bajo en cuatro años. Sobre ello, hemos preguntado a ChatGPT si los precios de la gasolina y el diésel en España bajarán.  Es la teoría: barril de Brent más bajo significa alivio en los bolsillos a la hora de ir a la gasolinera, pero todo es más complejo que eso.

Según el informe de ChatGPT, el precio del barril de Brent, que ronda los 63-65 dólares por barril en los pasados días y ronda los 60 este lunes, ha generado una expectativa razonable de abaratamiento en los carburantes. La situación se produce en un contexto marcado por el desplome de las bolsas mundiales, la debilidad del dólar, el aumento de la producción por parte de la OPEP y la creciente incertidumbre sobre la salud de la economía global. Todo ello se traduce en una presión bajista sobre el petróleo, que podría acabar reflejándose en los precios de venta al público.

Los últimos datos del Boletín Petrolero de la UE confirman una tendencia a la baja. La gasolina 95 se sitúa actualmente en torno a 1,51 €/L y el gasóleo A en 1,44 €/L, cifras inferiores a las registradas hace un año y sensiblemente más bajas que los máximos históricos de 2022, cuando ambos carburantes superaron los 2 €/L. Sin embargo, ChatGPT matiza que el traslado del abaratamiento del crudo al surtidor no es inmediato ni completo.

Efecto cohete y pluma

Uno de los motivos es el conocido efecto "cohete y pluma", por el cual los precios suben rápidamente cuando el petróleo se encarece, pero descienden con lentitud cuando se abarata. Esta asimetría se debe a factores como la cotización independiente de los productos refinados, la elevada carga fiscal, los costes logísticos y el desfase temporal derivado de los contratos a futuro. En consecuencia, aunque el Brent haya bajado, los precios en gasolineras podrían tardar semanas en ajustarse, y hacerlo de forma muy gradual.

El precio del barril de Brent, en el histórico hasta febrero de 2025, último informe del Gobierno de España.
El precio del barril de Brent, en el histórico hasta febrero de 2025, último informe del Gobierno de España.

ChatGPT también recuerda que las compañías distribuidoras han mostrado históricamente cierta resistencia a aplicar con rapidez las caídas del crudo. Durante la pandemia de 2020 y la crisis financiera de 2008, los márgenes comerciales aumentaron, lo que frenó la bajada del precio final. Actualmente, la competencia entre estaciones de servicio, especialmente las de bajo coste, puede favorecer ciertos ajustes, pero es poco probable que las rebajas sean significativas mientras la demanda se mantenga alta, como sucede en Semana Santa y en verano.

Otro elemento crucial es la fiscalidad. Los impuestos representan en torno al 50% del precio del carburante. Por tanto, solo la mitad del precio está sujeta a la volatilidad del mercado. Además, en el caso del diésel, el Gobierno debe decidir en breve si aplica la subida del impuesto especial que equipararía su fiscalidad a la de la gasolina. Si se aprueba, el precio del gasóleo podría aumentar automáticamente entre 10 y 11 céntimos por litro, anulando cualquier rebaja derivada del mercado internacional.

Otros elementos como el tipo de cambio euro-dólar

El tipo de cambio también juega un papel relevante. El fortalecimiento del euro frente al dólar contribuye a abaratar las importaciones energéticas. En abril de 2025, un euro equivale a aproximadamente 1,09 dólares, lo que permite a las compañías comprar petróleo en condiciones más ventajosas. Si esta tendencia continúa, podría reforzar las posibilidades de que los precios se mantengan contenidos, aunque su impacto es limitado frente a otros factores estructurales.

De cara a las próximas semanas, el análisis de ChatGPT señala que los precios podrían seguir bajando de forma moderada. La gasolina, sin cambios fiscales a la vista, tendría margen para acercarse a los 1,45 €/L. El diésel, en cambio, podría estabilizarse o incluso encarecerse si se aplica el denominado "dieselazo". En todo caso, el comportamiento de los precios en Semana Santa estará condicionado por la alta demanda, por lo que las rebajas podrían retrasarse hasta después del periodo vacacional.

En cuanto al medio plazo, las previsiones apuntan a un escenario de estabilidad o ligera tendencia descendente. Si el Brent se mantiene en la horquilla de 60-70 dólares y no se producen shocks geopolíticos ni económicos, los precios podrían consolidarse por debajo de los niveles registrados en 2023. La gasolina 95 podría oscilar entre 1,40 y 1,50 €/L, y el diésel entre 1,35 y 1,50 €/L, dependiendo de la fiscalidad y la evolución del consumo.

Por último, no se prevén nuevas intervenciones regulatorias directas. La bonificación de 20 céntimos por litro, vigente en 2022, fue retirada y no se contempla su reintroducción. Aunque algunos colectivos han pedido establecer precios máximos, esta opción resulta poco viable dentro del actual marco normativo europeo. Salvo situaciones de emergencia, la política energética española continuará dependiendo de la dinámica del mercado y de las decisiones fiscales adoptadas por el Ejecutivo.

El análisis elaborado por ChatGPT sugiere que los consumidores pueden esperar una cierta moderación en los precios de los carburantes en los próximos meses, especialmente en el caso de la gasolina. No obstante, cualquier bajada será limitada y progresiva, condicionada por factores fiscales, comerciales y estacionales. El impacto en el bolsillo será visible, pero muy inferior al que se produciría si el descenso del crudo se trasladara de forma íntegra e inmediata al surtidor.

Sobre el autor

Juan Antonio Carrasco

Ver biografía

Lo más leído