El 10 de marzo de la 2023 tuvo lugar un auténtico bombazo en el Marco de Jerez, 'saltó' en las redacciones de los medios de comunicación una de esas noticias que sacuden no solo a un sector económico, en este caso al bodeguero, sino al conjunto de una ciudad: mediante un comunicado conjunto, se da a conocer que The Macallan (el grupo Edrington) adquiría la mitad del capital del Grupo Estévez y que, entre las distintas condiciones del acuerdo, figura el desarrollo de un proyecto industrial y turístico que generará una importante inversión de la que se beneficiará la ciudad.
Hoy, exactamente dos años después del anuncio del acuerdo entre Estévez y The Macallan, ese proyecto sigue sin arrancar. No se puede decir que esté en vía muerta, en absoluto, simplemente se ha ido retrasando por distintas cuestiones relacionadas con la obtención de los permisos y licencias que necesita, tanto de la Junta como del Ayuntamiento, para al menos comenzar a construirse en los terrenos de la antigua azucarera de Guadalcacín.
Fue noticia sorprendente por la envergadura de la inversión y por el hecho de que Estévez dejaba de ser una empresa 100% familiar, por lo que perdía la plena independencia en la toma de grandes decisiones. Durante los años 90 y comienzos del siglo XXI, con la adquisición de Valdespino y la manzanilla La Guita, bajo la presidencia de José Estévez (veinte años ya de su fallecimiento, por cierto), se consolidó como uno de los principales grupos bodegueros del Marco –el mayor por hectáreas de viñedo, sin ir más lejos–, a lo que ayudó luego también el importante contrato de exclusividad que durante años tuvo con Mercadona.

Pero siendo, sin duda, una operación muy importante, una de las de mayor calado en el Marco de Jerez en lo que va de siglo XXI, sin duda, recuerde el lector que la palabra que se ha optado por utilizar es ‘sorprendente’, y no puede calificarse de otra manera el giro radical que para la estrategia de Estévez iba a suponer un acuerdo de esta envergadura con The Macallan, santo y seña, tanto por prestigio (es una de las marcas de whisky más valoradas en todo el mundo) como por volumen, del ‘sherry cask’, un segmento de negocio en el que Estévez no tenía intereses económicos y sobre el que, de hecho, en más de una ocasión, había mostrado sus reticencias en foros como el Consejo Regulador.
10 años de 'sherry cask'
En 2015, el propio Consejo alumbró esta marca, ‘sherry cask’, para poner orden en esta práctica mediante la debida certificación de que el envinado de esas botas en la que iban a terminar de envejecer el whisky o, en menor medida, el ron (luego vino el brandy: sherry cask desde el inicio de la partida) se llevaba a cabo con vinos de Jerez. La idea inicial, en un mal momento de las ventas, era que el interés que precisamente mostraban marcas premium a nivel mundial como The Macallan prestigiara la imagen del jerez y ayudaran a sacar excedentes, más que encontrar y definir un nuevo nicho de negocio. Pero con el tiempo, huelga recordar que el fenómeno ha crecido exponencialmente, y que en estos diez años el ‘sherry cask’ se ha convertido en todo un negocio por sí mismo (parte positiva) que compite con el propio vino de Jerez, si bien es indiscutible que crea tensiones en el suministro –y los precios– de la materia prima (parte que no lo es tanto)…
Pero nos estamos desviando. Nos encontramos, en definitiva, con que hace dos años justos una de las principales bodegas del Marco y precisamente una de la que más explícitamente había mostrado beligerancia hacia el ‘sherry cask’, anuncia un acuerdo ni más ni menos que con The Macallan. Un acuerdo de estas características no se cierra en cosa de semanas, claro. Con el paso del tiempo, a través de informaciones aparecidas tanto en medios próximos, caso de lavozdelsur.es o el Diario de Jerez, como en medios internacionales de información especializada en bebidas alcohólicas, se han ido sabiendo detalles de cómo se gestó ese anuncio de sopetón que nadie, absolutamente nadie, vio venir. Fue un año y medio, ni más ni menos, de conversaciones, de idas y venidas, de buscar la fórmula exacta de acuerdo que más conviniera a las dos partes –Estévez estaba muy interesada en aprovechar la coyuntura para el relanzamiento de Valdespino como marca, por ejemplo– o de cómo, en el plano formal, un acuerdo de asociación fue evolucionando a un paso más allá, como es la entrada al 50% del Edrington en el capital de la casa jerezana, lo que significó tanto una importante inyección económica para la familia como –hablamos de Edrington– profundizar en la estrategia de controlar de primera mano todo el proceso de producción y envinado de botas por el que claramente ha apostado la multinacional escocesa en los últimos años, un eslabón más que sumar a la compra de Vasyma y la ampliación de su presencia en el capital de Tevasa, dos de las principales tonelerías de Jerez.

Por supuesto, por medio está la evolución de la propia Estévez respecto al ‘sherry cask’, que ha ido pasando de cuestionar el ‘qué’, el propio concepto, a dejarlo en algunos ‘cómos’, y por supuesto, el anuncio del centro industrial de producción y almacenamiento de botas para The Macallan –el proyecto, al menos en principio, estaría centrado en la marca estrella de Edrington– con una importante vis turística para todo el que quiera conocer de primera mano esta parte fundamental del carácter de estos whiskies.
Como el proyecto iría en los antiguos terrenos de la antigua azucarera y se mantenía la calificación industrial de los mismos, parecía que todo iba a ir muy rápido y que no habría mucho problema en comenzar rápidamente el proyecto (así lo dejó entrever el anterior gobierno municipal, que se subió rápido a la ola a menos de tres meses para las elecciones), pero de todo eso ya han transcurrido dos años. El año pasado, en septiembre, se realizaron en dichos terrenos unas obras de acondicionamiento que, en principio, parecían adelantar el inicio de las obras reales, de que las licencias podían estar para antes de las Navidades. No fue así. ¿Los problemas? Pues el principal sería con la Junta de Andalucía, por un tema de evacuación de aguas de un arroyo que pasa por la zona. Con el Ayuntamiento, el tema radica en el planeamiento general de la zona, por lo que tendría que ver con viales y aprovechamientos públicos.
The Macallan produce whiskies que, en algunos casos, alcanzan décadas de antigüedad. Al menos en Escocia también saben esperar, dar tiempo al tiempo…