Acaba 2024 y acaba también la liquidación de la vendimia 2024. Por supuesto que hay viticultores que han cobrado antes, pero entre mediados y fin de diciembre se liquida el grueso de los contratos de las bodegas con los productores independientes.
El precio de la uva este año ha oscilado entre los 90 céntimos y el euro, cantidades que fluctúan en función de la importancia del cliente (léase bodega), tanto por volumen como por proyección en el tiempo del contrato; la disponibilidad de algún tipo de ayuda para el transporte, la procedencia de la uva de un pago concreto y predeterminado, e incluso, e íntimamente ligado a la anterior, por la introducción de distintas prácticas encaminadas a garantizar parámetros de calidad en la uva, algo que poco a poco se va teniendo más en cuenta en el Marco de Jerez.
Con todo, hay que recordar que los viticultores independientes han ido perdiendo peso en el Marco en las últimas décadas dentro del sector productor. Si durante finales del siglo XX se hablaba de tres tercios imperfectos en el subsector de los productores –cooperativas, bodegas con viñedo propio y los viticultores independientes–, en la actualidad las siete cooperativas del Marco (Jerez, Chipiona, Chiclana, las dos de Trebujena y las dos de Sanlúcar) copan aproximadamente la mitad de la producción, las bodegas se mueven sobre el 30% y los independientes en el 20%, números redondos.
Se puede decir que, tras el incremento en la producción en la vendimia de 2024 –que con 62,5 millones de kilos de uva se ha situado en un notable 25% más respecto a 2023– los precios han aguantado bastante bien. Hay que tener en cuenta que la campaña pasada se cerró de media a euro el kilo de uva, si bien hubo algunas operaciones muy puntuales que se fueron a 1,20 euros. Volviendo a utilizar números redondos, se puede decir que la uva ha bajado sus precios incluso en menor medida que lo que parecían indicar las previsiones de incremento de la producción (que eran entre el 12% y el 15%) y no finalmente ese 25% con el que, en principio, nadie contaba, al menos no públicamente. Dicho de otra manera: fuentes bodegueras consultadas por este medio señalaron en verano que, números redondos, con la misma masa monetaria, las bodegas se iban a 'llevar' el incremento de la producción y al final no ha sido así porque los precios han resistido en mayor medida a esa afirmación… y a la fuerza de ese 25% de incremento de la producción.
La tensión en el suministro de materia prima continúa tras los años de sequía y la fuerte demanda para envinar 'sherry cask'
Esto tiene una clara lectura: pese al continuo descenso en las ventas vino de Jerez, las tensiones en el suministro de materia prima continúan, tanto por las cuatro campañas cortas que han antecedido a esta campaña aceptable, como por las necesidades que tiene el sherry cask y que, además, afronta en solitario el jerez, después de que la manzanilla se descolgara.
Bien… con todo, ahora es cuando viene realmente el meollo de la compra-venta de materia prima en el Marco de Jerez, la salida de las cooperativas de las botas de mosto (vino del año, en el argot de Jerez: para el lector de fuera) rumbo a las bodegas para cubrir sus necesidades de reposición. Como se ha dicho más arriba, las cooperativas suponen aproximadamente el 50% de la producción actual de materia prima en la comarca. Las previsiones apuntan a que la bota de mosto (ya al deslío, libre de impurezas) tendrá un pequeño descenso y se situará en torno a los 800 euros (aunque puede que algún gran cliente cierre precios ligeramente por debajo). Eso significa que compras de última hora y/o escaso volumen podrían situarse sobre los 900 euros. Ligeros descensos de precios, en línea con todo lo hablado respecto a la uva.
Lo habitual es que las bodegas comiencen a retirar en las próximas semanas, después de Navidad, las botas que están adquiriendo en las cooperativas, aunque siempre hay alguna que va corta de existencias y puede que ya haya comenzado a hacerlo mientras el lector termina estas líneas…
Comentarios