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Pánico en las bolsas a un Lunes Negro

Los mercados reaccionan a un mal dato económico en el empleo de Estados Unidos. Japón abre con abruptas pérdidas y el Ibex-35 español se deja un 2,8%. Wall Street abre a las tres y media de la tarde de hora española, pero lo hará en rojo

El Palacio de la Bolsa de Madrid, en una imagen de archivo.
El Palacio de la Bolsa de Madrid, en una imagen de archivo.
05 de agosto de 2024 a las 13:56h

Un informe el pasado viernes en Estados Unidos ha generado temor entre los inversores de todo el mundo y coloca en un brete a la economía global. El país norteamericano creó menos empleo del esperado. Y si bien hablamos de una tasa de paro de apenas un 4,2%, supone el traslado a la economía real de algo que se venía fraguando desde hace tiempo.

La paralización de la economía durante los confinamientos generalizados de 2020 obtuvo una respuesta generalizada: políticas de incentivo, ayudas públicas, subvenciones y la activación de las máquinas de imprimir dinero para inyectar liquidez. Aquello solventó el golpe, aunque transformó los mercados por ciertas carencias en productos. La guerra de Ucrania, el mayor granero de Europa, supuso también una ruptura de relaciones de Rusia con muchos socios comerciales. Dos bombas económicas que en parte eran voladura controlada por las administraciones, y en parte atrasar la cuenta atrás para que estalle.

Muchos economistas pronosticaron desde 2020 una recesión generalizada de la economía, una crisis que reajustara en la economía real las desviaciones que iba generando el mercado. Y si bien los precios de productos crecieron, la inflación se ha ido controlando poco a poco con ajustes sobre el precio del dinero, aumentando los intereses para restar el exceso de liquidez.

A todo esto se ha unido la incertidumbre sobre la inteligencia artificial, que llevaba tiempo fraguándose. Buena parte de la economía se basa en algoritmos que, en parte, han sido casi una inteligencia artificial. Pero su explosión es el traslado al día a día ciudadano. Primero, en empresas de calado, especialmente tecnológicas. Pero, poco a poco, cada vez en más ámbitos. Y eso ha venido a transformarlo todo.

Buena parte de los resultados positivos de las bolsas, especialmente en Estados Unidos, han estado protagonizadas por las grandes tecnológicas. Más allá de Apple, Meta (Facebook), Google, Microsoft, ha destacado el incremento de Nvidia. La desarrolladora de tarjetas gráficas tiene la respuesta al uso masivo de información, a niveles hace no tanto imposibles de ni siquiera imaginar. Nvidia tiene la tecnología necesaria para hacer arrancar de verdad la computación que conlleva la inteligencia artificial. Y, por eso, los inversores han creído en ella, logrando superar al resto en cotización. 

Pero este lunes, el mal dato de empleo en Estados Unidos se ha sentido en Japón. La bolsa ha abierto este lunes con caídas del 18%. La sensación es que el contador llega a cero y el complejo equilibrio de la economía mundial parece aterrizar de forma abrupta en la economía real. Llevaba algo más fraguándose, con la caída de las criptomonedas. Este mercado especulativo ya se llevó un golpe cuando decayó un mercado que se basaba en ellas, el de las NFT, con tintes casi piramidales. El bitcoin ha pasado de valor 60.000 dólares el 1 de agosto a los pocos más de 45.000 de este lunes. Mucha gente ha empezado a venderlo, haciendo caer su precio casi un 25%. Y prosigue la eterna pregunta de si es una burbuja, si es el espacio para evitar impuestos, o si viene para quedarse.

El problema con esta posible crisis es el siguiente: si se inundó el mercado de dinero desde el 2020, la respuesta era hacer subir los tipos de interés; pero ante una ralentización de la economía, el mercado pide su bajada. Dos respuestas contrarias e incompatibles. No tan diferente a la respuesta de Estados Unidos al temor al colapso de las Torres Gemelas: entonces, se financió una guerra y se dio certezas al mercado mundial ante el terrorismo con dinero más barato, con liquidez. El exceso cometido se transformó en que se dio hipotecas a quienes en realidad no eran solventes, enmascarando impagos en paquetes y en los balances bancarios hasta que estalló la crisis de 2008, llevándose por delante una quiebra bancaria enorme y la de su aseguradora, iniciando un terrible dominó del que la economía, en realidad, nunca se recuperó del todo cuando en 2020 llegó la terrible crisis sanitaria.

La falta de certidumbres sobre dónde estarán las inversiones rentables cuando avance la inteligencia artificial y los coletazos de la respuesta a la crisis de 2020 están aterrizando en la economía. O eso interpretan muchos inversores, que están sacando dinero de la inversión en variables y metiéndolo en deuda. La banca española pierde en la apertura del Ibex hasta un 3%. 

Hasta las 15:30 de hora española no abrirá Wall Street, pero ya se mueve el mercado de futuros, la apuesta a corto plazo. Se espera una caída del Dow Jones de 800 puntos. El Nasdaq100, el índice de las empresas tecnológicas, abrirá con una caída que se acerca ya al 3%.

¿En qué se transformará estos ingredientes que apuntan a un histórico Lunes Negro en las bolsas de todo el mundo? Es difícil de prever, lógicamente, pero hay analistas que dudan de que grandes inversores y empresas suspendan sus inversiones en el corto plazo. Las tecnológicas llevan tiempo despidiendo en vista de este momento. Incluso los bancos. 

El problema es que Estados Unidos, y esa es la clave de todo, entre en recesión. Si se confirmase en los próximos días, semanas o meses, aquello del resfriado en América que provoca neumonías en Europa podría hacerse realidad. Pero, por el momento, la posible revisión del mercado, la respuesta natural a una distorsión, podría quedar en una abrupta bajada y acabar recuperándose. Teóricamente, Japón ha perdido en unas horas todo el crecimiento de su bolsa de los dos últimos años. Pero no tendría por qué ser el inicio de una larga crisis de despidos, retiradas de inversiones, etc.

Sobre el autor

Juan Antonio Carrasco

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