El IBEX ha perdido casi un 12% de valor en apenas tres sesiones, tras la nueva caída del 5,12% del lunes. En Wall Street, la jornada ha sido movida, con muchos altibajos, marcada por los rumores de una posible negociación de los aranceles y una bajada de tipos por parte de la Reserva Federal, lo que ha evitado un lunes negro en Nueva York. Tras los descalabros del jueves y el viernes en todas las bolsas mundiales, Donald Trump se fue el fin de semana a jugar al golf a Miami... cuestión de prioridades.
Es evidente que a Trump lo que le pase al inversor europeo no le importa lo más mínimo, pero hará mal si menosprecia lo que pueda ocurrir en su país con el hundimiento de la bolsa. Hay que tener en cuenta que en Estados Unidos el 60% de la población tiene intereses en bolsa y se trata de una ciudadanía con mucha más cultura financiera que la de España, sin ir más lejos. De hecho, parte de la gente que ya salido a la calle en Estados Unidos contra los aranceles lo ha hecho no tanto por política como en defensa de su patrimonio.
En nuestro país, una parte importante de la población sigue pensando que eso de que caiga la bolsa es cosa de ricos o de grandes corporaciones, no entiende o no es consciente de que, en términos particulares, muchos productos bancarios que perfectamente puede que incluso tenga, caso de fondos de inversión o planes de pensiones, incluyen una parte en renta variable. Además, hablando en términos generales, si se prolongan las bajadas, será inevitable que haya una nueva recesión económica que, de hecho, es lo que ya temen los inversores y está haciendo de multiplicador de las bajadas, mucho más allá de lo que es propiamente la cuestión de los aranceles.
Trump sigue, por ahora, instalado en que se está viviendo un período transitorio del que saldrá fortalecida la economía de su país, mientras la prensa especializada sigue hablando de que, finalmente, ha dado comienzo 'la guerra comercial más tonta de la historia'... pero que va costando ya 9,2 billones en las Bolsas mundiales en solo tres días, la mitad de todo el PIB de la UE.