“Los emojis se parecen a las pinturas rupestres de nuestros antepasados”, comenta Manuela, de 10 años en una clase de quinto de Primaria donde se han empeñado en conocer las formas de comunicación.
En el aula del CEIP La Juventud de Jerez, además de aprender matemáticas o inglés, este miércoles el alumnado se adentra en otros aspectos que, en la rutina, no tienen tanto espacio como el centro desearía. Las habilidades comunicativas, hablar en público o delante de una cámara también son importantes para su desarrollo personal.
Por ello, el colegio ubicado en la barriada de La Liberación ha contactado con Carriles, una empresa dedicada a proyectos socioeducativos, que, a su vez, ha llamado a un profesional de la comunicación acostumbrado al uso de las palabras. El periodista de lavozdelsur.es Rubén Guerrero (Jerez, 1980) desentraña con entusiasmo cómo ha evolucionado la comunicación a lo largo de la historia en un taller de oralidad que imparte a todas las edades.
Bajo la atenta mirada de los pequeños, Rubén trata de explicar que “nos parecemos a los prehistóricos en la forma de comunicar porque hemos vuelto a hacerlo a través de pictogramas”. Para él, la tecnología avanza rápidamente, pero la expresión oral continúa estancada.
Los alumnos no le quitan ojo al periodista que repasa la historia para dar rienda suelta a la reflexión. “Hemos visto qué significaban las letras para los egipcios”, dice Evelyn mientras Laura levanta la mano para pedir la palabra.
“Nos parecemos a los prehistóricos en la forma de comunicar"
“He aprendido una máquina que no sabía ni qué era, era para escribir cartas y que llegaran más rápido”, dice la compañera haciendo referencia al telégrafo, revolucionario en su época. A Oliver, en cambio, le han llamado la atención los distintos tipos de móviles que han existido.
Durante el taller, los niños y niñas se acercan con mayor profundidad a la comunicación gracias a la experiencia de Rubén, que ya había mostrado este mundo en el CEIP Torresoto animando a la creación de un periódico digital.
En dos horas -en cada clase de tercero a sexto y una para el primer ciclo- Rubén no solo cuenta cómo la sociedad interactúa digitalmente o propone contar historias con emoticones, sino también aporta otros conocimientos útiles más allá del contenido teórico.
“El objetivo es dotarles de herramientas y consejos para que puedan realizar comunicaciones verbales en público y superen sus miedos”, explica Rubén, que pretende ayudar al desarrollo de la expresión oral del grupo.
En el aula resuenan las frases del jerezano que, en todo momento, anima a los alumnos a participar y a exponer sus sensaciones en voz alta.
-Hoy he aprendido a perder la vergüenza delante de la clase- dice Daniela.
-Y cuando vas a presentar un trabajo, no puedes estar con los brazos cruzados- señala Andrea.
Hablan de una emoción que crece a la hora de enfrentarse a ciertas situaciones. El miedo que recorre los cuerpos cuando las personas detectan problemas o amenazas. O simplemente, cuando no están acostumbrados a hacer algo.
“Cuando hablamos en público tenemos miedo a ser juzgado, a ser observado, a ser criticado, a hacerlo mal, a no gustar. En ese momento aparece el sudor, la dificultad para respirar o el titubeo”, señala el periodista. Su dedo apunta a un término: glosofobia, ese que desea que los alumnos sepan vencer cuando deban exponer en clase o hablar en una reunión de trabajo en un futuro.
El comunicador reflexiona, propone ejercicios y ofrece pautas para controlar el nerviosismo o la vergüenza tan comunes cuando un elevado número de personas clavan su mirada en el interlocutor. “Llevo muchos años dando talleres, pero cuando vengo, también tengo inquietud, pienso si voy a ser capaz de transmitiros lo que quiero, si voy a saber explicarme o si me vais a entender”, les dice a los niños que se muestran receptivos.
Para el jerezano, esta experiencia “es muy gratificante y positiva, están aprendiendo a superar sus miedos. Ojalá que se pusiera en práctica en muchos más centros”.
Este taller surgió a raíz del proyecto Impulsa, promovido por la consejería de Educación de la Junta de Andalucía. “Este año lo hemos dedicado a la naturaleza, al conocimiento de nuestro entorno y del medio ambiente, pero si dejar la oralidad de lado, nos parece fundamental”, sostiene Ana Zorrilla, directora del centro.
Para unir la temática con la comunicación, han decidido realizar un reportaje sobre el río Guadalete a base de entrevistas y montaje. “Nos pareció oportuno contar con un profesional, que puede enseñar esta parte de una forma más específica”, añade.
El CEIP Juventud donde estudian 197 alumnos y alumnas, participa en otros programas como Educación para la Paz, Transfórmate, Igualdad, Aldea, Vida Saludable, Plan Familia con Actividades Extraescolares y Programa de Acompañamiento Escolar (Parces).
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