Es el mercado, amigos, que diría aquel. Todo lo que podía salir mal tras la fusión de la malagueña Unicaja con la asturiana Liberbank está saliendo. Al menos, desde el prisma de la plantilla de la nueva entidad bancaria resultante de la fusión. La primera reunión del periodo de consultas de los procedimientos de ERE, Movilidad Geográfica y Modificación Sustancial de las Condiciones de Trabajo (MSCT) anunciados por la entidad ha coincidido con la publicación de los resultados de la misma en los nueve primeros meses de este año.
Si alguien quiere esgrimir causas económicas en la motivación de los despidos masivos (más de 1.500 de una tacada), desde luego no parece que las haya a tenor de un beneficio neto, incluido el impacto del fondo de comercio por la integración de Liberbank, de 1.395 millones, un 41% más en términos recurrentes hasta septiembre pasado. Su CEO, por cierto, el nuevo presidente de la entidad, Manuel Menéndez, se ha subido también el sueldo un 18%.
Mientras los accionistas se frotaban las manos, Unicaja ha hecho entrega a la representación legal de sus trabajadores de la documentación para el inicio del periodo consultas del ERE. Apenas 30 días para negociar, lamentan desde CCOO de Andalucía, "sin haber agotado todas las vías que teníamos en el informal que dispone el convenio colectivo". Esto, dicen, "es especialmente grave si consideramos que en los procesos anteriores que hemos vivido en Unicaja (no así en Liberbank) los consensos se establecieron durante el periodo informal y solo cuando se había llegado a un acuerdo se abrió el periodo de consultas".
Esta forma de actuar, han abundado, "contradice la supuesta buena voluntad que la empresa manifestó en las primeras reuniones mantenidas y nos aboca a un clima de conflictividad durante el presente mes de noviembre caso de que Unicaja no acerque su postura a la de la representación sindical, un acercamiento que está más que justificado una vez que hoy hemos conocido los resultados obtenidos por Unicaja en los nueve primeros meses del año".
Como dispone la Ley, Unicaja hizo entrega de la memoria explicativa con informes técnicos que justifican los procedimientos antes citados en base a "causas técnicas y organizativas". Económicas, claro, era obvio que no. A la espera de hacer un análisis en profundidad del mismo y de formular las correspondientes alegaciones, CCOO ya realizó un primer avance en la reunión del pasado 14 de octubre tras consultar el extracto del mismo que Recursos puso a disposición de los sindicatos. En dicho avance, advierten, "cuestionamos algunos planteamientos metodológicos que afectaban tanto a las causas como a la cuantificación del impacto sobre la plantilla. Habrá que analizar el informe técnico completo para sacar conclusiones".
Las reuniones comenzarán el 10 de noviembre y concluirán el 2 de diciembre, y la idea final de la banca fusionada pasa por prescindir de 1.513 personas, de los que el 88,5% quiere que sea menor de 50 años. "Los beneficios obtenidos —dicen desde COO— dan idea del esfuerzo titánico que hace la plantilla de Unicaja para compensar la caída de personal que se viene produciendo año a año por las prejubilaciones. Con estos números, Unicaja no puede decirle a su plantilla sin sonrojarse que pretende prescindir de 1.513 personas con unas indemnizaciones de vergüenza, imponer la movilidad obligatoria en 90 kilómetros, y llevar a cabo una armonización laboral a coste 0".
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