La manzanilla marca agenda propia en el nuevo Consejo Regulador

Las bodegas sanluqueñas aspiran a tener cierto control sobre el dinero que se destina a promoción (sobre todo para crecer en el exterior), ya que entienden que la caída continua en las ventas revela que es mejorable

Una hostelera sirve una castora de manzanilla.

Las bodegas de Sanlúcar apuestan por tener perfil y agenda propios en el nuevo mandato que acaba de abrirse en el seno del Consejo Regulador de las denominaciones de origen (DO) Jerez-Xérès-Sherry y Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda. Hay varias cuestiones sobre la mesa que creen que deben ser objeto inmediato de debate y de modificación, por lo que se puede decir que la Manzanilla aspira a tener agenda propia en el sector durante los próximos cuatro años.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que la única abstención que se produjo para la reelección de César Saldaña fue de una de las dos bodegas sanluqueñas con vocal de la Manzanilla en el pleno. Claro, 19 síes y una abstención es un resultado rotundo, sin duda, pero no es la unanimidad que cabía prever y que, incluso, se ‘vendió’ desde distintos ámbitos que iba a producirse. Esa abstención se valora desde Sanlúcar como el ‘primer toque de atención’ sobre una serie de cuestiones a las que, entienden, hay que ponerse a buscar soluciones.

La Asociación Profesional de Bodegas Sanlúcar de Barrameda, que agrupa a once casas de la ciudad, emitió hace tres semanas, después de una reunión interna, un comunicado un tanto críptico en el que las ventas, la promoción y la propia organización sectorial se citaban de manera interrelacionada, pero sin ahondar en la materia. Básicamente, la cuestión parte de que las bodegas sanluqueñas están preocupadas por la evolución de las ventas en las últimas cuatro campañas (lo que podría llamarse el período postpandemia) y estiman que deben producirse modificaciones en la política de promoción que viene desarrollando el Consejo Regulador a la vista de los resultados. Bien… es cierto que las ventas como tales no son responsabilidad directa del Consejo Regulador, pero sí la promoción del vino de Jerez y la Manzanilla que se lleva a cabo de manera genérica desde la institución, en buena medida con aportaciones especiales de las propias bodegas del Marco de Jerez (unos 850.000 euros anuales de media).

Desde Sanlúcar se aferran a un dato incontestable, como es el hecho de que en los últimos cuatro años se ha dejado de vender una de cada cuatro botellas, un dato muy duro. Si en 2021 se vendían del orden de 31,8 millones de litros, el año pasado las salidas de bodega se quedaron en 24 millones (números redondos), lo que significa una caída de casi un 25%. 

Obviamente, el Consejo Regulador no es ajeno a esta realidad, si bien Saldaña y su equipo siempre han defendido que se va más al valor añadido que al volumen. El valor añadido ha crecido, es cierto, pero al analizar la subida de precios no hay que perder de vista otros factores como las cuatro vendimias consecutivas cortas como consecuencia de la sequía, lo que ha ocasionado la subida de la materia prima, un período inflacionista y la consiguiente subida de todos los costes y las tensiones que crea en el sector el volumen de producción que se necesita para cubrir las necesidades del ‘sherry cask’.

Desde Sanlúcar, en su comunicado, se sobreentiende que a la manzanilla a la que representan le gustaría tener un mayor control sobre a dónde van sus aportaciones y ahí es cuando apuntan a la organización interna del Consejo Regulador, en concreto a la denominada comisión de la manzanilla (con anterioridad, mesa de la manzanilla). Para la Asociación, esta comisión debería tener funciones ejecutivas y no meramente consultivas o representativas, lo que abriría la puerta a un mayor control por su parte de las decisiones en materia de promoción que tome el Consejo, al menos en lo que se refiere a la DO sanluqueña, sobre la que, entre otras cosas, estiman que tiene un importante potencial en cuanto a exportación.

Esa y no otra es la secuencia lógica ventas-promoción-comisión de la manzanilla. Además, las bodegas sanluqueñas entienden que tras la aprobación de la puesta al día del Pliego de Condiciones se debió acometer la reforma interna de la comisión que se ha ido postergando y que será –es ya– tema sobre la mesa en el nuevo mandato.

Bien… con el tema del ‘fino de Sanlúcar’ en pleno período transitorio y el ‘sherry cask’ (hablamos de los vinos utilizados para el envinado, perdón por la redundancia consciente, pero así resulta más taxativo) desterrado, por decisión de las propias bodegas sanluqueñas, de cualquier posibilidad de acabar en una botella de manzanilla, la dotación de funciones ejecutivas de la comisión de la manzanilla es el gran tema marcado en rojo en la agenda de las bodegas de Sanlúcar y un mayor control (y decisión) sobre la promoción, el primero en el orden del día…

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