Si la semana pasada era el presidente Pedro Sánchez el que viajaba a China, hoy martes, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, inicia un viaje oficial a Estados Unidos. Por supuesto, no es una visita al mismo nivel, ya que Sánchez se reunió con Xi Jinping, y Cuerpo se verá con el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, ni hablar de ver al presidente Trump ni de lejos.
Se pueden hacer varias consideraciones sobre el despliegue español, poniendo velas -nunca mejor dicho... por las fechas, decimos- tanto a China como a Estados Unidos por el tema de los aranceles. Es cierto que el viaje de Sánchez estaba previsto antes de que estallara la guerra comercial y que Cuerpo también aduce algo similar al hablar de "relación habitual entre homólogos", pero al final en estas reuniones es inevitable hablar del monotema: los aranceles. Si Sánchez calificó a China como "socio de la Unión Europea", ¿qué dirá Cuerpo de Estados Unidos, lo mismo? ¿Sacará Cuerpo a relucir eso que dijo el señor Bessent de la visita, aquello de que un acercamiento de España a China "sería como cortarse el cuello"?
El caso es que en momentos de incertidumbre en la política y la economía mundial, como los que, sin duda, estamos viviendo, tal vez sería mejor para España ver pasar los aerolitos en vez de mantener, precisamente ahora, una actividad diplomática desaforada, por mucho que se recalque siempre que todas estas actuaciones están coordinadas con la Unión Europea. Al final, en estas reuniones, en las que es cierto que también se tocan temas bilaterales -ahí está la ampliación del acuerdo porcino con China- se dan situaciones en las que se pueden hacer valoraciones o comentarios, digamos, no apropiados, y ciertamente en este caso te está todo el mundo mirando...
Y eso sin entrar a analizar si puede que lleve razón el PP acerca de que tanto viaje y la información que genera, de alguna manera tapa que se hable de asuntos caseros...