Apenas 24 horas después de que la plantilla de la cementera que la multinacional LafargeHolcim tiene en Jerez —una de las cinco con las que cuenta en España— conociera la notificación del inicio de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), numerosos trabajadores se han concentrado en la media hora del bocadillo para analizar posibles acciones de protesta para tratar de impedir, o al menos minimizar, las nefastas consecuencias de esta decisión. El personal, 80 empleos directos, se debate entre la inquietud por el futuro laboral inmediato y la indignación por la medida, argumentada principalmente en causas económicas.
La multinacional francosuiza contabilizó, en el último ejercicio publicado (2019), un beneficio neto atribuido de 2.246 millones de francos (2.114 millones de euros), lo que equivale a un incremento del 49,5% en comparación con el ejercicio anterior. Sin embargo, la compañía achaca al "sobredimensionamiento industrial" de su factoría de Jerez la causa que motiva este ERE. Según el sindicato CCOO, mayoritario en la planta, los despidos masivos, entre plantilla, empresas auxiliares y empleos indirectos, "podrían afectar en total a más de 200 puestos de trabajo" en un municipio y una provincia ya de por sí castigados por la desindustrialización en los últimos treinta años.
Según el sindicato, en declaraciones recogidas por Europa Press, la fábrica jerezana "está a pleno rendimiento tanto de fabricación como de venta, como demuestra que tanto la empresa matriz como las auxiliares han aumentado el número de contrataciones en los últimos meses, incluso teniendo que realizar horas extras gran parte de la plantilla para poder sacar el trabajo hacia delante". "Muchos de los operarios manifiestan que hacía años que no se veía un volumen de actividad así en la fábrica y que temen que con esta maniobra la empresa pretenda traer parte del material que se elabora actualmente en la fábrica de países del tercer mundo", ha añadido.
A juicio de CCOO, "tanto la situación actual como la futura no fundamentan una decisión tan drástica, y de existir algún problema coyuntural se podrían y pueden adoptar otras medidas de índole temporal que contempla la legislación laboral". "Entendemos que este ERE se trata de una maniobra de la empresa, que amparándose en el clima actual originado por la pandemia, quiere aprovechar para despedir a parte de la plantilla y de forma más barata", ha concluido el sindicato.
Entretanto, el comité de empresa ha sido citado por la dirección de LafargeHolcim España la próxima semana en un hotel junto a Santa Justa, en Sevilla, para iniciar el periodo de consultas preceptivo por el ERE extintivo. Una convocatoria que ha indignado al personal, ya que desde el comité entienden que, para más inri, la compañía quiere llevar a cabo el ERE "con las mínimas protestas y con el menor ruido posible".
Por eso, entienden, cita en Sevilla, aprovechando los confinamientos perimetrales que en estos momentos tienen en Andalucía municipios como Jerez, donde como consecuencia de la pandemia no se puede entrar o salir si no es por causa justificada. A partir de que se produzca la referida cita entre patronal y comité se conocerá con más detalle a cuántos trabajadores de la planta afecta la reconversión de la misma en una molienda de cemento, dejando por tanto de fabrica y exportar el clínker, el principal componente del cemento Portland, el cemento más común y, por tanto, del hormigón.
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