[Estamos también en WhatsApp, en Telegram y en Bluesky. Síguenos]
Liliana es una madre soltera de 28 años de edad que está viviendo una auténtica pesadilla por la falta de ayudas y el abandono de las instituciones y administraciones. "Lo estamos pasando muy pero que muy mal", cuenta a lavozdelsur.es.
Su hijo, de seis años de edad, tiene dos comorbilidades en su diagnóstico médico, TDAH y TEA, habiendo pasado por seis centros escolares distintos. "Estoy sufriendo muchísimo por la situación con el centro escolar en el que está. He hecho escritos, alegaciones, incluso me he replanteado poner denuncias por lo Contencioso por las circunstancias que ha vivido mi hijo durante los años que lleva escolarizado".
Las instituciones han dejado de lado al menor y a su madre. "Han ocurrido muchas cosas que han sido en contra de sus derechos. Me he sentido marginada", relata Liliana, que también habla del rechazo social sufrido por su hijo. "He sentido el dolor que siente él al no tener amigos, nada, ni una invitación a un cumpleaños. Vida social ninguna. Recursos a los familiares, ningunos. Quiero visibilizar esta situación tan dolorosa y tan real a la vez. Quiero que vean mi situación y que las asociaciones también me puedan escuchar".
"He sentido el dolor que siente él al no tener amigos. Quiero visibilizar esta situación tan dolorosa"
Actualmente, esta madre se encuentra en una larga lista de espera para que le presten ayuda tanto a nivel educativo como sanitario y de vivienda. "Estamos en una situación muy delicada. No sé a quién acudir para que puedan visibilizar mi circunstancia".
Al comienzo del curso escolar, Liliana solicitó el servicio de comedor en el colegio de Las Palmas de Gran Canaria donde está su hijo. Una petición necesaria teniendo en cuenta que es madre soltera y no tiene ningún otro apoyo para poder conciliar trabajo con vida familiar. "Desde el primer momento, me negaron el comedor alegando que no tienen auxiliares que estén capacitadas para tratar a mi hijo y que no tienen la obligación de tratarlo. Es, en toda regla, un trato discriminatorio y de marginación".
"He estado preavisando al centro escolar para que me den la conciliación escolar. Necesito trabajar para mantener a mi hijo y mantener el techo en el que vivimos. El centro escolar se ha lavado las manos, negándole el servicio al niño diciendo que no tienen recursos. Me han dicho que busque otras alternativas e incluso, la más dolorosa, que lo quite del colegio y lo meta en otro con ratios más pequeños o que tenga proyectos TEA", manifiesta Liliana.
"Con los años, si no tienes apoyo, esto puede ser una desgracia"
Esta madre ha intentado hablar con inspección educativa, con la consejería de Educación, ha realizado alegaciones e instancias alegando la situación que está sufriendo su hijo, pero no ha obtenido hasta ahora ninguna respuesta. "De momento lo que hay es un silencio administrativo. Quiero que se valore y se sepa lo que está pasando, lo que está sufriendo mi hijo. No entiendo que ni las asociaciones ni administraciones hayan intervenido con él y tenga que estar yo pidiendo y diciendo cómo proceder y actuar", detalla a este medio.
Del centro le llegan correos electrónicos de cómo se comporta su hijo en el colegio, algo que agradece en cierta medida, ya que los mensajes no están dirigidos de la forma más correcta. "Son en tono alarmista. Muchas veces hacen juicio de valores y no de manera informativa. Esto, al final no es apoyo, no es entender la situación de una madre que está pasando por un duelo bastante duro. Con los años, si no tienes apoyo, esto puede ser una desgracia".
Liliana entiende que es muy importante que se visibilicen casos como el de su hijo y que "se pongan inversiones en esta falta de recursos tan significativos como es el tema de una adaptación de metodología en las necesidades escolares".
Al problema educativo también se suma un contratiempo. Progenitora e hijo viven de alquiler, pero el propietario les ha dado dos meses de plazo para que dejen la vivienda, ya que tiene intención de regresar a su casa. Sin posibilidad de conciliar, sin intervención por parte de las administraciones, sin empatía social, la desesperación de esta madre es total y de ahí que levante la voz para pedir ayuda.
Comentarios