Los cuatro alumnos del instituto Leonardo Torres Quevedo de Santander que estaban siendo investigados por la Fiscalía de Cantabria por la brutal agresión contra Antonio, un compañero con parálisis cerebral, van a dejar el referido centro educativo a partir de este jueves 3 de abril.
Ya la semana pasada, la Fiscalía de Cantabria pidió medidas cautelares para que los cuatro menores no se pudieran acercar ni a Antonio, ni a su domicilio, ni al centro educativo.
Clases telemáticas para los agresores
Sergio Silva, consejero de Educación cántabro, ha comentado que los cuatro agresores han estado recibiendo clases telemáticas desde el pasado jueves, fecha en la que dejaron de ir al instituto, para que "el impacto en ellos sea el menor posible".
El consejero también ha detallado que las familias de estos cuatro estudiantes han entendido la situación y consideran que el cambio de los mismos de instituto va a ayudar a "normalizar las cosas".
Silva ha señalado que "es un caso complejo para intentar reconducir la situación. Para nosotros, como educadores, es lo principal". El titular de la Consejería de Educación de Cantabria ha añadido además que se está trabajando con estos alumnos para "fomentar el respeto a los compañeros".
No piden responsabilidades al centro
"Necesitamos que haya como una especie de asimilación psicológica de todo lo ocurrido", ha destacado el consejero. Aunque en una concentración realizada para pedir justicia tras lo sucedido muchas familias habían pedido la destitución de la dirección del centro, el consejero de Educación ha comentado que no hay abierto ningún expediente contra la dirección del centro por este caso.
La brutal agresión a Antonio ha creado una gran indignación en una buena parte de la comunidad educativa. La rabia contra los agresores tuvo que ser incluso frenada por la madre de la víctima, que pidió que no se usara la violencia contra los adolescentes que maltrataron de manera terrible a su hijo.