El pasado miércoles 25 de septiembre tuvo lugar un conflicto entre estudiantes que requirió la presencia de la Policía Nacional en el IES Damantino García de Sevilla, según ha comunicado el sindicato educativo Ustea en una nota de prensa.
El profesorado del instituto sevillano, ubicado en el Distrito Cerro-Amate, denuncia que lo sucedido es consecuencia directa del "abandono institucional que sufren desde hace años y que, en los últimos tiempos, ha ido a más: la falta de recursos humanos, las ratios abusivas y la carencia de infraestructuras impide ofrecer a los cerca de 300 estudiantes matriculados una educación digna y de calidad":
Indignados por esta situación, familias, estudiantes y docentes se concentraron el pasado 12 de septiembre en la puerta de la Delegación Territorial de Desarrollo Educativo y Formación Profesional. Con el curso empezado y con clases por encima de la ratio legal (30 por aula), la Junta atendió la reivindicación del claustro y autorizó una tercera línea de 2° de ESO, una medida insuficiente si no va acompañada de una dotación de recursos que se ajuste a la realidad del centro: el alumnado del Diamantino “vive en un estado extremo de vulnerabilidad”.
“Las condiciones internas del IES no facilitan la atención que se merecen estos menores tan afectadxs por haber nacido donde han nacido, en uno de los barrios más abandonados de Europa. El Diamantino es una olla a presión que su profesorado intenta enfriar todos los días soportando los recortes que crecen año tras año. A más alumnado, menos recursos... Así no se puede desarrollar una educación pública y de calidad para estos menores en situación tan vulnerable”.
El claustro amplía la mirada y denuncia “la dejadez hacia la zona por parte del Ayuntamiento y de la Junta, a todos los niveles (sanitarios, económicos, culturales y, por supuesto, educativo), algo que hace que nuestro alumnado viva en un estado vital lamentable y traiga al instituto toda una suerte de problemáticas externas a lo educativo”.
Una situación de "extrema violencia" que se podría haber evitado
La situación de extrema violencia que se vivió ayer en el centro y de la que fueron testigos muchos menores pudo haberse evitado con responsabilidad y voluntad política: el curso ha empezado sin profesional de audición y lenguaje, sin un segundo orientador y sin trabajador social. Además, el instituto cuenta con un inmueble menos, que albergaba hasta este verano dependencias como el laboratorio, la biblioteca, un aula de plástica y varios departamentos.
El claustro exige a la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional la dotación de recursos específicos para la atención al alumnado con NEAE (Necesidades Específicas de Apoyo Educativo), la restitución de los dos puestos perdidos, una plantilla de limpieza completa y la construcción de instalaciones que suplan lo perdido con el edificio demolido.
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