"¿Para qué quiere un niño con autismo un PTIS (Personal Técnico de Integración Social), ¿para que le enseñe a mover la lengua delante del espejo?". Estas palabras, que madres y padres de alumnos con necesidades especiales atribuyen a Miguel Ángel Araúz, delegado territorial de Desarrollo Educativo en Sevilla, siguen dando mucho que hablar.
Hasta se ha llegado a pedir su dimisión. Y son numerosas las protestas en una comunidad educativa que sigue indignada con estas palabras, pronunciadas durante una reunión con varias Ampas, que mostraban su preocupación por la falta de PTIS y de recursos para alumnado con necesidades educativas especiales.
Una madre, en una carta pública dirigida a Araúz, reseña que sus palabras "reflejan una grave falta de conocimiento sobre la realidad de la educación inclusiva y la función de estos profesionales".
"Me dirijo a usted como madre de un niño con necesidades especiales que está escolarizado en el centro educativo público de Humilladero (Malaga)", comienza la misiva, en la que responde a la pregunta del delegado de Desarrollo Educativo.
"Quisiera aclararle que la labor de un PTIS va mucho más allá de lo que usted sugiere. Su papel es fundamental para garantizar el derecho de mi hijo a una educación en igualdad de condiciones que el resto de sus compañeros. Un PTIS no enseña a mover la lengua; un PTIS proporciona apoyo en la autonomía personal, la socialización, la regulación emocional, la comunicación alternativa y aumentativa cuando es necesario, así como en la adaptación a los entornos escolares", agrega.
"Su presencia —apunta esta madre— es clave para que mi hijo pueda desenvolverse en el colegio con dignidad y acceder a su derecho a la educación". Y abunda: "Mi hijo, como tantos otros niños, necesita apoyo para desenvolverse en un entorno que no siempre está adaptado a sus necesidades".
Esta madre, dirigiéndose al delegado de Desarrollo Educativo, sostiene que sus palabras "no solo minimizan la importancia del PTIS, sino que también refuerzan prejuicios que dificultan la lucha por una educación verdaderamente inclusiva. Como representante de la administración educativa, debería promover el conocimiento y la empatía hacia la diversidad".
El hijo de esta madre andaluza, relata, "necesita ayuda en momentos de ansiedad, en la estructuración de sus rutinas, en la comprensión de las normas escolares y en la interacción con sus compañeros. Sin este recurso, se le estaría negando la posibilidad de participar en igualdad de condiciones en el sistema educativo". Para estas y otras funciones está el PTIS.
"Le invito a visitar nuestro centro educativo y a conocer de primera mano la realidad de los niños con autismo y otras necesidades y el impacto positivo que los PTIS tienen en su desarrollo", señala esta madre, que espera que el delegado territorial "reconsidere su postura y tome medidas para garantizar que todos los niños con necesidades educativas especiales reciban los recursos que les corresponden".
Esta "madre de un niño maravilloso", como se define, pide en su carta "la bajada de ratio de alumnos por clases, mayor número de hora de Terapeutas de Lenguaje y Maestros de Pedagogía Terapéutica o una profesora de apoyo permanente", para así convertirse "en parte de la solución y no sea un problema más de mi hijo y de todos los niños que necesitan de un mundo mejor".
