Los maestros y profesores de francés de la educación pública en Andalucía están luchando por no desaparecer. Desde hace varios años, la asignatura está sufriendo "un acoso por parte de la administración", como apunta una docente a lavozdelsur.es.
"Nos están quitando horas y además dejando a cientos de profesores con muchísimos años de tiempo de servicio en la calle", añade esta profesora de francés.
Desde la Plataforma la Cultura y la Enseñanza de las Lenguas Europeas (CELE) se está luchando por mantener el estudio de las segundas lenguas y exigen que se cumpla la ley que está en vigor en Europa en cuanto al estudio de dos lenguas extranjeras obligatorias.
La citada plataforma pretende ser un instrumento "hacia la construcción de un plurilingüismo real por y para la ciudadanía española y europea conforme a la realidad del proyecto de la Unión Europea y su riqueza cultural a través de dos pilares básicos: la oferta cultural y la enseñanza de las lenguas oficiales en la educación pública que componen los diferentes estados miembros".
En 2018, Andalucía lideraba España en alumnado que estudiaba dos lenguajes extranjeras. Sin embargo, desde entonces, los planes educativos que ha llevado a cabo la consejería de Educación se han distanciado de los objetivos fijados por la Unión Europea hace dos décadas.
El 27 de junio de 2019, la Instrucción 12/2019 reduce a la mitad la carga horaria semanal dedicada a la segunda lengua en Primaria, pasándose de dos horas a una a la semana. El 10 de diciembre de 2020, el Decreto 181/2020, suprime la segunda lengua en el segundo ciclo de Primaria.
Recientemente, la consejería de Educación aprobó sus nuevos decretos que regulan los currículos de las diferentes etapas educativas, eliminándose la obligatoriedad de la segunda lengua Extranjera en primero de Bachillerato (aunque se establece la obligatoriedad en primero de ESO).
"La pérdida de la condición obligatoria de la materia en primero de Bachillerato, en una etapa preuniversitaria, de formación superior o incluso de acceso al mundo laboral, supone un nuevo y claro retroceso en la adquisición de las competencias necesarias para un futuro ciudadano europeo", señalan desde CELE.