El inicio del curso escolar es un momento de ilusión, de nervios... A veces, ilusión entre los propios pequeños, a los que a menudo el verano se les acaba haciendo largo y, en el fondo, quieren volver a sus rutinas con sus compañeros de clase, a pesar de que les cueste adaptarse al madrugón. Porque a veces, los que están nerviosos son los papás y las mamás. No hablamos ya de tener que despedirse de ellos con tanto dolor en la puerta del centro, especialmente si son muy pequeñitos... De nervios y agobios de los malos. De los de las tareas... y los grupos de WhatsApp.
Este lunes, comienzan los primeros días de educación infantil, para ir llegando la fecha de Primaria, Secundaria y Bachillerato días después. Cada etapa es un mundo, igual que cada año es diferente, según la edad del crío. Con esa primera llegada, hay muchas reuniones previas que han ido celebrándose los primeros días de septiembre, en la que los padres y madres o tutores se conocen entre ellos. Y se intercambian los WhatsApp.
"Los primerizos temen lo desconocido. Dan la tabarra a los tutores los primeros días"
Verónica Guerrero es presidenta de la Flampa de Jerez, la federación que engloba a las ampas de la ciudad. Reconoce que muchas cosas han cambiado desde que su primera criatura fue por primera vez a clase, ya que ahora está empezando la universidad. La segunda aún es adolescente. "Los primerizos siempre tienen miedo a lo desconocido. Dan la tabarra a los tutores los primeros días", señala.
"Los grupos de Whatsapp son una buena herramienta, pero no deben ser nunca para tareas, para criticar al profesorado, o para que cunda el pánico cada día". Una de las fórmulas que permite ahora la aplicación de mensajería es que haya un solo administrador del grupo que pueda escribir mensajes. Así, se convierte en un medio unilateral de comunicación, de difusión de comunicados.
"Si te guías por la maestra, no te vas a equivocar"
"A veces, los grupos se van a los extremos. Se terminaron por cortar y son más rápidos, y así se hace correctamente. No puede ser un corrillo como el de toda la vida de la puerta del colegio".
Juan Manuel Carrera es jefe de estudios de un centro público andaluz de Infantil y Primaria. "Esos padres que llegan por primera vez al colegio tienen mucha información. Los padres primerizos tienen más información que nunca, quizás demasiada, porque eso agobia".
Pone el caso de una tarea o la necesidad de un material concreto a llevar el día siguiente. "Se montan muchas historias con si el niño debe llevar al día siguiente una pegatina roja o blanca. Si te guías por la maestra, por lo que dijo de primeras, no te vas a equivocar. Además, es que muchas veces son agobios por cosas que en el fondo no son tan importantes".
Parte de la enseñanza de los niños implica llevar una tarea... o no llevarla. Se aprende también de los errores, esos que los padres parecen temer tanto. La realidad a menudo es la siguiente. Un alumno necesita, por ejemplo, un libro para estudiar (en etapas superiores), o para hacer una tarea (en primaria, por ejemplo). La solución pedagógica es que el estudiante de cualquier etapa asuma que se ha equivocado, y que deberá asumir las consecuencias.
"Es fundamental, porque si el padre o la madre van con él al colegio a recoger el material, o si es el padre el que está cuadriculando las entregas de su hijo, pasan dos cosas: una, que cuando el niño se equivoca y no está atento, el padre acaba siendo que se lo soluciona y aprende eso; y dos, encima se lleva una bronca, que es un refuerzo negativo. Por eso, esa actitud es equivocada por dos razones".
Sobre si las tareas deben hacerla siempre los niños solos o acompañados, Carrera recomienda de nuevo que el niño sea autónomo. "Está bien hacer la tarea con los hijos, pero ojo, con los hijos, no hacer la tarea de los hijos. No es lo mismo, porque puede ocurrir que el niño no aprenda nunca a hacer la tarea solo. Es bueno motivarles, acompañarles, ayudarles a buscar información... Otra cosa es que lo haga el padre". El problema que detecta este docente es que "llegan a la ESO con falta clara de autonomía".
Respecto a cómo los docentes llevan el asunto del whatsapp, Carrera afirma que la mayoría optan por el sistema de los canales oficiales para hablar con las familias, "y si alguien quiere facilitar su teléfono, lo hace por su propia decisión. No es aconsejable dar a las familias ni siquiera el correo electrónico".
En la pandemia, recuerda, se dieron situaciones que estresaron a los profesores. "En aquel momento era necesaria la comunicación, pero depende de para quién, mandar un mail o un mensaje de WhatsApp puede parecerle normal a las dos de la mañana. Eso agobia una barbaridad, porque en ese momento, cuando al hijo le falta algo, para el padre es el problema más importante del mundo. Por eso, siempre mejor los canales oficiales, y en todo caso, que se facilite el teléfono solo a la madre delegada, para un asunto que de verdad sea urgente".
Cristina Sánchez es vicepresidenta de Fedapa Cádiz, la federación provincial de las ampas. Respecto a los grupos de Whatsapp, sí cree que tiene mucho de mito. "La comunicación entre familia y centro es necesaria, y útil". Está a favor, eso sí, de que sea solo un administrador quien escriba para que no versen las conversaciones sobre "cumpleaños, chascarrillos...". "No es veraz demonizar los grupos de Whatsapp, porque son muy útiles".
Ve un exceso de protección actualmente, y, sobre todo, "mucho miedo al fallo. La familia utiliza cualquier herramienta para evitar posibles fracasos o que su hijo se vea señalado. Y ese problema es mayor que el de los grupos, porque si mañana desaparecieran, seguiría existiendo ese miedo a que algo salga mal. Todo cuando el error es parte del aprendizaje y no hay que evitarlo siempre".
La vuelta al cole en Andalucía, con 17.000 alumnos menos en Infantil y Primaria
La baja natalidad ha provocado que otro año más, descienda el número de estudiantes en las primeras etapas de la educación andaluza. En concreto, 732.740 alumnos y alumnas de segundo ciclo de Infantil, Primaria y Educación Especial comienzan las clases el lunes 11 de septiembre, en 2.749 centros docentes.
El descenso es de 17.000 estudiantes, una cifra que podría hacerse mayor en los próximos cursos, puesto que empezarán a matricularse alumnos nacidos en los años de pandemia, una situación que también afectó a los nuevos nacimientos.
Más tarde, el día 15 de septiembre es el turno para el alumnado que curse Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional (873.390 estudiantes), mientras que el día 20 se inicia el curso en las enseñanzas de régimen especial (Música, Danza, Artes Plásticas, Diseño, Conservación y Restauración de Bienes Culturales, Arte Dramático e Idiomas), con 85.343 estudiantes.
En su conjunto, este mes de septiembre comienzan las clases un total de 1.788.816 estudiantes y más de 131.00 docentes en 7.238 centros, tanto públicos como concertados y privados.
Los colectivos mantienen "las mismas reivindicaciones que hace 15 años"
Las federaciones de ampas repiten desde hace años las mismas reivindicaciones, algo que, indican, supone que nunca se acaban por arreglar estas situaciones.
Desde Fedapa Cádiz, Cristina Sánchez enumera los principales problemas: "El mantenimiento y reforma de los centros, que se van quedando antiguos y los ayuntamientos y la Junta se tiran la pelota al tejado de la otra administración; el incremento de cuotas del aula matinal y el comedor; la falta de personal, y que las bajas no se reponen hasta los 15 días; la falta de PTIs; la implementación de la ley de bioclimatización, que está aprobada pero no se aplica; la bajada de la ratio de docente por alumno; y que haya entornos seguros, con menos contaminación y motores junto a los centros".
Por su parte, Verónica Guerrero, de la Flampa de Jerez, mantiene las mismas reivindicaciones, y lamenta también la falta de soluciones al transporte educativo en la zona rural del término municipal jerezano, la falta de orientadores y que la Junta no afronte los arreglos importantes, toda vez que los ayuntamientos se dedican al mantenimiento menor... "Mira, llevo 15 años en las ampas. Y la lista de reivindicaciones es la misma. No ha cambiado. No vemos mejoría en la educación", remacha Guerrero.