CSIF, primera fuerza sindical de la enseñanza pública en la comunidad andaluza, ha denunciado un desmantelamiento progresivo de la escuela pública en la comunidad y ha anunciado la puesta en marcha de una campaña para reconocer y dignificar la labor del profesorado de la Educación Pública en Andalucía.
Así lo ha puesto de manifiesto este miércoles la presidenta del sector de Educación de CSIF Andalucía, Elena García, durante una rueda de prensa en Granada para analizar la situación de la educación pública en la comunidad autónoma con motivo de la celebración del Día Mundial de los y las Docentes, que este año se celebra bajo el lema “La transformación de la educación comienza con las y los docentes”.
García ha cifrado en 1.238 las unidades de la escuela pública andaluza en Infantil de segundo ciclo y Primaria que se han perdido en los últimos tres cursos escolares, al tiempo que ha reprochado a la Administración educativa “que utilice como coartada la bajada de la natalidad para eliminar unidades de la pública de un plumazo”.
Asimismo, ha apuntado que, según las estimaciones que tiene la organización –ya que la Administración aún no ha facilitado datos fehacientes-, en el presente curso escolar se ha prescindido de más de 270 unidades de Educación Infantil de segundo ciclo. En la provincia de Cádiz, las unidades perdidas en Infantil (segundo ciclo) y Primaria en los últimos tres cursos han sido 279. Se trata de la segunda provincia que más unidades pierde, solo por detrás de Sevilla.
En este sentido, la dirigente sindical ha instado a la Junta a aprovechar la bajada de la natalidad para reducir la cifra de alumnos y alumnas por grupo. La presidenta de CSIF Educación Andalucía se ha referido a la ratio media a la que alude la Administración como “un concepto trampa” detrás del cual hay unidades en zonas rurales con pocos niños y niñas y unidades en zonas de costa que bordean la ilegalidad en cuanto a ratio y superan el 10% adicional que recoge la Ley para escolarización sobrevenida, ha explicado.
10.000 docentes adicionales
Igualmente, ha subrayado la “necesidad de que se incrementen las plantillas docentes en Andalucía porque la que tiene la escuela pública andaluza actualmente no es suficiente si aspiramos a la calidad y la excelencia educativa”. Según las estimaciones del sindicato, sería necesarios unos 10.000 docentes adicionales en nuestra comunidad.
Precisamente, la bajada de ratios y el incremento de plantilla son los dos elementos sobre los que pivota la campaña “Ahora, más que nunca, orgullosos de ser docentes”, con la que CSIF Andalucía pretende impulsar la dignificación y el reconocimiento del profesorado andaluz, al tiempo que potenciar la educación pública y universal como pilar de nuestra sociedad y nuestra democracia, según García. Esta campaña se llevará a cabo en medios de comunicación y redes sociales, así como a través de distintos canales de comunicación con la afiliación y con los docentes en general.
Carrera profesional y formación permanente
Pese a admitir que en los últimos años se han dado algunos pasos hacia esa dignificación (como la Ley de Autoridad Pública del Profesorado o los primeros pasos hacia la equiparación salarial), Elena García ha apuntado que “hay que hacer mucho más” en materia, por ejemplo, de promoción profesional, ya que no existe carrera profesional para los docentes en Andalucía. A este respecto, ha denunciado que la Administración educativa está vetando a más de 23.000 profesionales de Educación Secundaria en Andalucía a acceder al Cuerpo de Catedráticos al no sacar las convocatorias correspondientes.
También se ha referido a la formación continua y permanente de profesorado y ha reclamado que ésta se desarrolle en horario lectivo del profesorado, que en la actualidad se ve obligado a emplear su tiempo libre y sus recursos propios para este cometido.
De otro lado, la dirigente sindical ha aludido a la burocracia innecesaria y excesiva que soportan los profesionales de la educación como otro de los elementos que obstaculiza la dignificación de la tarea docente y ha asegurado que “si las horas de dedicación a papeleo superfluo se computaran conjuntamente en un claustro, se traducirían en docentes adicionales que tendrían un impacto positivo en refuerzos, desdobles y una atención más individualizada del alumnado”.
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