El rector de la universidad más joven de Andalucía
Francisco Oliva (Málaga, 1972) es uno de los rectores más jóvenes y tiene algo de simbólico que lo sea en la universidad más joven de Andalucía, la Pablo de Olavide, que en 2022 cumplía 25 años de existencia. Defensor del sistema público, es presidente de la Asociación de Universidades Públicas de Andalucía. Este catedrático en derecho civil estudió en la Universidad de Sevilla, porque debido a la juventud de la UPO, aún no ha dado tiempo a que un egresado de este campus asuma esta responsabilidad. Eso sí, lleva a gala esa juventud: "Estamos orgullosos de ese atributo, porque significa también adaptarte mejor a los tiempos".
Es una historia de éxito, sin duda. Fue un acierto del Parlamento de Andalucía al aprobar la universidad, y esa confianza depositada la hemos devuelto con creces a la sociedad. Comenzamos con 3.000 estudiantes en cinco licenciaturas, y hoy son más de 13.000 alumnos de 40 grados y posgrados. En lo docente, hemos crecido muchísimo, apostando por la innovación. Fuimos los primeros en adaptarnos a Bolonia, y los primeros en los dobles grados, antes dobles licenciaturas, que son tan importantes hoy en día. Hace poco hemos puesto en marcha los grados duales, con muchos créditos amparados por contrato laboral, no como prácticas. A eso se suma un segundo elemento, que hemos sabido distinguirnos y estar en la mayoría de rankings internacionales, con un centro propio del CSIC, el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo. Es una universidad joven pero muy dinámica. El tercer elemento que distingue a la Universidad Pablo de Olavide es la labor social. Nuestra residencia Flora Tristán, en el Polígono Sur de Sevilla, implica un trabajo en una zona delicada de Sevilla. Nuestros estudiantes promueven la integración en el barrio y estamos muy orgullosos. Hay muchas más cosas a destacar, pero volviendo la vista atrás, creo que no se equivocaron quienes supieron ver la necesidad de esta universidad.
Somos la universidad más joven, no de Sevilla, sino de toda Andalucía. La segunda más joven de España por unos meses. Estamos orgullosos de la juventud, un atributo que permite adaptarte a los tiempos. Gracias a una enorme capacidad de trabajo y a una mentalidad abierta, se han hecho las cosas bien y hemos tenido personalidad propia. Esa docencia innovadora, capacidad de trabajo, excelencia en la investigación y compromiso social nos distingue del resto de universidades. Tenemos interiorizada nuestra identidad gracias a una cuestión que diría es física. El hecho de estar todos en un solo campus nos obliga a estar mezclados, algo que es muy importante. Tenemos singularidad y orgullo, un sentimiento de comunidad propia que reflejamos, por ejemplo, en la creación esta semana del proyecto 'alumni' para quienes han estudiado aquí, para que sigan vinculados.
"Debemos esforzarnos por llegar a los barrios más golpeados"
Siempre he huido de esa visión de la universidad como una torre de marfil. Es una obsesión personal abrir la universidad. Quiero transparencia, y por eso hacemos cosas importantes. Las microcredenciales son un programa de formación permanente y de relación con el mundo empresarial, ofertando títulos de esa continua formación y actualización de conocimientos. Eso mejora la productividad y está reconocido en la ley actual de Universidades. Actualmente, esas formaciones las realizamos con la Cámara de Comercio, la Escuela de Hostelería de Sevilla o con el Colegio de Químicos. Para lograr el aprendizaje a lo largo de la vida, el life long learning, es necesario contar con todos, incluyendo a las ONG. Y hemos logrado sentar a empresarios del sector de la biotecnología con nuestros investigadores para que los conocimientos especializados lleguen al sector productivo. Hace unos meses, salió un estudio del Ministerio de Universidades que dice que por cada 100 euros destinados a la universidad, se generan 500 euros de retorno. No solo debemos formar bien a la gente, sino construir ciudadanos críticos, libres y autónomos, lo que es necesario para una buena democracia. Y, además, somos agentes económicos capaces de crear riqueza.
Tenemos varios retos. El primero es reforzar a la plantilla, muy debilitada tras la crisis de 2008, porque no se permitió reponer, ni sacar plazas de funcionarios ni contratos a tiempo completo. Debemos seguir trabajando para consolidar al profesorado permanente laboral. En segundo lugar, nos preparamos para una oferta de nuevos títulos en los próximos 10 años. La Junta quiere abrir ese proceso y nos fortaleceremos en ciencias, tecnología, ingeniería, matemáticas... En tercer lugar, necesitamos que crezca nuestro campus. Empezamos con 3.000 estudiantes y vamos por 13.000. Necesitamos un buen edificio de investigación, que se hará realidad en los próximos dos años, aproximadamente. Además, estamos comprometidos con la revolución verde y la revolución digital. Hemos reducido un 9% nuestra emisión de CO2. Vamos por buen camino. En un informe reciente sobre sostenibilidad, estamos a la cabeza junto a la Complutense o la Universidad de Córdoba. Es una necesidad moral y queremos ir a la vanguardia en la lucha contra el cambio climático. Además, tenemos una estrategia de transformación digital, la cual es otro reto.
La configuración de títulos ha cambiado enormemente. Antes eran licenciaturas muy teóricas de cinco años. Pasamos a los grados, acompañados de máster. Se ha introducido una mayor especialización. En esta universidad hemos introducido mucha práctica dentro de los grados. En esta sociedad tan líquida y cambiante, todo es una incógnita. Piensa en la inteligencia artificial o en el cambio climático, o en los problemas geopolíticos actuales. Nuestros grados deben preparar de forma amplia para cualquier nuevo reto que venga en el futuro. Se ha leído mucho y se ha dicho que el 80% de los trabajos de dentro de 30 o 40 años aún no están ni siquiera inventados. ¿Qué hacer? Dar una buena base en muchas materias, como en tecnología, ciencia de datos... El camino para una sociedad en incertidumbre es contar con estudios capaces de formar bien y acompañarlo en el futuro de máster y títulos propios específicos.
Seguimos siéndolo. En Andalucía tenemos los precios públicos más bajos de España, se bonifican matrículas y a menudo puede llegar a ser prácticamente gratis, pagando solo una pequeña tasa. En los últimos años se ha fortalecido desde el Estado el sistema de becas. Las puertas se han ido abriendo a todas las personas con independencia de su capacidad económica. Eso no quiere decir que en determinados sectores de la sociedad eso sea aún difícil y complejo. En Sevilla, hay barrios muy precarios, como el Polígono Sur, donde la universidad parece algo lejano para muchos niños y niñas. Por eso, entre otras cosas, tenemos el proyecto de la residencia Flora Tristán. Este año se ha aprobado desde la Junta una reserva de plazas para personas con especial vulnerabilidad. Tenemos que hacer un esfuerzo para llegar a los barrios especialmente golpeados. Para acabar con la pobreza en estos barrios, debe llegar la formación.
"Las nuevas universidades privadas no aportan nada nuevo al sistema andaluz"
No es fácil de explicar. Han iniciado las clases el 22 de noviembre. Las clases no empiezan en septiembre en el resto de universidades por gusto. Si empiezas más tarde, la calidad preocupa, porque no va a ser comparable con la de los demás estudiantes de Medicina en Andalucía. No se han cumplido todos los requisitos legales para impartir el título. No se ha publicado en el BOE, en el registro universitario. Los rectores nos oponemos clarísimamente. Los requisitos legales están para algo. Además, nos preocupa mucho la excepcionalidad con la que se ha realizado el procedimiento.
Nos preocupó desde el principio que se iniciara un proceso de preinscripción sin contar con la aprobación de la agencia de calidad andaluza, que era la primera que tenía que decirlo. No se había presentado una memoria. Y sobre todo insisto en empezar las clases un 22 de noviembre. No tiene justificación ni explicación. El propio consejero de Universidades dijo que tenía dudas. Suscribo esto como presidente de la Asociación de Universidades Públicas de Andalucía.
El Parlamento ha aprobado dos universidades más, una en Sevilla y otra en Málaga. Desde el Consejo de Universidades hemos dado informe negativo, porque no se ha aplicado el decreto de reconocimiento universidades de 2021. No cumplen correctamente con los requisitos. Esa es una primera razón jurídica. Además, hemos analizado las memorias de cada universidad, y por decirlo de forma clara, hemos llegado a la conclusión de que no aportan nada nuevo al sistema universitario andaluz. No añaden valor. Es necesaria una estrategia universitaria única en Andalucía, que incluya a las privadas, por supuesto, porque no nos opondremos a algo que es legal. Pero que se realice un plan de distribución, de organización de las enseñanzas, para tener en Andalucía un sistema coherente. Sabemos que además de las dos aprobadas se han presentado dos más para Andalucía: la Alfonso X MareNostrum y la Europea de Andalucía, ambas en Málaga. De nuevo, hemos informado negativamente por las mismas razones que nos hemos opuesto a las dos ya aprobadas. El decreto de 2021 exige unos criterios de investigación, de calidad, que no están suficientemente demostrados.
No puedo responder a eso, pero sí es cierto que en Madrid hay muchas más universidades privadas que públicas, y en Andalucía al principio de la legislatura había una pero terminaremos con cinco. Es un crecimiento importante y no creo que sea positivo para el sistema andaluz.
"Ofertar la carrera de Medicina no está entre nuestras prioridades en este momento"
Él ha sido compañero nuestro. Hizo una excelente gestión en Córdoba e incluso como presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Privadas, la CRUE. Él ahora está en otro sitio y debe velar por el sistema completo universitario, tanto lo público como lo privado. Además, forma parte de un Gobierno, con una estrategia determinada que debe cumplir. Nuestra relación es muy fluida. Eso nos lleva a que, cuando discrepamos, nos digamos las cosas clarísimamente. Desde la lealtad institucional, cuando no estamos de acuerdo, lo decimos. Pero nosotros, los rectores, debemos defender el sistema público, que las universidades estén bien financiadas para alcanzar la mayor calidad y excelencia.
No es nuestra prioridad, no planteamos el título de Medicina. Tenemos un campus con títulos en salud como Biotecnología, Nutrición y Dietética, que deben ser nuestro campo de actuación. Medicina tiene una alta demanda y necesita una alta inversión. Es una titulación compleja también por las prácticas. Se van ampliando plazas de Medicina en toda España gracias a la inversión del Gobierno central.