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Brandy de Jerez, nuevo reglamento de la UE... y la opinión (reticente) de Francia

Las bodegas plantean que, después de seis años, concluyan los trámites burocráticos que permitan al espirituoso jerezano actualizar todo lo relacionado con su vejez y poder publicitarlo con plena libertad

Varias botellas de brandy de Jerez, todas de gran reserva, en una licorería.
Varias botellas de brandy de Jerez, todas de gran reserva, en una licorería. MANU GARCÍA
11 de abril de 2025 a las 17:27h

Fue en el remoto año del 2019 cuando se aprobó un reglamento en la Unión Europea, el 787, que hace referencia a todo lo que se refiere a las bebidas espirituosas (su elaboración, etiquetado, etc). El caso es que en la redacción de este reglamento, el Brandy de Jerez consiguió salvar un problema de importancia para sus intereses... pero no del todo, de tal forma que seis años después sigue a la espera de que haya una solución definitiva, con la agravante de que los plazos, ahora sí, apremian.

Para entender bien cuál es el problema hay que tener claras dos situaciones. De una parte, las bodegas de todo el Marco y el Consejo Regulador del Brandy de Jerez llevan años intentando profundizar en la categorización de esta bebida espirituosa. No se trata, en absoluto, de renunciar a la nomenclatura habitual de 'solera', 'solera reserva' y 'solera gran reserva', sino de concretar la vejez de algunos de los grandes brandies que salen al mercado y que se recoja de manera explícita en su etiqueta, bien con número (12, 15, 18... años de vejez), bien con algún término similar a los VOS y los VORS que desde hace casi treinta años utilizan los vinos de Jerez. Este avance llegó aprobarse en su día en el pliego de condiciones que rige el espirituoso jerezano, por lo que todo el sector está de acuerdo.

Enfrente, estaba la filosofía comunitaria en lo que respecta a la calificación de la vejez de este tipo de bebidas, en las que siempre se debe recoger en el etiquetado el componente más joven, es decir, si en una marca determinada confluyen producciones de hace tres, cuatro o cinco años, la referencia al consumidor siempre sería el tres, el más joven.

En este contexto, el Brandy de Jerez planteó y consiguió que se reconociera (artículo 13.6 del citado reglamento comunitario 787) la especificidad del sistema de Criaderas y Soleras con el que el espirituoso se elabora, al igual que el vino de Jerez, desde hace siglos. Este reconocimiento no se queda en la nomenclatura, claro está, sino en el hecho efectivo de establecer, sin ningún tipo de dudas, una vejez media del producto y del control de la misma a través del Consejo Regulador y su órgano certificador.

Las reticencias de Francia

Ahora viene el problema. La cuestión es que para hacer oficial esa excepción, la Unión Europea (UE) debe darla por buena a través de lo que técnicamente se llama un acto delegado. Y el caso es que han pasado seis de los siete años que hay de plazo para que se produzca este acto sin que se haya producido y, ni siquiera, se haya negociado. ¿Qué ocurre? Pues que hay reticencias –por ahora en el sector se prefiere utilizar esta palabra– por parte de un país, de Francia.

Al parecer, esas reticencias partirían no tanto de las grandes denominaciones con presencia mundial de esta bebida, caso de CognacArmagnac, como de productores regionales, que son los que habrían expuesto sus dudas a las autoridades francesas sobre la excepcionalidad jerezana y la tramitación del acto delegado, al entender que se trata de una decisión que puede ir contra sus intereses, mientras que desde las bodegas de Jerez se habla únicamente de "ahondar en la categorización, algo que el consumidor exige cada vez en mayor medida y que tienen otras bebidas como el whisky o el ron". De hecho, algunas marcas han ido 'explorando' el uso de términos y números acordes con lo que se pretende, en la etiqueta, pero de manera discreta, en la caja o en la 'literatura' de la contraetiqueta, por ejemplo.

 Más apoyo del Gobierno español

Las bodegas elaboradoras de brandy de Jerez estiman que ha llegado el momento de dar el paso y activar el proceso que concluya con el acto delegado necesario para desbloquear la situación, para lo que es imprescindible una mayor implicación del Gobierno español con la principal bebida espirituosa que se elabora en España. Ese proceso -del que vamos a ahorrar detalles de plazos e idas y venidas del tema entre el Parlamento y el Consejo de Europa... que, por cierto, tiene lo suyo- incluye el pronunciamiento de un experto de cada país sobre el asunto, por lo que será el momento de comprobar sobre la marcha si el camino para la aprobación está expedito o si, por el contrario, esas 'reticencias' de Francia se pueden considerar desde el momento de la consulta como abierta oposición. Está claro que no va a ser fácil.

Es obvio que con el tema de la guerra de aranceles desatada por Estados Unidos acaparando toda la actualidad económica y los esfuerzos de los políticos de la UE y de los países centrados en ese tema, tal vez no es el mejor momento para abordar este asunto, pero es que no hay otro, es una cuestión de plazos.

Los próximos meses serán cruciales para que se resuelva esta situación o quede en una especie de limbo. Aprobada en el reglamento comunitario, desde las bodegas de Jerez se afirma que "no entendemos por qué no se ha dado el paso. El reglamento reconoce el sistema de Criaderas y Soleras, la solvencia del mismo para establecer una vejez media y el Brandy de Jerez tiene un organismo de control para hacerlo. Parece justo que se apruebe definitivamente", concluyen.

Sobre el autor

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Carlos Piedras

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