Macallan, Edrington y Robertson. No son futbolistas del Celtic de Glasgow que ganó la Copa de Europa con el mítico Jimmy Johnstone en sus filas, tampoco son tres ‘piliers’ de la selección escocesa de rugby, no.
Se trata de tres nombres íntimamente ligados al mundo del whisky y a los espirituosos en general en el Reino Unido, nombres a los que ahora, por lo que a Jerez se refiere, se une el de José Estévez, tras el reciente anuncio de una alianza por la que Edrington, propietaria del whisky The Macallan, toma el 50% del capital de la bodega jerezana con el compromiso de desarrollar en los terrenos de la antigua azucarera de Guadalcacín y terrenos aledaños un importante proyecto industrial que incluye un componente enoturístico, con una inversión total cifrada en 60 millones de euros, según han adelantado fuentes del Ayuntamiento de Jerez.
Pero vamos por partes. Quizá –quizá no, seguro- el nombre que más le suena de los tres al gran público es The Macallan, de hecho, con un poco de suerte, haciendo un pequeño esfuerzo, ustedes lo han podido disfrutar en alguna ocasión.
Se trata de una de las marcas de whisky más afamadas en todo el mundo y entre las distintas peculiaridades –junto a ser un ‘single malt’, usar una única malta- que presenta en su elaboración, está la de terminar su período de crianza en botas que anteriormente han albergado vino de Jerez durante un período que habitualmente es de 18 meses, por lo que la relación de The Macallan con Jerez viene de largo, ya que anualmente se envejecen miles de botas en distintas bodegas del Marco, actividad que a corto plazo se va a centralizar tras la alianza alcanzada con Estévez.
La primera destilería de The Macallan se fundó en 1824 en Escocia, en una zona conocida como Maghellan, una contracción del gaélico ‘magh’, que significa tierra fértil, y San Fillan, un fraile irlandés del siglo XIV muy vinculado a la zona. Lo cierto es que es una tradición secular que los granjeros de Maghellan destilaran los excedentes de cebada de sus cosechas y fue precisamente un maestro de escuela que poseía algunas tierras, Alexander Reig, el fundador de dicha destilería.
Ese es el nacimiento de una leyenda que ha llegado hasta ahora. Por citar un hito de la marca, aparte del gusto de la serie de James Bond por este espirituoso cuando 007 y otros protagonistas no se decantan por un Martini de vodka o incluso un jerez, cabe reseñar que en 2018 un coleccionista privado pagó por una botella de ‘The Macallan Valerio Adami 1926’ ni más ni menos que un millón y medio de libras, más de 1,7 millones de euros, todo un récord mundial, claro.
Edrington y Robertson, por su parte, son dos nombres que van ligados desde el principio. El primer antecedente de Edrington Group hay que establecerlo en 1861, cuando William Robertson, que ya tenía distintos intereses en el sector del whisky, crea en Glasgow Robertson & Baxter. En 1887 la empresa pasa a formar parte de Highland Distillers, con el propio Robertson al frente.
Pero es en 1961 cuando llega un momento crucial en esta historia. Las hermanas Robertson (Elspeth, Agnes y Ethel, conocida como Miss Babs y gran aficionada a los Aston Martin, por cierto), nietas del fundador William, crean de forma casi simultánea Edrington Group (nombre que toman simplemente de una granja propiedad de la familia) y la fundación Robertson Trust, a fin de garantizar la pervivencia del negocio familiar.
Se dieron varias circunstancias para tomar esta doble decisión, desde el hecho de no tener una descendencia directa al de frenar posibles intentos hostiles de compra, como el que se produjo años antes, en 1955, por parte de Distillers Corporation, antecedente de Seagram. Desde entonces hasta nuestros días Robertson Trust es accionista de referencia de Edrington, grupo empresarial que ha ido creciendo estableciendo distintas alianzas sin acudir a cotizar en Bolsa.
La fundación Robertson dedica a obras sociales y de caridad la mayor parte de los beneficios que obtiene. Hasta 2022 sus donaciones ascienden a la importante cifra de 322 millones de libras esterlinas (367 millones de euros), donaciones que tienen como premisa habitual que se realicen en Escocia. De hecho, es el principal donante privado escocés. Por eso, la empresa tiene a gala su compromiso social y medioambiental, algo marcado a fuego desde el mismo momento de su fundación.
Entre 1996 y 1999 se cierra el círculo de estos tres nombres. The Macallan pasa a ser propiedad de Highland Distillers en 1996 y en 1999 dicha sociedad es absorbida finalmente por Edrington, que desde entonces ha convertido The Macallan en su buque insignia y en su apuesta inequívoca por la calidad, contribuyendo a la universalización de la marca.
Hoy en día Edrington es un grupo empresarial centrado en la producción y distribución de bebidas espirituosas, con marcas tan renombradas como el whisky The Glenrothes, el ron Brugal o el coñac Courvoisier, entre otros.
Este reportaje se ha elaborado con información recogida en las webs oficiales de Edrington y The Macallan, así como thewhiskyexchange.com, scotishwhisky.com y Wikipedia.
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