La situación en Gaza es insostenible tras el estallido de la guerra entre Israel y el grupo islamista Hamás. Además de los muertos y miles de heridos, los más de 2,3 millones de personas que viven en la Franja de Gaza se han quedado a oscuras tras cortar el país israelí el suministro de electricidad a la única central que repartía corriente.
Las consecuencias humanitarias de este corte de energía pueden ser catastróficas, teniendo en cuenta que ya están afectando también a los hospitales y centros de salud. Los suministros de agua potable también han quedado bloqueados, así como el suministro de alimentos.
La única iluminación en estos momentos en Gaza es la del resplandor de unos bombardeos que no cesan. "Es muy difícil explicar lo duras que están siendo las noches en Gaza. Ahora, sin electricidad, aún peor. La población civil solo ve el resplandor de los bombardeos", ha denunciado la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (Unrwa).
Unrwa también ha confirmado la muerte de "once compañeros que han sido asesinados en Gaza: cinco profesores, un ginecólogo, un ingeniero, tres miembros de apoyo y una orientadora. Algunos fueron asesinados en sus casas con sus familias".