En Castilla y León se ha creado un interesantísimo problema vinatero de difícil solución. Rueda ha conseguido que la Junta de dicha comunidad autorice la flamante godello como una de sus uvas secundarias, lo que ha causado la ira -literal- de El Bierzo. Bodegas y viticultores de esta zona (León, limitando con Galicia) no están de acuerdo en que la denominación de origen (D.O.) de Valladolid (y de Segovia y Ávila), tras décadas en la cima, coincidiendo con los primeros síntomas de cansancio de los vinos de verdejo –por ahora más de crítica que de ventas– se haga con la posibilidad de cultivar esta uva prioritaria en El Bierzo (y Galicia), la godello, un valor al alza que lleva ya varios años causando sensación en el mundo de los blancos.
¿Y por qué hablar de verdejo y godello desde Jerez, tan lejana a estas dos denominaciones de origen y, si me apuran, con sus propios problemas? Pues aparte de la curiosidad que en una zona decana como Jerez levantan –más bien deberían levantar– los temas vinateros, independientemente de cual sea su origen, se nos ocurren varias razones más directas para hablar de esta cuestión. En primer lugar, hace tiempo que ‘verdejo’ o Rueda (que no es exactamente lo mismo, ya hablaremos de Rueda como depositaria de muchas más varietales) están en casi todos los bares y restaurante de la provincia de Cádiz. Es cierto que hay decenas de marcas de vinos blancos de la tierra, también es cierto que 'Barbadillo', 'Tierra Blanca' y más reciente el Chardonnay de Entrechuelos nunca han dejado de estar ahí, pero hace ya muchos años que comparten rincón en las neveras de los bares con estos vinos. En segundo, cabría referirse a que hay varias bodegas del Marco de Jerez con intereses en Rueda. Tal vez Estévez, Sánchez Romate y González Byass (vía Beronia) son los casos más significativos, en línea con lo que han hecho otras importantes bodegas de toda España (Marqués de Riscal, Protos), también con posiciones tomadas hace años.… y, en tercer lugar, algunas bodegas vienen haciendo distintas pruebas de adaptación de la uva verdejo a la zona, con Barbadillo a la cabeza, que incluye esta varietal tanto en vino tranquilo como en frizzante.
Bien… esbozado el panorama y expuestas las razones, vayamos entrando en materia.
De entrada, godello es una uva muy de Galicia, (El Bierzo es una zona limítrofe, como ha quedado dicho, con un clima de interior similar). Es la uva por antonomasia de la D.O. Valdeorras (norte de Ourense) y en las últimas décadas ha ido ocupando un lugar importante en sitios donde antes estaba, pero en menor medida, caso de las D.O. Monterrei o Ribeiro (las dos también en Ourense), esta última un nombre clásico de la vitivinicultura española que ha resurgido basándose en variedades autóctonas, caso de la propia godello y de treixadura, restando protagonismo, paradojas de la vida, a la uva palomino, que allí, entre los viticultores, se llama directamente jerez.
El movimiento de Rueda no ha pasado desapercibido en Galicia, pero ahora mismo las DO se ven fuertes, están haciendo marca y se ha producido un importante tirón en los precios, aunque desde el Consejo Regulador de Valdeorras se ha incidido en que la auténtica godello es la de su comarca, lo que no deja de ser un pequeño reparto de mandobles a diestro (Castilla y León, incluido El Bierzo)… y siniestro, el resto de Galicia. Y se pone un ejemplo “hay chardonnay por todas partes, ¿de dónde es la auténtica chardonnay? De Borgoña”. Pues eso. Desde Valdeorras no se puede hablar más claro sobre la uva godello.
En El Bierzo, la godello es la gran uva de los blancos que elaboran (por cierto, con palomino también como uva ‘auxiliar’), mientras que la mencía es la de los tintos. El caso es que pese a que las cosas también van estupendamente en El Bierzo y se hacen buenos vinos a buen precio, la autorización de godello, aunque sea como uva secundaria en Rueda, se ve con resquemor desde la comarca leonesa, que entiende que una DO tan fuerte como es hoy Rueda puede terminar perjudicando sus intereses, tanto por las ventas y capacidad de distribución que tiene, como por acabar de alguna manera ‘trivializando’ los vinos elaborados a partir de esta uva. Rueda toca muchos palos, con muchas variedades de uva autorizadas. Es cierto que verdejo tiene un papel muy predominante, pero también están la sauvignon blanc, viura, viognier, chardonnay… o incluso palomino fino, aunque es una variedad a extinguir (vaya), porque no se permiten nuevas plantaciones de la misma. Por cierto, desde 2008 también hay Rueda tinto, con la tempranillo como uva dominante… pues sí, ciertamente, Rueda empieza a cubrir lo que en términos futbolísticos se llama mucho espacio.
"Mercantilismo" y "oportunismo" son algunos de los ‘ismos’ que se han lanzado desde organizaciones empresariales de El Bierzo y León a la decisión de Rueda avalada por la Consejería. Rueda se defiende diciendo que desde hace casi 30 años se vienen realizando experiencias con godello, que no es una decisión que se ha tomado de la noche a la mañana (teniendo en cuenta el éxito alcanzado últimamente por estos vinos) y que, al fin y al cabo, ellos también tienen que ver cómo su uva verdejo está en unas veinte zonas de producción españolas ajenas por completo a Rueda, que en este caso no dejan de llevar su parte de razón…
Ese el debate real. ¿Una denominación de origen debe centrarse en exclusiva en lo propio, en la tradición (tipos de uva, métodos de elaboración, etc) o es lícito que se abra y aproveche todo lo que se pueda adaptar a la zona y aportar valor para seguir creciendo? ¿Esta segunda opción desvirtúa a la comarca o ese concepto se ha quedado antiguo? ¿Cuántos matices caben entre una u otra opción?
Amigas y amigos, aquí hay tantas respuestas como lectores…
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