A finales del pasado mes de septiembre se celebraron las elecciones para la renovación de los dos consejos reguladores existentes en el Marco de Jerez, el que agrupa a las denominaciones de origen Jerez-Xérès-Sherry, Manzanilla de Sanlúcar y Vinagre de Jerez y el de la denominación específica Brandy de Jerez. Bien… este proceso se celebra cada cuatro años y esta última edición ha tenido la pequeña salvedad de que, elecciones, lo que se dice elecciones, no ha habido, ni en uno ni en otro consejo regulador.
En lo referente al Consejo del Brandy se entiende perfectamente y de manera inmediata, en el otro, que convenimos en llamarlo Consejo Regulador del Vino, merece una reflexión más larga. El Brandy de Jerez es una denominación específica, ya que el producto, el destilado de vino que terminará siendo brandy, se envejece en las bodegas del Marco de Jerez, pero dicha materia prima no proviene de la zona, habitualmente es de La Mancha. En conclusión, no hay sector productor (viticultores) representado en el pleno, por lo que está formado solo por las bodegas que elaboran y comercializan brandy. Estas bodegas –las principales– están agrupadas en Fedejerez, así que, al tratarse de voto ponderado en función de ventas y existencias, copan todos los puestos y de haber alguna duda tipo sobre si una bodega tiene más derecho que otra a ocupar una vocalía, el asunto se ‘lava’ en casa antes de confeccionar la candidatura.
(Por cierto: desde siempre ha estado sobre la mesa la reivindicación de que al menos la categoría ‘solera gran reserva’ se elaborara a partir de mostos provenientes del Marco. No es cosa solo de los viticultores de Asevi, hay bodegas que lo respaldan e incluso alguna lo ha llevado a la práctica. Es muy improbable que ocurra, pero ¿qué pasaría si se implementara esta medida? ¿Teniendo en cuenta el tema del que hablamos, generaría a su vez una pequeña representación del sector productor, uno o dos vocales, en el pleno del Brandy de Jerez?).
Pero vamos a hablar ya del Vino. Y para hacerlo es imprescindible hacer referencia al sistema de censos establecido por el propio sector y la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía a fin de garantizar la máxima representatividad… bodegas grandes, bodegas pequeñas, la manzanilla, el vinagre, viticultores independientes y cooperativas conforman dichos censos y generan sus vocalías hasta sumar veinte, divididas a medias entre bodegas y productores.
Cada bodega o viticultor tiene su censo específico para votar, aunque al final, votar, lo que se dice votar, no se ha votado porque no ha hecho falta: atendiendo a la fuerza de cada asociación en cada censo y el voto ponderado en función de ventas, hectáreas, etc, se sabe de antemano en quién van a recaer las vocalías y cuantas. Al final, una vez constituido el pleno, se acaba votando, eso sí, al presidente (y al vicepresidente), aunque es un tema que, lógicamente, se lleva también ‘cocinado’.
Algunas elecciones atrás había asociaciones que se presentaban en censos aun sabiendo que iban a perder con toda seguridad. ¿Por qué? Pues había varios motivos. En primer lugar, porque tenían candidatos que cumplían las condiciones de partida, es decir, figurar en el censo adecuado y aunque se sabía que lo lógico era perder, no se descartaba que alguien (hablamos sobre todo de viticultores) no afín rompiera la disciplina de voto por convencimiento, incluso amistad, etc. También había que tener en cuenta el prestigio y la imagen, que se podría resumir en algo así como “vale, no vamos a ganar, pero que quede claro que vamos en serio, estamos trabajando y queremos crecer para estar dentro en próximas votaciones”.
Una fuente del sector consultada, a la que no le gusta que no haya votaciones ‘reales’ señaló a este medio que “antes, el sector era grande y diverso, hoy es pequeño y etiquetado”… bueno, tal vez como el mundo actual.
Por supuesto, el sistema de censos permite reformas, ‘toques’ y ‘rendijas’ para beneficiar o perjudicar a unos u otros y los políticos –los de la Consejería– lo saben. Fedejerez, tras la reforma, pasó de la mayoría absoluta que le daban casi todos los votos de las bodegas más los que obtenía en el censo de grandes productores, a quedarse en un 30%... y luego un 25% (tras la salida de la patronal del Grupo Estévez), al no permitirse que sus asociados se presentaran por el censo de productores, aun teniendo doble filiación en Asevi-Asaja y estando al final todos, Fedejerez y Asaja, en la CEOE. Esto hizo que Fedejerez estimara que se habían vulnerado sus derechos –ya ve el lector que las elecciones se ganan y se pierden en los censos– al pasar tal vez de una sobrerepresentación que, durante un tiempo, fue absolutamente legal, a tal vez (de nuevo), una subrepresentación a la vista de los intereses de las grandes bodegas. Fedejerez recurrió en su día y su recurso fue desestimado. Ahí quedó el tema.
Sin embargo, a las cooperativas (en principio, productores) que tengan bodega comercializadora de sus propios productos se les permite presentarse por el censo de pequeñas bodegas.
La última reforma es de los tiempos del PSOE. El PP, que ya lleva seis años, no ha visto necesario por ahora acometer ninguna.
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