"Acabo de estar en el campo... a la uva le quedan por lo menos veinte días", decía el pasado jueves alguien del sector vitivinícola a lavozdelsur.es, sin atreverse a concretar más sobre el inicio de la vendimia. La uva del viñedo del Marco de Jerez está actualmente en pleno proceso de envero, que es el momento en el que el fruto coge zumo y, en consecuencia, volumen, un momento crítico en el proceso de maduración de la uva pero que da una idea de por donde va a ir la vendimia en cuanto a resultados. Por eso ahora mismo en el Marco se vive un momento relativamente tenso a la espera de ver qué pasa. Tanto los viticultores como las bodegas están expectantes ante la climatología, ya que el calor que haga (o no) durante la segunda mitad de julio será determinante para la maduración de la uva y, en definitiva, para la fecha del inicio de la vendimia.
Distintas fuentes consultadas no descartan que se produzca un nuevo adelanto similar al del año pasado –se comenzó a cortar uva incluso a finales de julio porque las primeras entregas en los lagares datan del 2 de agosto, según los datos del propio Consejo Regulador del Jerez– pero estiman que, a poco que la climatología acompañe, que haya varios días de poniente que refresque el viñedo con 'blanduras', como se conocen en el sector las neblinas que 'rocían' el viñedo habitualmente cuando hay este régimen de vientos, la vendimia en el Marco de Jerez podría comenzar "en fechas habituales", entendiendo por "fechas habituales" hacia el 15 de agosto, todo hay que decirlo, que lo que hace cosa de veinte o veinticinco años se consideraba una vendimia adelantada hoy forma parte de la nueva normalidad, ya que ciertamente son fechas que cada vez han ido siendo más frecuentes.
El caso es que todo el sector está ya expectante. Un ejemplo de que nadie se fía de cuándo comenzará la vendimia, sobre todo tras la experiencia del año pasado, lo da, por ejemplo, el hecho de que algunas bodegas han decidido dar vacaciones a la práctica totalidad de su plantilla desde esta misma semana que termina, lo que da una idea de que para las empresas en absoluto es una opción descartable un inicio muy adelantado de la vendimia y por eso quieren que, en previsión de lo que pueda pasar, todo el mundo disponible por si es necesario a comienzos de agosto.
La vendimia, en principio, se prevé corta, aunque algo superior a la de la temporada pasada, en que se recogieron 44,5 millones de kilos (qué lejos queda cuando se recogían del orden de 100 millones de kilos, por hablar de hace unos veinte años, sin remontarnos a los años 70 u 80). Hay sequía, ha llovido poco, pero en general, salvo algunos accidentes (como aquella tormenta de pedrisco que cayó en Trebujena), ha llovido bien y en fechas. Por lo que se refiere a la calidad de la uva, las mismas fuentes afirman que es buena, así que, ahora mismo, teniendo en cuenta la sequía que estamos padeciendo y que sería la quinta vendimia corta consecutiva, las previsiones se puede decir que son aceptables pero siempre dentro de ese contexto.
Hay que tener en cuenta que en la actualidad, el viñedo del Marco de Jerez tiene que alimentar a dos negocios cada vez más parejos en cuanto a facturación final: el vino de Jerez (y la manzanilla), como no puede ser de otra manera, y el envinado de botas para 'sherry cask', lo que está creando tensiones crecientes en el sector, como lo demuestra el fuerte incremento del precio de la uva y de la bota de mosto. No hay materia prima, tanto por la sucesión de vendimias cortas como por el exponencial (en el sentido literario) crecimiento de la demanda para envinar 'sherry cask', un tema que hace menos de una década se saludaba con agrado por la imagen que suponía para el jerez quedar ligado a marcas premium de espirituosos (sobre todo whisky) y los excedentes que absorbía y que hoy por hoy, tal y como está planteado, genera dudas crecientes en distintos actores sectoriales.