Cuando nació su primer hijo, Dani quiso cogerse la baja por paternidad, que en ese momento estaba estipulada en cinco semanas —posteriormente se amplió a ocho y ahora es de doce—, aunque solo pudo disfrutar de seis días que, para colmo, no cobró. Cuando su madre enfermó y quiso viajar hasta República Dominicana, donde reside, para visitarla, tampoco disfrutó de vacaciones. Estuvo dos semanas en su país, tras firmar una baja voluntaria, y a la vuelta se encontró sin trabajo. Son las dos únicas ocasiones en tres años y medio en las que quiso tener días libres, por causas de fuerza mayor, y no se lo permitieron.
Dani trabajaba en el establecimiento 100 Montaditos del centro comercial de Luz Shopping, en Jerez, donde tenía un contrato de cuatro horas, aunque trabajaba más de ocho diarias, hasta doce en algunas jornadas maratonianas, a razón de 4,20 euros la hora. "Cobras lo que trabajas. Si no trabajas, no cobras. Así es esa empresa", explica cuando atiende a lavozdelsur.es. "Cuando no trabajas firmas un papel como que estás de vacaciones y esos días estás sin cobrar", añade. Hasta al día siguiente de nacer su hijo quisieron que fuera a trabajar.
Los meses que echaba más horas, con suerte, pasaba de los 900 euros mensuales de sueldo, pero para ello tenía que trabajar más de 50 horas a la semana. "He trabajado en hoteles y en otros restaurantes, y es la primera vez que veo algo así", comenta. "Es mi peor experiencia laboral", agrega. Además, durante una etapa hasta llegaron a adeudarle cinco meses de sueldo, que le liquidaron abonándole 3.700 euros, a razón de menos de 800 euros por mes. Cuando fue despedido, no percibió finiquito, y cobró menos de lo que reflejaba su última nómina. "En nómina tenía algo más de 300 euros, pero me dieron 200 euros en mano y adiós".
A mediados de 2019, la cervecería 100 Montaditos de Luz Shopping cambió de manos, pasando de la empresa Eloborg SL —cuyo propietario es dueño además de la hamburguesería TGB y franquiciado del grupo Restalia— a Heladería & Cafetería M & C El Trincherazo SL, que le cambió el tipo de contrato a Dani, pasando de ser indefinido a temporal por obra y servicio. "No lo sabía, me enteré cuando fui a pedir el paro y no me correspondía, porque me hicieron firmar como que me fui de forma voluntaria", señala el trabajador. Por todo ello, ahora prepara junto a sus abogados una demanda para reclamarle a la empresa el dinero que le corresponde.
"El plazo para reclamar un despido improcedente es de 20 días, pero no se enteró hasta siete meses después, cuando fue a pedir el paro", explica su abogado, José María Grajal, del Estudio jurídico Ríos & Grajal, del que es socio junto a Macarena Ríos. "Le han provocado una una indefensión total", añade. "Nos queda reclamar el finiquito y, con la sobreexplotación que tenía, las jornadas trabajadas como si estuviera a jornada completa", ya que "es imposible determinar el numero de horas extra que hizo". El convenio de la hostelería estima por encima de los siete euros la hora trabajada, cuando la empresa le pagaba poco más de cuatro.
"Vamos a pedir responsabilidad solidaria al dueño actual", explica la abogada Macarena Ríos. "Hay mala fe", expresa, en referencia al hacer de los empresarios. "Se incumple medio Estatuto de los Trabajadores", agrega Grajal. Juan Martín, actual propietario del establecimiento, asegura en declaraciones a lavozdelsur.es que "ahora los trabajadores no están en esas condiciones". "Mi casa está abierta para que se le pregunte a los trabajadores cómo están ahora", expresa. Martín cuenta que a Dani "se le ha pagado todo" y que se fue "de forma voluntaria, porque se le murió la madre". El propietario lamenta tener que enfrentarse a estas situaciones por "los problemas de pago del anterior dueño", ya que él abonó "hasta la última peseta" al empleado.
CNT ya demandó a la compañía por el despido de una trabajadora "sin que la empresa le abonara el finiquito y cantidades atrasadas de dos nóminas"
El sindicato CNT ya denunció el pasado verano las situaciones de impagos, explotación laboral y despidos ejecutados en el establecimiento, y lleg´o a presentar una demanda por despido y por el impago de salarios a una extrabajadora, que fue despedida al inicio del estado de alarma, "sin mediar carta de despido siquiera, y sin que la empresa le abonara el finiquito y cantidades atrasadas de dos nóminas". Además, dicha empleada tenía un contrato laboral de doce horas semanales, pero llegaba a echar jornadas diarias de hasta catorce horas, y sin estar dada de alta las horas añadidas, cobrando 4,20 euros la hora, como Dani.
La CNT de Jerez denunció públicamente, por tanto, "las prácticas esclavistas y tremendamente injustas que lleva a cabo la empresa Eloborg, en consonancia con la aberrante situación generalizada de explotación laboral en la hostelería en la provincia de Cádiz". Además, animó "a realizar a cabo un boicot a estos restaurantes, hasta que no sean respetados los derechos laborales de sus trabajadores".
Estas prácticas se realizan en una comunidad, Andalucía, que durante el mes de octubre aumentó en 9.506 el número de desempleados, contabilizando un total de 965.407 parados. La comunidad lidera en términos absolutos la subida del desempleo en octubre en España, aunque la subida en términos relativos, que ha sido de un 0,99%, ha sido inferior en cuatro décimas al incremento medio nacional, que ha sido de un 1,31%. En Jerez, el aumento ha sido de 447 desempleados —ahora tiene un total de 32.531 parados—, y además engrosan las listas de desocupados 4.739 personas más en la provincia de Cádiz, la segunda andaluza con mayor subida, solo por detrás de Málaga (6.940 parados más).
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