Juan Luis Rincón, un maestro jubilado desde hace cuatro años, ha denunciado en redes lo que considera el "mayor ataque de la historia" contra el CEPER La Arboleda Perdida, el centro de El Puerto de Santa María donde ejerció la docencia durante 35 años.
En unas palabras que muestran su defensa a la educación y sentido de pertenencia al que sigue considerando su colegio, este docente ha mostrado su pesar por el abandono por parte de las instituciones que sufre el centro. "Llevan meses sin un servicio de portería adecuado que además de vigilar la entrada y salida pueda acoger con información y sonrisas al personal que llega, como siempre ha sido. La seguridad está comprometida y es el propio personal docente el que tiene que abrir, cerrar y garantizar la seguridad de un edificio educativo usado por casi novecientas personas. Ni el Ayuntamiento tiene ese tráfico humano".
El horario de Milagros, la encargada de la limpieza del centro, se vio recortado y es imposible mantener limpio un colegio tan multitudinario y con pocos recursos humanos en este puesto. "Los baños, por ejemplo, se convierten en auténticos basureros insalubres", destaca Juan Luis, que lamenta también la falta de manteamiento del exterior. "Es grave y el edificio da la impresión de abandonado y avejentado, ofreciendo una fachada indigna de un proyecto educativo tan necesario y bien acogido por la población adulta de nuestra ciudad desde hace casi cuarenta años. No dan ganas de entrar en él".
El interior de este colegio para personas adultas también ofrece un aspecto lamentable. "El estado interior es aún más patético. A la histórica falta de ascensor, que condiciona la accesibilidad de la planta superior para personas con movilidad reducida, se suman las múltiples filtraciones, goteras y las manchas de humedad y de mohos que convierten la estancia en esas clases en auténticos desafíos a la salud del profesorado y del alumnado", señala este maestro jubilado.
Para el próximo martes, la comunidad educativa tiene de La Arboleda Perdida tiene previsto movilizarse en la consejería de Educación para exigir mejoras en el centro.
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