El período de escolarización en Andalucía comienza con muy malas noticias para la educación pública, sobre la que pesa la amenaza de supresión, según datos ofrecidos por Ustea, de más de 600 clases, tanto en Infantil y Primaria como en Secundaria y Bachillerato. Un recorte que se sumaría a las 1.943 clases suprimidas desde la llegada al poder de Juanma Moreno. Con el recorte de aulas públicas previsto para el próximo curso, la educación pública andaluza perderá 2.600 clases.
Además, el próximo curso se cerrarán incluso varios centros públicos completos: una escuela infantil y tres colegios. Dos institutos perderán sus clases de Secundaria y Bachillerato y pasarán a impartir solo FP. Estas cifras contrastan con los datos de la enseñanza concertada que mantiene o aumenta el número de aulas, también en Bachillerato. En este sentido, el referido sindicato ha reclamado la recuperación de las unidades escolares suprimidas y una bajada de ratio en todos los centros y en todas las enseñanzas
Las supresiones de clases públicas afectan a todas las provincias andaluzas y entre las localidades que sufrirán el recorte, además de todas las capitales, destacan el poniente almeriense, en localidades como El Ejido y Roquetas de Mar, San Fernando (Cádiz), Isla Cristina, Lepe, Ayamonte y Cartaya (Huelva), Linares (Jaén), Alhaurín de la Torre (Málaga) y Morón de la Frontera, Utrera o Dos Hermanas (Sevilla).
Unas cifras que contrastan con los datos de la enseñanza privada concertada que mantiene intacto su número de aulas e incluso se produce algún aumento. Los conciertos comienzan a generalizarse también en Bachillerato, etapa en la que hasta ahora eran muy limitados, por ser enseñanzas no obligatorias. Este es el caso del concierto del Bachillerato en el colegio Stella Maris de Almería.
Como detalla Ustea, "las supresiones de aulas públicas se realizan partiendo de una planificación a la baja por parte de la administración, es decir el menor número de clases posible en cada centro y la ratio máxima permitida por la normativa en cada grupo: 25 en Primaria, 30 en Secundaria y 35 en Bachillerato". El citado sindicato ha detectado que "la Consejería planifica la escolarización incluso con ratios ilegales de partida y no se autoriza una nueva clase hasta que se superan las 29 matrículas en grupos de Infantil y Primaria, 34 en Secundaria y 37 en Bachillerato. El resultado es un recorte masivo de clases públicas, antes incluso de que comience la escolarización".
Además de las aulas suprimidas, Andalucía pierde varios centros educativos públicos completos en diferentes provincias. Tres colegios cerrarán sus puertas el próximo curso, con el argumento de la bajada de natalidad: el CEIP Adolfo de Castro en Cádiz y los colegios Duque de Rivas y Alfonso Churruca en Córdoba. Por su parte, las obras del metro han servido de excusa para cerrar la Escuela Infantil Adelfa en Málaga, provincia en la que hace pocos meses ya se clausuró el CEIP Domingo Lozano porque el estado de abandono del edificio no permitía seguir impartiendo clases con seguridad. Además, se suprimen la ESO y el Bachillerato de los IES El Valle de Jaén y el IES Galileo Galilei de Córdoba que pasan a convertirse en centros de FP y su alumnado desplazado a otros institutos.
Para Ustea, "el cierre de clases públicas es una apuesta política de la Consejería por un determinado modelo de educación que supone la extensión de los conciertos educativos que ganan progresivamente terreno en Andalucía. Frente a este modelo, reclamamos la recuperación de las unidades escolares suprimidas y una bajada de ratio en todos los centros y en todos los niveles educativos, como alternativa al recorte de la red pública andaluza. La supresión de unidades escolares públicas ya ha provocado las primeras protestas de docentes, familias y estudiantes, apoyadas por Ustea en todas las provincias andaluzas".
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